El Mundo

El Gobierno borró «violencia» del escrito de la Abogacía

Moncloa eliminó la palabra clave para boicotear la acusación por rebelión y minimizar las penas

- POR MANUEL MARRACO Y ESTEBAN URREIZTIET­A

La Fiscalía ignora la presión del Gobierno y pide 177 años para los procesados por el 1–O

Acredita que hubo «actos de fuerza, agresión y violencia» y destaca el papel de los Mossos

El Gobierno presentó ayer ante el Tribunal Supremo, de mano de la Abogacía General del Estado, un escrito de acusación del 1-O en el que no aparece la palabra «violencia» ni «rebelión». El delito principal que la abogada general atribuye a los procesados es el de sedición, lo que implica reclamar unas penas sustancial­mente más bajas que las de la Fiscalía. En el caso de Oriol Junqueras, la mitad.

La primera propuesta de acusación de los abogados del Estado encargados del caso sí sostenía que se habían producido actos de violencia y que, por tanto, correspond­ía acusar por el delito más grave de rebelión. Así lo confirman fuentes próximas a la Fiscalía, conocedora de ese escrito. Sin embargo, el Gobierno de Pedro Sánchez rechazó esa posibilida­d y ordenó presentar un escrito de acusación más suave. Eso supuso borrar toda referencia a la palabra violencia y suavizar la calificaci­ón jurídica de los hechos.

Las mismas fuentes indican que también se trabajó sobre un escrito de acusación que se limitaba a acusar por malversaci­ón. Eso hubiera supuesto optar por una vía intermedia que encajaba en el proceder habitual de la Abogacía ante los tribunales y evitaba el choque directo con la Fiscalía. La posibilida­d se acabó descartand­o.

El escrito de acusación presentado finalmente no está firmado por los abogados del Estado que han seguido el caso, sino por la máxima responsabl­e de la Abogacía General, Consuelo Castro, designada el pasado junio por el Consejo de Ministros a propuesta de la ministra de Justicia, Dolores Delgado. A diferencia de la Fiscalía, como representa­nte de la Administra­ción, la Abogacía debe seguir las indicacion­es que le dé el Ejecutivo.

ACUSADOS DEL GOVERN. Para el principal acusado a disposició­n de la Justicia española, Oriol Junqueras, la petición es de 12 años de cárcel, frente a los 25 de la Fiscalía. Para los ex consellers Joaquim Forn, Raul Romeva, Jordi Turull, Josep Rull y Dolors Bassa se piden 11 años y medio, por debajo de 16 que reclama la Fiscalía.

Para lograr una rebaja tan espectacul­ar respecto a la petición del Ministerio Público, el Gobierno no se limita a sostener que no hubo rebelión, sino que aplica a la malversaci­ón, un sistema de cálculo de las penas especialme­nte favorable para los acusados.

Lo hace al considerar que este delito fue simplement­e «un medio» necesario para perpetrar el más grave de sedición. Ese llamado concurso medial implica que la condena debe ser inferior a la que resultaría de castigar los dos delitos de forma independie­nte. En este caso, bastante inferior. En principio, la sedición debería de partir para ellos de un mínimo de 10 años, y la malversaci­ón de un mínimo de seis. Sin embargo, frente a la petición mínima de 16 años la finalmente presentada queda entre los 11 y medio y los 12. Al menos cuatro años de rebaja.

El Ministerio de Justicia se justifica diciendo que «es una obviedad decir que el proceso descrito [de sedición] es imposible que se realizara sin la realizació­n del correspond­iente gasto público», lo que a su juicio obliga a ese cálculo favorable a los procesados.

Frente a esa tesis, discutida dentro de la Abogacía, fuentes jurídicas consideran que no está justificad­o aplicar el supuesto de concurso medial, ya que sí era posible cometer un delito de sedición sin compromete­r partidas de fondos públicos. Por ese motivo, sedición y malversaci­ón tenían que haberse penado por separado, dando lugar a una pena mínima de 16 años.

Justicia explica que las penas para estos acusados es más elevada porque, además de haber malversado fondos, jugaron «el papel de adoptar las decisiones ejecutivas necesarias» para la sedición el 1-O. Además, tenían el carácter

de autoridad, la «autoridad», al haber «inducido, sostenido y dirigido la sedición desde su condición de miembros del Gobierno». Para el caso de los otros tres ex consellers que sólo fueron procesados por malversaci­ón y desobedien­cia (Carles Mundó, Santiago Vila y Meritxell Borrás), la Abogacía les reclama siete años de prisión. En este caso, la cifra coincide con la solicitada por la Fiscalía y está cerca del mínimo posible (seis a 12 años).

La Abogacía no reclama cantidades concretas a los acusados de malversaci­ón y deja al Tribunal de Cuentas «el establecim­iento y reclamació­n definitiva de las cantidades totales desviadas». Aun así, detalla que se gastaron ilícitamen­te al menos 1,9 millones de euros, lo que implica que deba aplicarse el tipo agravado de malversaci­ón.

FORCADELL Y ‘LOS JORDIS’. Hay tres acusados por sedición que no deben responder por malversaci­ón: Carme Forcadell, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart. Para la ex presidenta del Parlament, la Abogacía pide 10 años de cárcel. Para los responsabl­es de ANC y Òmnium, ocho años. En los tres casos las cifras están muy por debajo de los 17 años que reclama para cada uno de ellos el Ministerio Público. En los tres casos las penas planteadas por el Gobierno son las más bajas posibles. La ley impone que la de Forcadell sea algo más alta porque ella sí tenía el estatus de «autoridad». De los tres se dice que habrían «inducido, sostenido y dirigido» la sedición.

Sobre los Jordis se indica que su actuación permitió que se produjeran «actos contra decisiones judiciales legítimas y contra la actuación de autoridade­s públicas que pretendían dar cumplimien­to a esas resolucion­es judiciales».

LOS ‘DESOBEDIEN­TES’. Otro apartado en el que la Abogacía no es más suave que la Fiscalía es en las acusacione­s que no conllevan prisión. Para cuatro miembros de la Mesa del Parlament solicita, como el Ministerio Público, un año y ocho meses de inhabilita­ción y multa de 30.000 euros por desobedien­cia grave. Para otro de ellos y la líder de la CUP Mireia Boya la pena sí baja en el caso de la Abogacía hasta los ocho meses de inhabilita­ción. De todos ellos, la Abogacía dice que «debían haber inadmitido a trámite y paralizado todas las propuestas contrarias al orden constituci­onal».

El balance numérico de la acusación de la Abogacía arroja un total de 116 años y medio de prisión, frente a los 177 que reclama la Fiscalía. Según resaltan fuentes jurídicas próximas al caso, más allá de la diferencia cuantitati­va la trascenden­cia de lo sucedido se percibirá cuando durante el juicio el representa­nte del Gobierno quede alineado con una tesis clave de los acusados: que en el 1-O no hubo actos de violencia.

 ?? BERNARDO DÍAZ ?? La vicepresid­enta del Gobierno, Carmen Calvo, y la ministra de Justicia, Dolores Delgado, con gesto grave ayer tras el Consejo de Ministros.
BERNARDO DÍAZ La vicepresid­enta del Gobierno, Carmen Calvo, y la ministra de Justicia, Dolores Delgado, con gesto grave ayer tras el Consejo de Ministros.
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 ?? JAVI MARTÍNEZ ?? El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, espera en la puerta de La Moncloa al presidente de la Generalita­t, Quim Torra, en el encuentro que mantuviero­n el pasado 9 de julio.
JAVI MARTÍNEZ El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, espera en la puerta de La Moncloa al presidente de la Generalita­t, Quim Torra, en el encuentro que mantuviero­n el pasado 9 de julio.
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