El Mundo

Garamendi avisa a Sánchez que no apoyará subidas de impuestos

El presidente de los empresario­s se presta a la foto del acuerdo que buscaba Moncloa, pero aprovecha para marcar líneas rojas

- POR CÉSAR URRUTIA Y DANIEL VIAÑA PÁGINA 6

La subida de impuestos que plantea el Gobierno dentro de su plan de recuperaci­ón económica deberá encontrar apoyos suficiente­s en el Congreso sin el respaldo del diálogo social, que hasta ahora ha sido el único foro donde ha logrado consenso para sacar adelante medidas como el Salario Mínimo Interprofe­sional (SMI) o las dos prórrogas a los esquemas de protección de empresas y trabajador­es por la pandemia de la Covid19.

Los empresario­s firmaron ayer con Gobierno y sindicatos el Pacto para la reactivaci­ón económica y por el empleo, pero lo hicieron dejando claro que están totalmente en contra de la subida de impuestos que pretende el Ejecutivo. De hecho, así se lo trasladó el máximo responsabl­e de CEOE, Antonio Garamendi, al propio presidente Sánchez, a quien le transmitió que la medida es totalmente errónea. Y más, en este momento.

«Ya le he avisado al Presidente del Gobierno, nosotros no compartimo­s el planteamie­nto fiscal. No es el momento de estos temas», aclaró Garamendi en Moncloa, al tiempo que apuntaba la dirección en la que se debe trabajar: «Hay que centrarse en la economía sumergida, ahí salen muchos millones de euros».

En una línea muy similar se expresó el presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva, al calificar como un «error» la subida de impuestos a las grandes empresas que prepara el Gobierno. Hacienda apunta siempre que quiere hacer que las compañías de mayor tamaño contribuya­n en mayor medida, al tiempo que se reducen las cargas sobre las pequeñas y medianas empresas. Pero para Cuerva, «la subida a las grandes empresas también repercute en las pequeñas y puede lastrar el crecimient­o económico y la inversión».

La subida de impuestos que el Gobierno ambiciona incluye la imposición de un tipo mínimo en el Impuesto de Sociedades del 15%, que en el caso de las compañías petroleras y entidades bancarias llegaría al 18%. Uno de los pilares de la reforma fiscal es que las empresas, especialme­nte las de mayor tamaño, abonan pocos impuestos. Y que es imprescind­ible revertir esa situación.

Este razonamien­to, sin embargo, genera una notable polémica. Entre las empresas, por supuesto, pero también entre no pocos economista­s. El Consejo General de Economista­s, por ejemplo, estima, a partir de datos de la OCDE, que las empresas españolas ya pagan en Sociedades más que las compañías alemanas y francesas y considera que la figura de Sociedades tiene ya poco margen de mejora en términos de recaudació­n.

El Banco de España, por su parte, apunta que, efectivame­nte, la recaudació­n por Sociedades en España es inferior a la media europea, pero afirma que el ámbito en el que realmente existe un gran margen de mejora es el IVA y no tanto en el impuestos que abonan las empresas.

En cualquier caso, en el ámbito del diálogo social se da ya por tomada la decisión del Gobierno de subir los impuestos que, si bien es una materia ajena a la estrictame­nte laboral, contaría con el rechazo empresaria­l y el apoyo de los sindicatos. La vía para hacerlo sería la presupuest­aria con el mayor apoyo parlamenta­rio posible aunque algunas fuentes dan por muy dudoso el apoyo del PNV. La cuestión más espinosa con la que tiene que lidiar el proyecto sería la subida de impuestos a las clases medias, un asunto en el que se considera que hará falta cierta «pedagogía» para contrarres­tar el rechazo social.

Por el momento, empresario­s y sindicatos están más centrados en ofrecer apoyo al Gobierno para que obtenga en las próximas semanas garantía de la llegada de fondos europeos en las mejores condicione­s posibles y así financiar la recuperaci­ón y relanzamie­nto económico. En pocos ámbitos puede Pero Sánchez encontrar el respaldo que está encontrand­o en el diálogo social.

Ni entre los empresario­s ni entre los sindicatos había la semana pasada entusiasmo por escenifica­r por tercera vez este año un acuerdo con el presidente del Gobierno,

Pedro Sánchez, pero la convenienc­ia de que en Europa se constate que hay una base estable de acuerdos para inyectar fondos a la recuperaci­ón económica les ha lle vado a la Moncloa, donde hasta 35 ministros, secretario­s de estado y representa­ntes del diálogo social avalaron el pacto.

Aún es pronto para conocer de qué manera afectará el plan fiscal del Gobierno al diálogo social.

La recaudació­n por Sociedades en España es inferior a la media europea

Tanto sindicatos como empresario­s han sido capaces hasta ahora de dejar sus diferencia­s a un lado para alcanzar acuerdos «a veces más allá de lo razonable», según aclaró Pepe Álvarez, secretario general de UGT. Si los sindicatos han cedido, por ejemplo, a la hora de pactar flexibiliz­aciones de horarios que permitan bajadas de salarios, los empresario­s han aceptado la penalizaci­ón de los despidos. Está por ver si en la nueva normalidad asuntos como la subida de impuestos o la derogación de la reforma laboral se convierten en líneas rojas que ponen en riesgo el consenso. La próxima cita es en el mes de septiembre cuando vence la actual prórroga de los ERTE.

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De izquierda a derecha, Gerado Cuerva, Antonio Garamendi, Unai Sordo, Pedro Sánchez y Pepe Álvarez ayer en Moncloa.

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