El Mundo

El plan Sánchez: ¿abstención del PP tras el 10-N?

Su divorcio con Podemos le lleva a Casado como ‘apoyo’ ahora o incluso si hay urnas

- MARISOL HERNÁNDEZ

Primero fue Ciudadanos, luego el PP, algunas semanas se ha apuntado a los dos y ahora el foco se vuelve a situar en Pablo Casado. El divorcio con Unidas Podemos ha llevado al presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, a pedir de nuevo a los populares su abstención. Lo hizo en el debate de ayer en el Congreso, donde se picoteó sobre el futuro de Europa, la celebració­n de la Diada, las turbulenci­as económicas. Pero donde el tema central, el único que como un tornado engulle el resto de asuntos de la política española, fue la investidur­a, la gobernabil­idad y la posibilida­d de unas nuevas elecciones en otoño.

No hay vida sin Gobierno, por mucho que el Parlamento haya intentado estrenar la legislatur­a.

Con la amenaza de repetición electoral cada día que pasa más plausible, la duda latente es si otros comicios cambiarán en algo la situación actual. A juzgar por las posiciones que mantienen Sánchez e Iglesias no se percibe ningún camino para el acuerdo. Pero, ¿qué sucederá si después del 10-N Podemos continúa siendo indispensa­ble?

Ahí entra en escena el

PP. El jefe del Ejecutivo le reclamó ayer su abstención después de que Casado le exigiera soluciones para la asfixia que sufren las comunidade­s autónomas porque el Gobierno esgrime que al estar en funciones no puede entregar los adelantos de la financiaci­ón autonómica. Después lo repitió: «Si al final no se llega a un acuerdo con Unidas Podemos porque quieren coalición y sólo coalición habrá que mirar al conjunto del arco parlamenta­rio, mirar también al grupo popular porque ustedes hicieron lo mismo con el PSOE». «Si usted no quiere elecciones tiene la capacidad para abstenerse», le insistió a Pablo Casado.

Esta petición se abre paso incluso a futuro, como salida después de unas nuevas elecciones, según apuntan fuentes socialista­s. Porque a pesar de que ni el presidente ni el jefe de la oposición se ahorran ninguna crítica entre ellos, en estos momentos ambos mantienen la mejor relación de la política española.

La interlocuc­ión de Sánchez con Iglesias o Albert Rivera es nula. De hecho, el presidente no hace más que profundiza­r en el deterioro de la figura política del jefe de Ciudadanos. Con gruesos calificati­vos y dando toda la relevancia política al dirigente popular como líder de la oposición. Ayer en el Congreso le acusó de «sobreactua­r» en su petición de aplicar el 155 y aseguró que sólo habla de esto, de ETA y de Venezuela poniendo en cuestión que sea un verdadero liberal. «Hay una diferencia tal entre lo que hace y lo que dice, que ¿sabe lo que es, señor Rivera? Un hipócrita». Y siguió: «Usted es un político ausente, que nadie entiende ya ni fuera ni dentro de su partido».

Por mucho que algunos barones socialista­s vieran en Cs un refugio para huir de la influencia de Podemos, Sánchez ha elegido. Rivera sale de escena y entra Casado. Si a alguien se presionará para abstenerse ahora y después de un previsible 10-N será al PP. Entonces, tras unas segundas elecciones, los populares ya no encontrará­n el modo de zafarse. Mientras, al PSOE no le importa que suba el PP, que se consolide Casado, siempre que sea a costa de Rivera.

 ?? BERNARDO DÍAZ ?? Pablo Casado, ayer en el Congreso.
BERNARDO DÍAZ Pablo Casado, ayer en el Congreso.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico