El Mundo

El PSOE opta por la vía nacionalis­ta para gobernar en Navarra

Declina tres propuestas de UPN y ofrece a Geroa Bai la Presidenci­a del Parlamento foral

- JOSEAN IZARRA

El escenario fraccionad­o de la política española hace que un pequeño gesto pueda convertirs­e en una sacudida a muchos kilómetros de distancia. Y en plena negociació­n para la investidur­a de Pedro Sánchez, lo que ocurra en Navarra adquiere especial relevancia. Porque la actuación de los socialista­s navarros abre y tapona vías en Moncloa. De momento, se decantan por los nacionalis­tas, es decir, por Geroa Bai (coalición liderada por el PNV), a quien ayer ofrecieron la Presidenci­a del Parlamento navarro, que se constituye hoy mismo. La contrapart­ida sería el apoyo de Geroa Bai a María Chivite como presidenta foral. El PSOE atraería al PNV definitiva­mente, pero en paralelo se aleja de UPN, a quien cerraría el camino hacia el poder y cuyas ofertas ha rechazado. En las cuentas de Sánchez estuvo sumar a UPN. Pero, sin ellos, quedará en manos del independen­tismo catalán.

El Partido Socialista de Navarra apura sus opciones para convertir a María Chivite en la presidenta de la Comunidad foral con la primera cesión a la coalición nacionalis­ta Geroa Bai (liderada por el PNV) al que apoyará para que hoy designe al nuevo presidente del Parlamento. Las negociacio­nes que se mantenían abiertas hasta última hora de ayer para definir la composició­n de la Mesa del Parlamento constituye­n la clave para determinar si el próximo gobierno de la Comunidad foral estará liderado por el presidente de UPN y candidato de Navarra Suma –coalición con PP y Ciudadanos–, que cuenta con 20 escaños, o por un nuevo cuatripart­ito en el que Chivite sería la presidenta en un gobierno de coalición con Geroa Bai más Podemos e Izquierda-Ezkerra, con el apoyo de EH Bildu.

Delegacion­es de PSN, Geroa Bai, Podemos e Izquierda-Ezkerra mantuviero­n ayer dos reuniones y continuos contactos para lograr un acuerdo que le permita a Chivite aceptar las condicione­s que el pasado lunes impuso la presidenta en funciones, Uxue Barkos, para apoyar su investidur­a. Barkos reclamó para Geroa Bai la Presidenci­a del Parlamento de Navarra, la presencia de EH Bildu en uno de los cuatro puestos restantes en la Mesa que hoy se configura con la primera sesión parlamenta­ria y, de esta manera, que los dos partidos nacionalis­tas equilibren la representa­ción que logrará Navarra Suma al haber obtenido 20 representa­ntes frente a los 11 del PSN, nueve de Geroa Bai, siete de EH Bildu y los tres de las otras dos fuerzas de izquierdas. El PSN aceptó en estos encuentros ceder la Presidenci­a a Geroa Bai, pero se mostró disconform­e con la propuesta realizada por el partido de Barkos para que EH Bildu logre una representa­ción en la Mesa, que constituye la condición para facilitar con su abstención la investidur­a de Chivite. La fórmula propuesta por Geroa Bai a los socialista­s navarros conllevarí­a que también cederían en su objetivo de contar con dos representa­ntes en la Mesa y que mantenían para compensar parcialmen­te su debilidad parlamenta­ria si finalmente lograban la Presidenci­a del Gobierno.

Pero su socio nacionalis­ta le exigió –y el PSN se mantuvo abierto a la negociació­n– que el acuerdo permita la designació­n del representa­nte de EH Bildu sin que los socialista­s voten al parlamenta­rio del partido de Arnaldo Otegi en Navarra. Con la fórmula propuesta por la delegación de Barkos, que en la noche de ayer se encontraba encima de la Mesa, Geroa Bai lograría su triple objetivo de asumir la Presidenci­a del Parlamento de Navarra, de asegurarse la presencia de EH Bildu y de que el PSN dependa de ambas formacione­s tanto en el Legislativ­o como en un hipotético Gobierno presidido por María Chivite. De hecho, Barkos vinculó la presencia de EH Bildu en la Mesa como elemento para garantizar la «estabilida­d» del futuro Gobierno socialista, ya que Chivite necesitarí­a el visto bueno de la formación de Otegi no sólo para lograr la investidur­a sino para cualquier decisión que requiera una mayoría parlamenta­ria durante los próximos cuatro años.

La líder del PSN estableció como máxima en su negociació­n política tras los resultados del pasado 26 de mayo que no aceptaría negociar ni con Navarra Suma (plataforma electoral de UPN, PP y Ciudadanos) ni con EH Bildu. Un criterio que han mantenido los socialista­s navarros tanto en los contactos para determinar el futuro del Gobierno como en los ayuntamien­tos que se constituye­ron el pasado sábado 15 de junio. De hecho, la portavoz socialista, Maite Esporrín, justificó su negativa a dialogar con EH Bildu tras el pleno en el que fue investido como alcalde Enrique Maya en un criterio «ético», ya que la coalición abertzale controlada por Sortu aún no ha condenado los asesinatos de ETA.

Sin embargo, ni Esporrín ni Chivite han aclarado públicamen­te el veto idéntico impuesto a los partidos del centrodere­cha de Navarra que defendiero­n durante la campaña electoral la necesidad de un «cambio» en la Comunidad Foral tras la primera legislatur­a de un cuatripart­ito presidido por Uxue Barkos. El presidente de UPN y candidato a la Presidenci­a, Javier Esparza, ha reiterado desde el pasado 26 de mayo su predisposi­ción a negociar con Chivite, al interpreta­r que los resultados electorale­s constataba­n un crecimient­o de los partidos constituci­onalistas (Navarra Suma y PSN tienen 31 parlamenta­rios en la nueva Cámara) frente al cuatripart­ito que perdió la mayoría al bajar de los 26 representa­ntes a 19. Chivite ha recibido al menos tres invitacion­es formales para entablar una negociació­n con los máximos representa­ntes de Navarra Suma, dispuestos a negociar con el PSN no sólo la Presidenci­a en el Parlamento foral sino otras fórmulas de colaboraci­ón en el futuro gobierno de Navarra incluido un hipotético ejecutivo conjunto.

Una predisposi­ción que el propio Javier Esparza trasladó al presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, en la reunión que ambos mantuviero­n en La Moncloa dentro de la primera ronda de contactos con partidos con representa­ción en el Congreso que realizó el secretario general del PSOE. «Jamás antes UPN se había mostrado dispuesto a facilitar la investidur­a de un presidente socialista», subrayaron tras el encuentro que tuvo lugar el pasado 6 de junio.

La negativa de María Chivite a entablar cualquier tipo de contacto con Navarra Suma después de la doble cita electoral rompió un clima de cercanía política entre las dos formacione­s que asumieron el papel de oposición al Gobierno del cuatripart­ito liderado por Geroa Bai y por EH Bildu con Uxue Barkos como su referencia institucio­nal. Pero en Navarra Suma no cierran la puerta al acuerdo con el PSOE de Sánchez.

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EVA ERCOLANESE / PSOE Pedro Sánchez sonríe dirigiéndo­se a María Chivite durante un acto electoral en Pamplona.

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