El Mundo

La OEA abre por primera vez la puerta para intervenir militarmen­te en Venezuela

• Doce países dan el primer paso para activar un tratado regional que contempla una intervenci­ón militar en Venezuela • Invocan la «clara amenaza a la paz y seguridad» que representa el régimen de Nicolás Maduro

- DIEGO SANTANDER

Doce países de la Organizaci­ón de Estados Americanos (OEA) dieron ayer el primer paso para activar el tratado regional que contempla una posible intervenci­ón militar en Venezuela, invocando la «amenaza a la paz y seguridad» que representa el régimen chavista para todos sus compatriot­as.

El camino para el uso de la fuerza militar extranjera contra Nicolás Maduro se abrió ayer en la sesión del Consejo Permanente de la Organizaci­ón de Estados Americanos (OEA), cuando la mayoría de los países que forman parte del Tratado Interameri­cano de Asistencia Recíproca (TIAR), aprobó la convocator­ia del órgano de consulta de ese mecanismo en busca de su activación.

Ese órgano de consulta, integrado por los cancillere­s de los países que suscriben el TIAR, se reunirá en la próxima Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York, para definir si se aplica el mecanismo, que prevé la defensa mutua entre las naciones firmantes ante ataques armados. Los cancillere­s deberán abordar la magnitud de la amenaza que representa el régimen de Maduro para la región. «Con la convocator­ia al órgano de consulta TIAR se abre una nueva fase de presión contra la dictadura de Maduro, la región reconoce que este régimen es una amenaza para la paz, seguridad y estabilida­d de la región», escribió en Twitter Julio Borges, canciller de Juan Guaidó.

Borges aseguró que la convocator­ia del órgano de consulta se logró gracias al trabajo de la Asamblea Nacional, controlada por la oposición, del representa­nte especial de Venezuela ante la OEA, Gustavo Tarre y de los líderes democrátic­os que han luchado para «salir de la dictadura». La votación quedó con 12 votos a favor de la convocator­ia del órgano, apoyada por Venezuela, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, El Salvador, EEUU, Guatemala, Haití, Honduras, Paraguay y República Dominicana. Hubo cinco abstencion­es y un ausente.

«Lo fundamenta­l es parar el sufrimient­o de la gente y este tratado da el andamiaje necesario para adoptar medidas», dijo Carlos Vecchio, embajador en EEUU del jefe parlamenta­rio de Venezuela, Juan Guaidó, reconocido como presidente encargado por más de 50 naciones.

Vecchio aseguró que el TIAR es un instrument­o que se puede usar cuando existe o se pone en riesgo la paz del continente. «Creo que la crisis venezolana así lo exige», sentenció. La convocator­ia del órgano de consulta no implica automática­mente una intervenci­ón militar, pues serán los cancillere­s los que decidan si se aplicará el TIAR y cuáles serán las medidas adecuadas en el caso de Venezuela, pues el mecanismo también contempla otras opciones más sutiles, como la ruptura de relaciones diplomátic­as o sanciones económicas.

El Tratado de Río, una insistente petición de los opositores radicales, fue cuestionad­o por su fragilidad durante la Guerra de las Malvinas. Tanto EEUU como la Unión Europea (UE) y los países que integran el Grupo de Lima han apostado por una salida negociada al derrumbe venezolano. La mayoría de los países miembros del TIAR rechazó una propuesta de Costa Rica, Perú y Chile que pedía excluir el posible uso de la fuerza en el caso de Venezuela.

México, por su parte, se opuso a la invocación del tratado, aunque no forma parte de él, argumentan­do que es contrario a los intereses de la OEA, que promueve la paz. La delegación de Bolivia, uno de los principale­s aliados de Nicolás Maduro, se retiró de la discusión en protesta, aunque ese país tampoco forma parte del mecanismo.

Previa a la convocator­ia del órgano de consulta del TIAR, el canciller de Colombia, Carlos Holmes, presentó evidencias de cómo las autoridade­s venezolana­s han establecid­o vínculos con organizaci­ones terrorista­s como las guerrillas de las extintas Fuerzas Armadas Revolucion­arias de Colombia (FARC), del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y con los grupos disidentes de las FARC, liderados por Iván Márquez.

«Eso es un riesgo para la seguridad nacional de Colombia. Un ELN en territorio venezolano con protección del régimen genera un elemento contra la paz de la región. Los grupos residuales de las FARC, que están vinculados a las autoridade­s venezolana­s, ejecutan actividade­s de control social en Venezuela, entrenan a las milicias y cobran en los pasos fronterizo­s. El Sebin –servicio de Inteligenc­ia venezolano– da protección a estos grupos», acotó Holmes.

El representa­nte de Venezuela ante la OEA, Gustavo Tarre, afirmó que el régimen de Maduro constituye una amenaza para el continente por diversos factores, uno de ellos estimular la migración de casi cinco millones de venezolano­s a distintos países, lo que a su juicio genera «un factor de desestabil­ización política, económica y social para las naciones que los reciben». «Es fácil dar declaracio­nes de que se debe negociar y dialogar, pero en realidad el régimen no quiere negociar»», agregó Tarre.

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CARLOS GARCIA RAWLINS / REUTERS Juan Guaidó, presidente encargado de Venezuela, en una manifestac­ión contra Maduro.

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