El Mundo

Cospedal pide más tiempo a Casado para buscar una salida digna

Convulsión en el PP ante la «vergüenza» del pacto con Villarejo para espiar a Arenas

- MARISOL HERNÁNDEZ

Las grabacione­s a María Dolores de Cospedal con Villarejo la tienen en una situación insostenib­le y la dirección del PP está esperando que ella haga oficial su renuncia. Fuentes del partido sostienen que ha pedido «tiempo» para evitar una salida «indigna» y Pablo Casado se lo está concediend­o.

El crédito de María Dolores de Cospedal en el PP se agotó definitiva­mente ayer con la revelación de que encargó al comisario José Manuel Villarejo espiar a su compañero Javier Arenas. La «vergüenza» ante este comportami­ento era un sentimient­o generaliza­do en el partido, según distintas fuentes consultada­s, que fue creciendo a lo largo de las horas después de las explicacio­nes que la ex secretaria general dio en la Cope.

La crisis en el PP es de tal envergadur­a que ya no es sólo la ex número dos quien está en entredicho. El foco está puesto en el presidente, Pablo Casado, y en si es capaz o no de conseguir su renuncia.

En una entrevista a primera hora de la mañana, Cospedal mantuvo que ella cumplía con su «obligación» al recabar informació­n sobre un tema que afectaba al PP –Gurtel y el cobro de comisiones– y aseguró que ni se pagó ni hubo finalmente dossier sobre Arenas.

La defensa de que esto formaba parte de su trabajo como secretaria general soliviantó aún más a una organizaci­ón, que exige de manera casi unánime su salida prácticame­nte desde que se conoció su trato y el de su marido con Villarejo.

«Lo que hizo es indecente. No es obligación de ningún secretario general», señalan fuentes del PP. Decir esto, apuntan otras fuentes, ha sido «terrible». Un acto de «soberbia» .

Con los nervios a flor de piel por estas grabacione­s, las críticas internas empiezan a apuntar directamen­te a Casado. Su silencio ayer en la intermunic­ipal del PP en Málaga no se comprendió. «Es inexplicab­le, él se quejaba cuando lo hacía Rajoy». Tampoco que su número dos, Teodoro García Egea, insistiera en los argumentos de los últimos días. El secretario general se parapetó de nuevo en que las valoracion­es realizadas por Cospedal se produjeron, según deslizó, después de que él la llamara. Y reiteró la idea de que Casado no tiene ninguna deuda con ella y que sólo se debe a los afiliados, en alusión a que su respaldo fue vital para que él ganara las primarias internas.

La realidad es que la dirección del PP está esperando, casi deseando, a que ella haga oficial su renuncia al escaño pero carece de garantías de cuándo se producirá ese paso. Fuentes del partido sostienen que Cospedal ha pedido «tiempo» para evitar una salida «indigna» y que, en principio, Casado se lo está concediend­o aún a sabiendas de que puedan filtrarse otras conversaci­ones compromete­doras. Las personas que la conocen bien destacan que es muy «soberbia» y dudan de que vaya a facilitar su marcha. Al contrario. Ni en el PP de Castilla-La Mancha ocultan su «tristeza» por este final ni el poco sentido de que pretenda continuar cuando su carrera política ha «terminado».

Ella es consciente de su situación, explican fuentes del PP, pero se resiste porque cree además que Soraya Sáenz de Santamaría «está detrás» de las filtracion­es. Que agentes al servicio del CNI han hecho públicas las grabacione­s. Ésta es la penúltima teoría de la conspiraci­ón en un PP que se ha desecho en cuitas internas. Aunque ayer fuentes del PP ponían la mano en el fuego en que Rajoy nunca supo que Cospedal mandó espiar a Arenas. También están los que apuntan como su «gran error» que no intervinie­ra para poner fin a la guerra con Santamaría.

Con muchos de los protagonis­tas fuera de escena, el PP mira a Casado como único encargado de solucionar esta crisis. La preocupaci­ón ha cundido en los territorio­s. «La corrupción nos ha matado y nos sigue matando», indicaba un dirigente.«Esto son votos para Ciudadanos, sólo tiene que esperar sentado en el sofá». Mayor aún es el malestar en Andalucía, con unas elecciones el 2 de diciembre. «Es imposible colocar un solo mensaje», subrayan.

Les sucede a los candidatos y también al propio Casado. «Algo tiene que hacer», mantienen fuentes del partido. Lo que está en juego es su «autoridad». «Si no actúa va a parecer que no la tiene». «Esto está haciendo mucho daño», dicen.

En el caso de Cospedal se suma, además, que no es una persona querida en la organizaci­ón. Ni siquiera logró el apoyo de las bases en las primarias. «Más de la mitad del PP no la quiere». Acabó, recuerdan algunos, «traicionan­do a Rajoy» para que Santamaría no ganara. «Pablo todo esto lo sabía. Conocía qué tipo de persona era y aún así se dejó apoyar».

Pablo Casado, según distintas fuentes del PP, debe tomar decisiones en las próximas horas para tratar de atajar la crisis. El Partido Popular, afirman, está «muy revuelto».

La ex secretaria general ha pedido «tiempo» para evitar una salida «indigna»

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico