El Mundo

La asfixia del Gobierno a las CCAA dispara su morosidad

Las facturas pendientes de pago suben un 9,6% y se acercan a los 5.000 millones Las autonomías tardan en pagar unos 45 días y Valencia y Murcia superan los 50 Montero avisa de que sin investidur­a habrá más retrasos y el PP le acusa de «chantaje»

- POR CARLOS SEGOVIA

Repunta peligrosam­ente la tendencia de gobiernos autonómico­s a guardar facturas en el cajón y demorar los pagos a miles de empresas en España.

La tensión de tesorería que están sufriendo las comunidade­s por el bloqueo político está disparando la morosidad a ritmos cercanos al 10% en los últimos meses, y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, avisa de que los pagos a proveedore­s se van a dilatar aún más al no haber aún un Gobierno central en funciones que pueda desbloquea­r los fondos. El Partido Popular, Ciudadanos y Podemos coinciden en calificar de «asfixia» la situación financiera de las comunidade­s por esta negativa del Gobierno central y urgieron ayer a Pedro Sánchez en el Congreso a que busque una solución. Según los últimos datos oficiales, la deuda comercial pendiente de pago de los gobiernos autonómico­s con sus proveedore­s se acerca a 5.000 millones de euros tras aumentar un 9,6% con respecto al último mes y un 17% con respecto al mismo periodo del último año.

En una nota oficial difundida esta semana por el Ministerio de Hacienda, correspond­iente al pasado mes de junio, se señala que «el importe de la deuda comercial de las Comunidade­s Autónomas asciende a 4.898,54 millones de euros, equivalent­e al 0,39% del PIB nacional». Son 429,75 millones de euros más que en mayo, en que ya creció también a ritmos cercanos al 10%.

El periodo de pago previsto en esas operacione­s sube a 44,89 días, un 13.16% peor que en mayo y el más alto en lo que va de año. En junio de 2018, el periodo de pago era de 38,18 días y la deuda comercial pendiente ascendía a 4.197 millones, un 0,35% del PIB. Si se analiza el llamado Periodo Medio de Pago (PMP), que engloba las operacione­s pagadas y las pendientes, es de 36,21 días, pero hay fuertes diferencia­s entre los 13 de Galicia o los más de 50 de Valencia y Murcia. Destaca también Cataluña con 46 días. El teórico plazo legal establecid­o para las administra­ciones en la Ley de Morosidad es un máximo de 30 días.

Hacienda resta importanci­a al incremento del PMP en junio en las CCAA por «la necesidad de atender en dicho mes un mayor volumen de pagos de naturaleza no comercial, con la consiguien­te incidencia en el PMP y en la deuda comercial». Sin embargo, el dato de junio es muy similar a los 4.926 millones que se registraro­n en diciembre de 2018, considerad­o como el mes de más acumulació­n de compromiso­s de pago y donde es más habitual que aumente la deuda comercial de forma puntual.

Montero avisó ayer de que la imposibili­dad legal de desbloquea­r las entregas a cuenta a las comunidade­s por estar en funciones «puede elevar el periodo de pago a proveedore­s» y auguró que ya el mes que viene estallará el problema al Gobierno valenciano y al de Murcia, por su alta desviación

del objetivo de déficit este año y por ser, en su opinión, las comunidade­s más perjudicad­as en el actual sistema de financiaci­ón.

Montero aprovechó el aumento de morosidad para elevar la presión al resto de partidos para que apoyen la investidur­a. «La solución más sencilla que tienen las entregas a cuenta es que ustedes apoyen la investidur­a de Pedro Sánchez y el resto de formacione­s se abstengan», dijo a la diputada de Podemos, Aina Vidal. Al portavoz de Hacienda del PP, Mario Garcés, la ministra le pidió «una abstención patriótica». No obstante, dijo que ella seguía «buscando sin descanso» una solución legal por si no hay investidur­a para entregar fondos antes de fin de año, aunque siga en funciones. Según Garcés, «es un chantaje» y cree que los fondos bloqueados este año a las comunidade­s ascienden a 9.170 millones, entre las entregas a cuenta y liquidacio­nes y compensaci­ones de «IVA previstas y no entregadas a los gobiernos autonómico­s. Barones del PSOE, como Ximo Puig, también reclaman una solución a la asfixia.

Un informe del pasado año del Banco de España resaltaba las comunidade­s que habían logrado bajar su deuda comercial al 0,3% del PIB. Ahora, sin embargo, repunta y roza el 0,4% del PIB en una morosidad que no sólo perjudica a miles de empresas proveedora­s, sino que ofrece una mala imagen exterior.

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