El Mundo

La Guardia Civil constató que Julen está en el pozo por una foto previa

Avanza el túnel vertical para llegar hasta el niño pese a los retrasos causados por un macizo rocoso

- J. NEGRE / S. VILLAVERDE

El pequeño Julen se encontraba comiendo una bolsa de gusanitos minutos antes de precipitar­se a través del pozo de la finca de unos allegados. Un familiar incluso pudo fotografia­rle en la zanja próxima a la prospecció­n de 110 metros y donde se encuentra el niño de dos años a la espera de ser rescatado con vida.

Llevaba un chándal rojo y azul marino y unas zapatillas, y tal y como se puede apreciar en la foto a la que ha accedido en exclusiva EL MUNDO, el pequeño sostenía una bolsa de gusanitos; la misma que fue hallada en los primeros rastreos en el interior del pozo, según confirmaro­n fuentes del Instituto Armado a EL MUNDO. De hecho, la fotografía fue aportada por los padres de Julen a la Benemérita cuando comenzaron los rumores sobre que el niño no estaba en la fosa.

Eran las 14.00 horas del pasado domingo cuando la familia de Julen se encontraba preparando una paella en una finca sin urbanizar y donde se habían acometido una serie de obras. La madre del pequeño estaba pendiente del niño, pero recibió una llamada a su teléfono móvil y le dejó a cargo de José, su progenitor. Éste se puso a preparar el fuego del arroz y perdió de vista a Julen apenas unos segundos, que fueron fatales.

El menor había salido corriendo y cuando su padre alzó la mirada vio cómo se caía a través de un pozo ilegal –según ha acreditado la Guardia Civil en su informe– situado a unos 12 metros de donde se encontraba él. Unas obras realizadas en los días previos en la zona habían hecho que la piedra que había usado el pocero para sellar el agujero se moviese y quedase libre el orificio. La finca es del marido de la prima de los padres de Julen.

Ésta es la reconstruc­ción que ha podido realizar la Guardia Civil después de sus interrogat­orios a los padres y a varios miembros de la familia, que incluso mostraron la citada fotografía como prueba de que el niño estaba en el pozo.

Aquel domingo por la tarde, del que se cumple ya una semana, comenzaron los trabajos de rescate de un niño de apenas 11 kilos de peso que fue tragado literalmen­te por un agujero de apenas 25 centímetro­s de diámetro y casi 110 metros de profundida­d. Todas las administra­ciones públicas han puesto a sus efectivos a disposició­n del dispositiv­o de rescate y se han sumado decenas de empresas privadas y profesiona­les para urdir, a contrarrel­oj, un plan de ingeniería civil capaz de rescatar a Julen lo antes posible y con seguridad, pues siempre se ha barajado que está vivo.

A las 13.45 horas de ayer comenzaba la perforació­n del túnel vertical mediante el cual será posible acceder al pequeño atrapado bajo el Cerro de la Corona de Totalán. El monte, rebajado y totalmente transforma­do por los movimiento­s de miles de metros cúbicos de tierra día tras día, se ha colmado de maquinaria pesada y especializ­ada. Las excavacion­es para crear una plataforma de trabajo se ralentizar­on por culpa de un macizo rocoso de pizarra, pero a última hora de la tarde de ayer la tuneladora ya había perforado 15 metros en vertical de los 60 necesarios para situarse bajo la cota -71, donde se supone que está el tapón de áridos sobre el niño.

Se ha abierto así un orificio de 1,5 metros de diámetro por el que después se descolgará­n los mineros del equipo de Salvamento de Hunosa a bordo de una cesta fabricada al efecto en Málaga, para poder excavar una galería horizontal de unos cuatro metros. Lo harán con herramient­as mecánicas, como el martillo neumático, y también con piquetas. Ellos abrirán el camino definitivo hacia la cavidad donde prevén encontrar a a Julen, aunque les llevará unas 20 horas, según anunció ayer el portavoz técnico del operativo, delegado provincial del Colegio de Ingenieros de Caminos, Ángel García Vidal. En total 35 horas «si todo va bien», desde las 13.45 horas que empezó la perforació­n.

Esta compleja obra de ingeniería civil, en la que interviene­n hasta 300 personas y se trabaja 24 horas sin descanso, sería «cuestión de meses» en condicione­s normales, recordaron los técnicos.

De forma paralela a la perforació­n del túnel vertical se continúa con la excavación de una galería horizontal que permita otro acceso al foso de Julen, y estaba previsto que, una vez iniciada la perforació­n del primer túnel vertical, se retome también la actividad de succión de materiales del propio pozo para liberar el tapón de áridos localizado a -71 metros.

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E.M Julen, con sus gusanitos, antes de caer al pozo.

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