Garamendi avisa a Sánchez que no apoyará subidas de impuestos
El presidente de los empresarios se presta a la foto del acuerdo que buscaba Moncloa, pero aprovecha para marcar líneas rojas
La subida de impuestos que plantea el Gobierno dentro de su plan de recuperación económica deberá encontrar apoyos suficientes en el Congreso sin el respaldo del diálogo social, que hasta ahora ha sido el único foro donde ha logrado consenso para sacar adelante medidas como el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) o las dos prórrogas a los esquemas de protección de empresas y trabajadores por la pandemia de la Covid19.
Los empresarios firmaron ayer con Gobierno y sindicatos el Pacto para la reactivación económica y por el empleo, pero lo hicieron dejando claro que están totalmente en contra de la subida de impuestos que pretende el Ejecutivo. De hecho, así se lo trasladó el máximo responsable de CEOE, Antonio Garamendi, al propio presidente Sánchez, a quien le transmitió que la medida es totalmente errónea. Y más, en este momento.
«Ya le he avisado al Presidente del Gobierno, nosotros no compartimos el planteamiento fiscal. No es el momento de estos temas», aclaró Garamendi en Moncloa, al tiempo que apuntaba la dirección en la que se debe trabajar: «Hay que centrarse en la economía sumergida, ahí salen muchos millones de euros».
En una línea muy similar se expresó el presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva, al calificar como un «error» la subida de impuestos a las grandes empresas que prepara el Gobierno. Hacienda apunta siempre que quiere hacer que las compañías de mayor tamaño contribuyan en mayor medida, al tiempo que se reducen las cargas sobre las pequeñas y medianas empresas. Pero para Cuerva, «la subida a las grandes empresas también repercute en las pequeñas y puede lastrar el crecimiento económico y la inversión».
La subida de impuestos que el Gobierno ambiciona incluye la imposición de un tipo mínimo en el Impuesto de Sociedades del 15%, que en el caso de las compañías petroleras y entidades bancarias llegaría al 18%. Uno de los pilares de la reforma fiscal es que las empresas, especialmente las de mayor tamaño, abonan pocos impuestos. Y que es imprescindible revertir esa situación.
Este razonamiento, sin embargo, genera una notable polémica. Entre las empresas, por supuesto, pero también entre no pocos economistas. El Consejo General de Economistas, por ejemplo, estima, a partir de datos de la OCDE, que las empresas españolas ya pagan en Sociedades más que las compañías alemanas y francesas y considera que la figura de Sociedades tiene ya poco margen de mejora en términos de recaudación.
El Banco de España, por su parte, apunta que, efectivamente, la recaudación por Sociedades en España es inferior a la media europea, pero afirma que el ámbito en el que realmente existe un gran margen de mejora es el IVA y no tanto en el impuestos que abonan las empresas.
En cualquier caso, en el ámbito del diálogo social se da ya por tomada la decisión del Gobierno de subir los impuestos que, si bien es una materia ajena a la estrictamente laboral, contaría con el rechazo empresarial y el apoyo de los sindicatos. La vía para hacerlo sería la presupuestaria con el mayor apoyo parlamentario posible aunque algunas fuentes dan por muy dudoso el apoyo del PNV. La cuestión más espinosa con la que tiene que lidiar el proyecto sería la subida de impuestos a las clases medias, un asunto en el que se considera que hará falta cierta «pedagogía» para contrarrestar el rechazo social.
Por el momento, empresarios y sindicatos están más centrados en ofrecer apoyo al Gobierno para que obtenga en las próximas semanas garantía de la llegada de fondos europeos en las mejores condiciones posibles y así financiar la recuperación y relanzamiento económico. En pocos ámbitos puede Pero Sánchez encontrar el respaldo que está encontrando en el diálogo social.
Ni entre los empresarios ni entre los sindicatos había la semana pasada entusiasmo por escenificar por tercera vez este año un acuerdo con el presidente del Gobierno,
Pedro Sánchez, pero la conveniencia de que en Europa se constate que hay una base estable de acuerdos para inyectar fondos a la recuperación económica les ha lle vado a la Moncloa, donde hasta 35 ministros, secretarios de estado y representantes del diálogo social avalaron el pacto.
Aún es pronto para conocer de qué manera afectará el plan fiscal del Gobierno al diálogo social.
La recaudación por Sociedades en España es inferior a la media europea
Tanto sindicatos como empresarios han sido capaces hasta ahora de dejar sus diferencias a un lado para alcanzar acuerdos «a veces más allá de lo razonable», según aclaró Pepe Álvarez, secretario general de UGT. Si los sindicatos han cedido, por ejemplo, a la hora de pactar flexibilizaciones de horarios que permitan bajadas de salarios, los empresarios han aceptado la penalización de los despidos. Está por ver si en la nueva normalidad asuntos como la subida de impuestos o la derogación de la reforma laboral se convierten en líneas rojas que ponen en riesgo el consenso. La próxima cita es en el mes de septiembre cuando vence la actual prórroga de los ERTE.