El Gobierno favorece que CaixaBank absorba Bankia
Ambas entidades confirman sus conversaciones para una fusión inminente que dará origen al mayor banco del país ▶ El Ejecutivo dice que «maximizará el valor de la participación pública» en la operación
A última hora de la noche y cuando pocos podían esperarlo, saltó ayer la noticia financiera de los últimos meses: CaixaBank y Bankia preparan una fusión inminente. Ambas entidades estudian una operación que podría concretarse en las próximas semanas y que se ha acelerado a raíz de la crisis desencadenada por la pandemia de coronavirus.
La fusión, adelantada por El Confidencial y confirmada a EL MUNDO por fuentes financieras, supondría la unión de la tercera y la cuarta entidad por tamaño del sector financiero español. La propia entidad catalana confimó también la noticia a través de un hecho relevante remitido a última hora de la noche a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), en el que reconoce que «se encuentra en negociaciones con Bankia para analizar una fusión entre ambas entidades».
Tal y como se desprende del comunicado, las negociaciones se encuentran en la fase de due diligence, es decir, de intercambio de información confidencial para conocer la situación real de ambas y hasta qué punto pueden extenderse las sinergias, «sin que por el momento se haya alcanzado ningún acuerdo al respecto, más allá de la firma de un acuerdo de confidencialidad para intercambiarse información, contando con asesores».
Minutos después del comunicado de CaixaBank al supervisor de los mercados llegó el de Bankia y apuntaba en la misma dirección . La entidad «confirma contactos con Caixabank, con conocimiento y autorización del Consejo de Administración», recogíe el texto. El banco presidido por José Ignacio Goirigolzarri ha sometido a los órganos de gobierno de Bankia una propuesta de inicio de estudio y análisis que permita al Consejo de Administración adoptar la decisión fundada que corresponda.
Aunque los números son todavía preliminares y atendiendo só
lo a los datos que hay sobre la mesa, la unión daría origen a un grupo con activos por importe de 650.000 millones de euros, unas 6.600 sucursales (4.400 la entidad de origen catalán y más de 2.200 la entidad nacionalizada) y una plantilla conjunta superior a los 51.000 empleados (casi 35.600 CaixaBank y unos 16.000 Bankia) , lo que propiciaría significativas sinergias.
Según los planes avanzados por El Confidencial, La Fundación La Caixa controlaría un 30% del grupo resultante de la fusión, mientras que el
Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), bajaría su peso de casi el 62% actual al 14%. Y es que, según ha podido saber este diario, el factor político ha resultado definitivo para el avance de las negociaciones que podrían acabar dejando a la entidad madrileña en manos de la catalana.
Prueba de ello es el comunicado que emitió también anoche el Ministerio de Asuntos Económicos.
El departamento liderado por Nadia Calviño reconoce que el equipo del FROB «está permanentemente analizando las condiciones de mercado con el fin de proteger el interés público de la participación en Bankia» y tiene contacto frecuente con las principales entidades financieras del país.
En lo que respecta a la fusión de CaixaBank y Bankia, en el caso de que las negociaciones concluyan en una propuesta de acuerdo de fusión, «el FROB los analizará con completa objetividad desde la perspectiva de generación de valor y optimización de su capacidad de recuperación de ayudas».
La privatización de Bankia se ha convertido en un mantra en los despachos económicos de Moncloa durante los últimos años y han sido varios los bancos candidatos que han sonado para hacerse con la entidad. La propia CaixaBank ya había formado parte de quinielas anteriores y todo parece apuntar a que será la que finalmente concluya el proceso.
Dicha privatización permitiría al Gobierno recuperar parte de las ayudas percibidas en el rescate de Bankia, que superan los 24.000 millones de euros, de los que hasta la fecha ha recuperado solo unos 3.000 millones a través de dos procesos de venta parcial y vía dividendos. En este sentido, el Ministerio de Asuntos Económicos reconoce que ,«el Gobierno tiene una prioridad en relación con Bankia: proteger el interés general de los ciudadanos españoles, maximizar el valor de la participación pública y reforzar la estabilidad financiera del país» y esos son los principios que marcarán su decisión final.
Al factor político se suman también las voces que, a nivel europeo, alientan desde hace tiempo a la consolidación bancaria a nivel europeo.
La más potente de todas esas voces, el Banco Central Europeo (BCE), ha intensificado en los últimos meses sus mensajes sobre la necesidad de consolidación en el sector bancario para afrontar la baja rentabilidad de las entidades, que se ha acentuado a raíz de la crisis del coronavirus.
El último en ahondar en esta idea ha sido el vicepresidente del BCE y ex ministro de Economía de España, Luis de Guindos, que ha alentado esta misma a las fusiones bancarias para hacer frente al escenario posterior a la pandemia. De Guindos hizo hincapié en la diferencia entre la baja rentabilidad de las entidades españolas (de entre el 2 y el 3% en algunos casos) frente al coste de capital. Con la eventual fusión, de Bankia y CaixaBank, ambas entidades retomarían el intento que realizaron en 2012 cuando Isidro Fainé y Rodrigo Rato no consiguieron llegar a buen puerto una tentativa frustrada entonces por cuestiones políticas y discrepancias en la jerarquía de mando.