Tardà y Rufián con Pedro
Hoy se celebrarán las sesiones constitutivas del Congreso y del Senado y la nación iniciará la terapia psicoanalítica con cada escaño convertido en un diván. Presenciaremos insólitos espectáculos en los que volarán los insultos de los que llegan apoyados por el populismo en delirio. Escucharemos maldiciones, insultos y disparates en el momento que tendrían que acatar la Carta Magna. Casi 20 partidos, muchos de ellos contrarios a la Constitución y a la soberanía nacional, darán la nota detrás del pórtico de las seis columnas grises, entre dos leones fundidos con los cañones tomados al enemigo en la guerra de África que simbolizan valentía, coraje y soberanía.
La legislatura que se inicia en el Hemiciclo va a ser, posiblemente, una de las más borrascosas de nuestra democracia, que se enfrenta a una crisis de Estado y a un bloqueo político. En ese palacio nacen y mueren gobiernos y no sabemos después de varias investiduras fallidas si va a haber nuevo Ejecutivo o nuevas elecciones, si la investidura va a ser antes o después de Navidad, o si el partido que ha ganado las elecciones es capaz de completar una mayoría de Gobierno para la que le faltan diputados. Se vive en la política una gran confusión. Siguiendo la moda del «no es no», el PP rechaza cualquier pacto de gobierno con Pedro Sánchez. La derecha intenta echar al que manda sin corrientes, barones o jarrones chinos, y lo van empujando a que se entiendan con los partidos separatistas.
Los que están en la onda piensan que ERC apoyará con sus 13 diputados a Pedro Sánchez pero lo tiene que hacer negando que lo hace. Aunque Gabriel Rufián vaya a las reuniones en plan bronquista, en Cataluña los puros ya empiezan a incitar a los patriotas auténticos diciendo que Gabriel y Joan Tardá –que no se parecen nada a Klemens von Metternich oa Charles Maurice de Talleyrand–, van a ser nombrados españoles del año. Tardà ha declarado que lo importante es investir a Pedro Sánchez para poder negociar. «Tenemos que escucharnos y darnos una oportunidad. Este problema no se resuelve a base de palos y prisión». Pero los del ERC siguen colocando al PSOE en el bando del 155; tienen pánico a Carles Puigdemont, a la vía eslovena, a los pirómanos del CDR, y a quedar como los traidores de la película. Los mejor informados apuestan porque en el último segundo echarán la boya de la abstención a Pedro Sánchez para evitar que vaya desde el naufragio a la cola de paro. Aunque digan lo contrario están convencidos de que la autodeterminación, en la Europa y la España de hoy, no son sino quimeras.