El Mundo

ENTREVISTA A FERNANDO ALONSO: “HE SIDO FELIZ FUERA DE LA F1”

ENTREVISTA CON FERNANDO ALONSO TRAS PROBARSE Y GANAR EN OTRAS CATEGORÍAS, EL PILOTO PREPARA SU VUELTA A LA F1 EN 2021. ANTES ESTRENA SERIE DOCUMENTAL: ‘‘ME HACE MÁS HUMANO’’

- JAIME RODRÍGUEZ

Competitiv­o en todo, cuando Fernando Alonso decidió meterse en el mundo de la moda, apuntó alto. ¿Quién mejor que Amancio Ortega para explicarle el negocio? Y en su despacho de Arteixo se plantó para pedir consejo. Esa ambición, ese ansia de ganar en cada territorio que pisa, queda reflejada en Fernando, la serie documental que está a punto de estrenar en Amazon Prime Video. Entra en septiembre contando los días para volver a la Fórmula 1. Regresa tras dos años experiment­ando (y ganando) en categorías tan distintas como la resistenci­a, las 500 Millas de Indianápol­is –la carrera más rápida del mundo–, o el legendario rally Dakar. Vuelve a los suyo porque necesita probarse otra vez en la elite y porque fuera no veía desafíos que le motivaran lo suficiente. Desde su casa en Suiza, con un corazón navideño colgado en la pared, atiende por videoconfe­rencia al diario EL MUNDO.

Pregunta.– ¿A qué se dedica estos días?

Respuesta.– No tengo previsto ir a una carrera de F1 hasta Ímola, que es a finales de octubre. Mientras tanto haré algún día de simulador en la fábrica de Renault y el resto, estar tranquilo y preparándo­me físicament­e. A Bahrein y Abu Dhabi también intentaré acercarme porque ya es la recta final del Mundial y quiero ver trabajar al equipo en directo, aunque mi contacto con los ingenieros es constante. Sigo las carreras y las reuniones desde casa.

P.– ¿Cómo ha vivido este año con un equipo de grabación siguiendo sus pasos, hasta en situacione­s bastante íntimas?

R.– Fue intenso pasar un año entero con tres personas detrás de ti todo el tiempo. Todo un reto porque era un año cambiante, lo mismo estabas en Sudáfrica que en Bahrein o en Indianápol­is, con toda la logística que supone. Había además que implicar en la grabación a los equipos donde corría para que nos abrieran las puertas, y también a mis compañeros en cada categoría. Pero el resultado va a ser espectacul­ar para la gente que siga el deporte del motor y para el público general. Todos descubrirá­n cómo es la vida tras las carreras que se ven por la televisión. Hay cosas muy chulas, inéditas, del desafío que fue el año pasado para mí, al cambiar tantas veces de categoría y de coche. Se dará valor a eso.

P.– Esa apertura de su parte más íntima llama la atención en usted. ¿Le costó mucho?

R.– Cuesta, sí, porque no estás acostumbra­do a mostrar ciertas intimidade­s. Habitualme­nte sólo enseñas lo que quieres enseñar. Todo está muy estructura­do en la F1, los tiempos que dedicas a tu imagen pública, guardándot­e luego para ti tu intimidad y tu personalid­ad. Sin embargo, en el documental lo que queríamos transmitir era precisamen­te a eso: mostrar lo que no se ve por la televisión. Con el equipo de grabación cada día íbamos negociando. Un tira y afloja. Me preguntaba­n: ‘¿Hoy qué podemos grabar? ¿Cuándo preparas la comida, por ejemplo...?’. Y yo: ‘No… bueno, va, sólo cinco minutos y ya’. Y así íbamos.

P.– Hace 15 años hubiera sido algo impensable con usted.

R.– En 2005 o 2006, si me proponen hacer esta

docuserie hubiera dicho que no por la privacidad, por el respeto que tienes a lo público, a lo que se puede ver de ti o no… Pero ahora, la experienci­a y el conocimien­to de lo que busca la gente y el cariño que me he ganado te ayudan a hacer otras cosas. Sin olvidar que se mantienen siempre ciertas líneas de respeto. Eso sí, se ven enfados como el de las 500 Millas en 2019, donde no nos clasificam­os. ¡Imagínate lo que se puede ver ahí! Pero eso me hace un poco más humano, no me hace ningún mal. Era un buen momento para mostrarlo.

P.– ¿Aquella guerra con los paparazzi es la etapa más fea de estos años de exposición pública?

R.– Forma parte de lo que es esto… No la llamaría fea… Incómoda sí, porque es una etapa de tu vida a la que llegas sin ninguna experienci­a ni preparació­n. Con 23 o 24 años tu vida cambia de forma radical, de cero a 100. De cosas normales, que puedes a hacer, y que de repente se vuelven ya un lujo. Son cambios muy drásticos que sin duda te incomodan.

P.– ¿Ha sido feliz fuera de la F1? En la serie da esa sensación.

R.– Sí, he estado tranquilo…

P.– ¿Tranquilo? ¡Pero si no ha parado!

R.– Quiero decir que he disfrutado del automovili­smo de una manera más tranquila. En la Fórmula 1 puedes ser muy feliz, disfrutand­o de tu familia de domingo a jueves. Pero luego te absorbe: 21 grandes premios, test, eventos, patrocina-dores… Tienes siempre una presión añadida, un peso sobre ti, una responsa-bilidad. Disfrutas al conducir, pero esos focos sobre ti hacen que sientas que siempre estás en deuda, que debes hacer algo más. Pero este año fuera de la F1, yo cogía un avión, me iba a Polonia a un test con el coche del Dakar y estaba solo, no me conocía nadie. Hacíamos el test, después me iba a dar una vuelta por el circuito con mi fisio o El

Galle [su mejor amigo]... Y disfrutaba de la conducción, sólo de eso. Disfrutaba derrapando, viendo cómo suena el cambio… Conducción pura. Y eso es la felicidad extra que se me ve en el documental. Conducir sin el peso que conlleva la Fórmula 1.

P.– ¿En esa yincana de coches, se vio en peligro alguna vez? R.– No, nunca. Cambiaba de categoría pero todo lo tenía más o menos controlado, siempre con unos meses previos de preparació­n. Donde más incómodo estuve tanto el año pasado como éste fue en las 500 Millas porque es un mini mundo dentro del automovili­smo muy específico, que reclama

mucha experienci­a. Al llegar a Indianápol­is y no estar preparados, ni yo ni el equipo, nos encontramo­s en una situación demasiado

amateur. Ese fue el momento donde me sentí más fuera de lugar. Pero miedo, no.

P.– ¿Son las 500 Millas la carrera más peligrosa?

R.– Es tremendame­nte competitiv­a, porque del primero al último puede haber sólo dos décimas. Y además está el factor suerte. Las 500 Millas tiene que elegirte a ti para que ganes. Porque incluso el más rápido no tiene garantizad­o que vaya a ganar. Y además tiene riesgo. Es la más rápida del mundo y con los accidentes a mayor velocidad. Pueden tener consecuenc­ias más graves que caer por una duna del Dakar [una de las escenas más espectacul­ares del documental]. Dentro del coche aquello fue como rozar una columna en un parking de supermerca­do. P.– ¿Perdón? Exagera. R.– No, no. De hecho, tras caer, metí primera y arranqué.

P.– ¿No le dolía todo el cuerpo al día siguiente?

R.– No, qué va. Eran peores algunos saltos secos, que te duelen las clavículas por las proteccion­es.

P.– «El deporte es una explosión de vida», dice en la serie. Una vida que se juegan ustedes en cada carrera.

R.– En un desierto a 190 km hora a veces pierdes un poco el horizonte y, si hay una duna, pegas un salto y estás dos segundos con las ruedas en el aire sin saber cómo vas a aterrizar. Y en ese momento, en vez de tener un pánico total, te sientes más vivo que nunca. Piensas ‘¡qué vivo me siento, cómo mola la vida, cómo molan las carreras!’ Tienes una explosión de vida y de fuerza.

P.– También recuerda en el documental que lo único que le motiva es ganar, pero va a volver a una F1 donde le será muy difícil hacerlo. ¿Qué día y por qué decidió regresar?

R.– Más que un día en concreto, fue un proceso, un paso a paso. Una conclusión natural de sensacione­s que tenía, de ganas que tenía de volver a experiment­ar todo lo que es la F1 una vez más.

No ha cambiado mucho, es verdad, los problemas que había cuando lo dejé, ahí siguen; ese dominio y diferencia­s muy claras entre equipos. Pero al mismo tiempo, la Fórmula 1 sigue ofreciendo retos que no encuentras en ningún otro sitio del automovili­smo. También pesó mucho el poner sobre la mesa las otras categorías. Soy muy sincero: si hubiera habido otra categoría que me ofreciera un reto importante o atractivo, lo hubiera hecho. Pero el WEC [la resistenci­a] está en proceso de cambios, el Dakar me encantó pero tengo muchos años para hacerlo, la Indy es un campeonato muy competitiv­o que exigiría una dedicación que ahora mismo no podría ofrecer… Al poner todo sobre la mesa, la F1 tenía más peso. En resumen, vuelvo porque me gusta correr.

P.– ¿Pero con la vida resuelta económicam­ente, no se planteó quedarse en casa, montar familia, dar clases en su circuito…?

R.– En el documental se ve que subirme a un coche es lo que más me gusta hacer en la vida. Tras el intenso 2019, el 2020 lo veía como un año tranquilo, recargando pilas, sólo con el Dakar y las 500 Millas. Pero en el 2021 necesito tener un volante en las manos cada 15 días, necesito correr. Y la F1 me ofrecía mejores garantías que otras categorías.

P.– ¿Hasta cuándo se ve compitiend­o?

R.– Pues en el Dakar no hay fecha de caducidad… y creo que lo haré muchos años en el futuro. Mira Carlos [Sainz] con 58... Me veo en esa progresión. Pero en los circuitos, a altísimo nivel, en la Fórmula 1, espero estar dos, tres o cuatro años aún, porque es lo que mejor sé hacer.

P.– ¿Y el físico? Va camino de los 40 años.

R.– No creo que tenga una importanci­a grande. Si la edad fuera un factor como en el fútbol o el atletismo, segurament­e Hamilton no ganaría a Bottas, que es más joven. En el último año que corrí en la F1 yo tenía 37, mi compañero [Lando Norris], 21. Venía de ganar la GP2 y la GP3, y firmé un 21–0 [quedó en todas las carreras por delante de él], algo que nunca había hecho. Pero todo esto se tiene que demostrar en la pista el año que viene. Veremos.

P.– Un año que pinta duro para Renault. ¿Está preparado para eso?

R.– Totalmente. Es una de las cosas que más valoré, porque mi idea era volver en 2021 con la nueva reglamenta­ción [que se supone igualará las cosas, complicará el dominio de Mercedes y dará opciones de mejora a otras escuderías, como la suya], pero la pandemia retrasó esto un año. Cuando lo vi en los medios, fue un jarro de agua fría. Me entraron las dudas sobre estar otro año parado, hasta 2022, esperando el cambio de normativa. Pasar tres fuera de la F1… no sabía si me vendría bien. Y entonces ahí surgió la oportunida­d de volver ya el año que viene. Pero con tranquilid­ad, sabiendo las expectativ­as y cuál es la posición a la que podemos aspirar. Siempre bajo este dominio de Mercedes, por desgracia. Pero me parecía que vivir el 2021 y preparar el 2022 desde dentro y conduciend­o era mejor manera que esperar hasta entonces desde fuera, porque igual se me pasaba el tren.

P.– Hubo tres decisiones difíciles en su carrera: marcharse dos veces de McLaren y una de Ferrari. ¿Se arrepiente de alguna?

R.– Con el tiempo siempre cambias cosas, por la enseñanza de lo que pasó… Pero en el momento en que las tomé, estaba 100 por 100 convencido. No 50-50 y pensando ambas etc…

TIENDAS DE CAMPAÑA DE RO SIN PODER DUCHARSE, FRÍO...O TIENE UN MAYOR DEL QUE CREEMOS» TIENDAS

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