La opaca sociedad con la que tributó el ‘ministro’ Castells
En las cuentas de la firma del ‘ministro’ no hay detalles sobre el origen de ingresos y gastos
El futuro ministro no ha respondido a las preguntas formuladas por este diario
El académico propuesto por En Comú Podem y confirmado por Moncloa para liderar una nueva cartera de Universidades, Manuel Castells, fue entre los años 2003 y 2017 administrador de la sociedad Strategic Thinking SL, cuyo objeto social en el momento de la constitución era el «análisis económico y social, publicaciones, conferencias y participación en coloquios y congresos».
La empresa dirigida por Castells y con un solo empleado a tiempo parcial fue un auténtico pozo de pérdidas durante sus últimos años de operación. A pesar de que sus ingresos fueron oscilando entre los 13.000 y los 30.000 euros anuales en esta etapa, sus gastos siempre lo hicieron en una proporción mayor y el resultado al final del ejercicio acababa siendo de números rojos. El año de mayor agujero fue 2014, cuando la empresa perdió 8.976 euros.
Fuentes próximas a la elaboración de esta contabilidad aseguran que la decadencia de la empresa estuvo ligada a su baja actividad y vinculan los gastos con asesoría, telefonía, suscripciones o desplazamientos, entre otros. Las memorias remitidas al registro mercantil no detallan estos conceptos, limitándose a señalar que una parte pequeña fueron «consumibles» y el grueso «otros gastos corrientes de gestión».
El registro mercantil sólo dispone de las cuentas publicadas desde el año 2009. En esa fecha, la actividad original de la compañía había sido sustituida por «Investigación en Ciencias Sociales y Humanidades».
En 2010, la empresa disponía de unas reservas de 88.500 euros que parecen ilustrar un comportamiento muy positivo en sus primeros años de gestión. 66.000 euros permanecían en el activo de la sociedad bajo el concepto de «inversiones financieras a corto plazo», que generaban plusvalías anuales superiores a los 1.000 euros que, sin embargo, no lograban salvar de los números rojos a la deficitaria empresa. Todos estos años de pérdidas acumuladas superiores a los 25.000 euros salvaron a la empresa de pagar el 25% en concepto de Impuesto de Sociedades desde el año 2011.
Si bien la legislación sobre el impuesto de sociedades indica que este tipo de estructuras deben tener su «correspondiente organización de medios materiales y personales», la sociedad de Castells apenas contaba con 0,4 empleados. Es decir, un asalariado fijo a tiempo parcial con un sueldo inferior a los 7.000 euros anuales.
La carencia de medios personales para llevar a cabo una actividad empresarial es una de las banderas rojas para Hacienda a la hora de determinar la sospecha de que una sociedad funciona como pantalla con el objetivo de lograr un beneficio fiscal. Expertos en fiscalidad societaria explican que no existe una norma legal que impida facturar a través de una sociedad los ingresos obtenidos por impartir cursos y conferencias, si bien la Agencia Tributaria ha endurecido en los últimos años su supervisión sobre estas compañías.
«Nos referimos a sociedades unipersonales, que no cuentan con ningún trabajador y que exclusivamente son utilizadas para facturar los servicios profesionales de sus socios. El objetivo para la constitución de este tipo de sociedades es, por una parte, beneficiarse de los tipos más reducidos aplicables en el Impuesto sobre Sociedades y la deducción de determinados gastos que no hubieran sido deducibles en el caso de que el perceptor de los rendimientos hubiera tributado por ellos como rendimientos del trabajo en su IRPF. En estos casos, la Agencia Tributaria considera que estamos ante una sociedad instrumental, una sociedad pantalla, lo que da origen a regularizaciones, que suponen imputar en el IRPF del socio los ingresos percibidos por la sociedad», explican en la Asociación Española de Asesores Fiscales (Aedaf).
En el activo figura únicamente un bien de naturaleza material que la empresa adquiere por 42.488 euros y amortiza a un ritmo de 5.700 euros, pero tampoco detalla de qué tipo de bien se trata.
El célebre sociólogo y economista, de prestigio académico a nivel internacional, posee un amplio currículum en el que destaca su cargo como profesor emérito en la Universidad de California en Berkeley. El ensayo La Era de la Información: economía, sociedad y cultura, publicado en tres volúmenes entre 1996 y 2003, se considera la mayor aportación de su obra. En la actualidad, es director del Internet Interdisciplinary Institut de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
Desde la constitución de la sociedad en 2003 hasta su liquidación en el año 2017, Castells publicó una veintena de libros y participó en cerca de 150 conferencias, la mayoría en instituciones académicas y en el extranjero, según consta en el currículum disponible en su página web.
Diez años después de la creación de Strategic Thinking, en agosto
La sociedad acumuló ‘números rojos’ de 25.000 euros con ingresos oscilantes
2013, se produjo un cambio en su estructura organizativa: Castells quedaba revocado como administrador único en favor de Emma Kiselyova Pilipenko, directora ejecutiva de la Cátedra UNESCO también en la UOC y cónyuge de Castells.
Más tarde, en agosto de 2016, se produjo el mismo cambio pero a la inversa, de tal forma que el sociólogo quedaba de nuevo al mando de su sociedad. Finalmente, el 17 de enero de 2017 se registró el acto por el cual Kiselyova se erigía en liquidadora de la empresa, cuyo domicilio permaneció durante sus 14 años de operación en una vivienda situada en el Ensanche de Barcelona, si bien el teléfono de contacto corresponde con el del despacho de Castells en la UOC.
Manuel Castells no ha respondido a las cuestiones planteadas por este diario acerca de su empresa. Las memorias remitidas al registro mercantil no detallan estos conceptos –lo cual no es obligatorio–, señalando sólo que una parte pequeña fueron «consumibles» y el grueso «otros gastos corrientes de gestión».