Un concejal de éxito
VOLVER al trabajo es tener que atender a lo que dice Sánchez como si lo que Sánchez pudiese decir revistiera la más mínima importancia. Desde la lejanía se divertía uno leyendo a los exégetas de Sánchez y Redondo, como si estos dos campeones de la política instagram necesitaran exégesis para mayores de ocho años. Sánchez no hace discursos sino que se limita a ponerles rostro, ese rostro de gato satisfecho que se comió el canario un mayo de 2018 y no lo piensa escupir aunque se le caiga el país encima de la cola. «Resiliencia para todos y todas», decía nuestro concejal, porque Sánchez nunca ha dejado de ser otra cosa que un concejal de éxito, con ese horizonte a cuatro horas vista y esa retórica de telemprómpter pautado por emoticonos. Hay más política de Estado en las luces de don Abel Caballero que en las sombras de nuestro orador motivacional comprado en los chinos. Con qué cuajada postura de catálogo de Emidio Tucci miraba a izquierda y derecha, insistiendo en que «somos el país de la fibra óptica» cuando en realidad somos el país de los 50.000 muertos y el 20% evaporado del PIB. Lo que daría uno por un pantallazo del chat de los empresarios allí congregados, entre la vergüenza ajena y el aplauso debido para detener el hacha fiscal.
Habló mucho de unidad. El máximo común divisor de la reciente historia de España nos convoca a la superación de nuestras diferencias. Nos arenga el mismo que partió al PSOE en dos antes de privatizarlo, el mismo que se alió con la sedición, desenterró la guerra civil, carbonizó el centro, fomentó los extremos, blanqueó a Bildu y se fue a la playa con el legislativo candado y los barones en una gasolinera como perros indeseados. Este mismo edil de tez infinita y bronceada como el barbecho más estéril de Castilla nos explica que «si España quiere, España puede». Pero muchacho. Si te sacudes de encima todas las competencias menos las de La Mareta. Si te cuelgan los presupuestos de Montoro de la esquina de la foto desde hace dos años. Si tu única capacidad acreditada para aunar voluntades se limita al cordón sanitario a la derecha. Si fue el PP europeo el que te salvó la cara ante los socialdemócratas escandinavos.
Pero en fin, el concejal dice que preside España y habrá que seguirle la corriente, como hacen los empresarios dos segundos antes de la discreta carcajada y uno antes de la honda preocupación. Español que aterrizas atónito en septiembre, más vale que no vivas solo de pan y deposites tu fe en la autoayuda. Porque esa papilla melosa para infantes mentales es lo único que reparte tu Gobierno sin necesidad de burocracia.