Casado cederá votos a Cs para la Mesa del Congreso
Vox no prestará diputados a Arrimadas y se arriesga a quedarse fuera
El PP comienza a sacudirse la presión. Pablo Casado ha acabado con el debate interno y dio ayer la instrucción de que su partido preste apoyo a Vox para que entre hoy en las mesas del Congreso y del Senado a cambio de que los de Santiago Abascal faciliten que Ciudadanos obtenga un puesto en los órganos de control de las cámaras.
Sin embargo, el partido de la derecha radical dejó claro ayer que no cederá votos a Ciudadanos. La formación conservadora rechaza el acuerdo que ofrece el PP para que los tres partidos entren en el órgano de gobierno de las Cortes. Si finalmente se quedan fuera del acuerdo, se arriesgan también a no entrar en la Mesa.
En una reunión a la que ayer asistieron Iván Espinosa de los Monteros por parte de Vox y José María Espejo-Saavedra por Cs, el portavoz radical confirmó a los naranjas que «en ningún caso» va a cederles votos para entrar en la Mesa, según fuentes conocedoras de la reunión. Tras esa cita, el PP insistió en que intentará convencer al partido que preside Santiago Abascal de que rectifique –el Pleno del Congreso comienza hoy a las 10:00 horas–, pues si no ganará otro puesto la izquierda.
La adjudicación de los asientos en el órgano de gobierno de la Cámara se hace por votación secreta y las combinaciones hacen posible que Vox, tercera fuerza el 10-N con 52 escaños, pueda ser excluido.
Fuentes de Génova aseguran que, en ese caso, intentarían obtener tres miembros en la Mesa para ellos y uno para Ciudadanos, dejando fuera a Vox. Para completar esa jugada, necesitarían cinco votos prestados por otras formaciones, probablemente el PSOE. Los socialistas podrían aceptarlo porque fueron ellos quienes propusieron desde el principio un acuerdo a PP y Cs, siempre que dejaran fuera del órgano de gobierno parlamentario a Vox.
De producirse, la nueva composición de la Mesa podría dar tres puestos al PSOE, con la Presidencia para Meritxell Batet, tres al PP, dos a Podemos y uno a Cs.
Será por tanto Vox quien deberá decidir si transige o si, por el contrario, se arriesga a quedarse fuera. «Nuestra posición es que aquellos partidos que puedan tener representación en la Mesa, de acuerdo con la tradición del Senado y el Congreso, tendrán nuestro apoyo», anunció ayer Casado en una reunión de los diputados y senadores del PP.
¿En qué se traduciría el cambalache de votos? Lo que quiere el PP es que Cs obtenga un puesto y que Vox logre otro (podría ser una vicepresidencia... «o no», apuntan en Génova), como adelantó EL MUNDO el pasado jueves, mientras que los populares tendrían dos (una vicepresidencia y una secretaría).
«Queremos liderar el espacio de centroderecha y refundarlo», a la manera de España Suma, dijo Casado. «Ciudadanos debe entrar. Es un debate cualitativo, no sólo cuantitativo», continuó. Es decir, lo que busca Génova es abonar el terreno para la absorción a medio plazo de Ciudadanos, estableciendo de antemano un frente común y tratándolo como un partido más importante de lo que dictan sus resultados.
Los diputados y senadores del PP aplaudieron la propuesta «generosa» de su presidente para la Mesa, así como los diversos momentos en los que Casado negó, por activa y por pasiva, que su partido vaya a permitir la investidura de Pedro Sánchez.