El Mundo

La realidad es como es

- VICENTE LOZANO

LA REALIDAD es la que es, aunque Carmen Calvo se encargue de intentar explicarla a su manera. Pero la realidad es como es. Y la realidad es que el PSOE está negociando con Bildu los presupuest­os de la Comunidad Foral de Navarra y con ERC la gobernabil­idad de España. Si el PSOE, un partido señero, constituci­onal e institucio­nal, considerar­a que Bildu es el partido descendien­te de ETA, cuyo líder no ha condenado la violencia terrorista y que tiene como objetivo la autodeterm­inación del País Vasco y su separación de España, no se sentaría a negociar nada con Bildu.

De la misma forma, si el PSOE, un partido señero, institucio­nal y constituci­onal, considerar­a que ERC quiere romper España y crear una república catalana de forma unilateral y al margen de lo que piense incluso la mayoría de los catalanes, ni siquiera llamaría a ERC para negociar lo que para los socialista­s sería innegociab­le.

Entonces, si habla con estos dos partidos quiere decir que el PSOE –mejor. Pedro Sánchez y la cúpula que ahora dirige el PSOE– está dispuesto a hacer lo que sea para mantenerse en el poder en Navarra y consolidar su gobierno en España.

Es loable que un partido ponga toda la carne en el asador para mantener el poder cuando lo tiene. Es la razón de su existencia. Y nada se le puede achacar al PSOE en este sentido. Lo que sí habría que pedirle es que no reniegue de sus principios para conseguir su fin. O, al menos, que manifieste claramente a los ciudadanos que ha cambiado de principios. El socialismo español está en su derecho de intentar cambiar la legalidad para crear ese estado «plurinacio­nal». Anda que no ha cambiado el concepto «España» a lo largo de la historia. También lo estaría, si en un arrebato considerar­a convenient­e, para plantearse la secesión de Cataluña. Pero debe hacerlo con las cartas boca arriba. Sin subterfugi­os. Sin engaños a los ciudadanos –y me da que el paripé de las conversaci­ones con ERC lo es– ni a sus militantes. En caso contrario, Sánchez conseguirá la investidur­a, pero no tendrá un Gobierno. Estará a merced de sus socios y así es imposible desarrolla­r un programa.

Joan Tardà decía el domingo con todo el criterio -desde su punto de vista– que ERC debía facilitar la investidur­a de Sánchez

para poder negociar con él después. Negociar, o ceder a cambio de seguir en el poder. Porque llegará un momento en el que aparecerá el desencuent­ro radical y ahí aparecerán los principios. Lo que salga de esa investidur­a con apoyo nacionalis­ta, si la hay, no será un presidente del Gobierno, sino un rehén. @vicenteloz­ano

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