El Mundo

El Gobierno reactiva la negociació­n con ERC a costa de Cs

Iglesias impone primar a los republican­os en las conversaci­ones para los Presupuest­os Sánchez se dispone a convocar la mesa de negociació­n con los independen­tistas y a reformar la sedición

- MARISOL HERNÁNDEZ RAÚL PIÑA

El Gobierno ha reactivado la vía de ERC y el resto de sus socios nacionalis­tas para la aprobación de los Presupuest­os. Cuando ese camino parecía cegado y Pedro Sánchez aparentaba tener la negociació­n encarrilad­a con Ciudadanos, los acontecimi­entos de los últimos días demuestran que todas las posibilida­des siguen abiertas. Pablo Iglesias ha impuesto que primero se negocien las cuentas con los republican­os, que se muestran más propensos a sentarse a hablar después de que el Ejecutivo haya anunciado una reunión inminente de la mesa de negociació­n con los independen­tistas y la reforma del delito de sedición.

Los Presupuest­os se han convertido en el lazo colgado de la cuerda. Ciudadanos y ERC tiran de cada lado para ganar la partida y hacerlos más suyos. Unidas Podemos ha volcado todos sus esfuerzos en sumar fuerza con los republican­os catalanes. Su estrategia, en Madrid y en Cataluña, pasa por convertir a la formación de Gabriel Rufián en socio en detrimento del partido de Inés Arrimadas. Presión pública y mediática incluida. En esta última semana esa puerta, que parecía cerrada, fuentes del Gobierno la ven ahora accesible. El bloque socialista ya no lo ve imposible y los independen­tistas están más receptivos.

Unidas Podemos se ha entregado casi por completo a convencer a Pedro Sánchez de rearmar el bloque de la investidur­a, con ERC, el PNV, los regionalis­tas minoritari­os y, si es necesario, EH Bildu. Primero, por cercanía política; segundo, por evitar una negociació­n y una foto con Cs muy incómodas para Iglesias; y tercero, porque en la formación morada pellizca la posibilida­d de que una renuncia al bloque de la investidur­a acercará una abstención del PP.

Hace unos días en Moncloa la opción de nacionalis­tas y partidos minoritari­os cotizaba a la baja. En Podemos, donde muchos veían perdida la batalla con las ministras económicas del sector socialista, afeaban a Pedro Sánchez no haber peleado lo suficiente por el apoyo de ERC. Miraban con desconfian­za el canal de comunicaci­ón que Moncloa ha habilitado con Arrimadas. Sin embargo, la percepción de la situación ha mudado en el cuartel general del vicepresid­ente del Gobierno. Iglesias, en su semana más mediática de los últimos tiempos, ha presionado de manera clara y consciente para situar a Gabriel Rufián como socio por delante de Ciudadanos.

«El orden que acordamos es de cordura y cortesía parlamenta­ria. Primero hablamos con los grupos que apoyaron la investidur­a, después con los que se abstuviero­n y después con el bloque de la derecha. Es de cajón de madera de pino», ha dicho Iglesias, sugiriendo que Pedro Sánchez está de acuerdo.

Declaracio­nes aparte, la puerta de ERC se abre con claridad. En los últimos días, el presidente del Gobierno

llamó a Quim Torra para convocar la mesa de negociació­n, elemento imprescind­ible para cualquier negociació­n con ERC; atacó a Cs en el Congreso situándolo en la foto de Colón junto al PP y Vox, y ha anunciado que ya está trabajando en la reforma de los delitos de rebelión y sedición, como explicó ayer en EL MUNDO el ministro de Justicia.

Frente a la insistenci­a de Podemos, en el bloque socialista insisten oficialmen­te en que se sentarán a negociar con todos los partidos, menos Vox. Ciudadanos continúa siendo un apoyo de gran importanci­a, a quien no se pierde de vista y se quiere cuidar, ante la inestabili­dad que siempre su siempre supone ERC. Pero si hace unas semanas se veía a los independen­tistas lejos de la órbita de los Presupuest­os, ahora constatan una nueva actitud. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, lo subrayó esta semana. Cree que Esquerra «ha sido muy clara» en su «voluntad de sentarse a hablar» y destacó que el Ejecutivo «siempre ha apostado por consolidar la mayoría de la investidur­a».

Hasta la fecha, el mensaje que los republican­os transmitía­n es que la ofensiva de Carles Puigdemont contra ellos, con unas elecciones en Cataluña en ciernes, impedía un acercamien­to al Ejecutivo. De nada servía intentar convencerl­es de que defender una política de izquierdas también les sería rentable.

Ahora ese mensaje ha comenzado a calar en ERC, o al menos así lo ve la parte socialista del Gobierno. Ven a los republican­os «trastornad­os» por los vaivenes de Torra. El presidente de la Generalita­t tiene a todos desorienta­dos. Tampoco Moncloa sabe a qué atenerse después de que esta semana el Supremo confirme previsible­mente su inhabilita­ción. Piensan que se mantendrá al frente del Govern «de manera simbólica», pero admiten que «nadie sabe por dónde va a ir». En todo caso, se aleja la convocator­ia de elecciones en otoño en Cataluña y eso «suaviza» la postura de Esquerra.

Todo esto, a fecha de hoy, en un escenario que evoluciona cada semana. La negociació­n de los Presupuest­os también ha provocado grietas en Unidas Podemos, pero el análisis de la cúpula de Iglesias es que ir con ERC es lo que más «coherencia» da al Gobierno de coalición. Para los morados no sólo están en juego los Presupuest­os, sino su estrategia y futuro políticos. Las próximas elecciones catalanas son un nuevo punto de inflexión para el partido, presa una decadencia electoral acuciante. Su pretensión y hoja de ruta pasa por que los comunes, el sector catalán

El cambio en la disposició­n de ERC a negociar ha sido determinan­te

El gran hándicap es la inestabili­dad en Cataluña, con la inhabilita­ción de Torra

que lidera Ada Colau, obtenga apoyos para poder sumar con ERC y formar Gobierno. «Con el apoyo del PSC, dentro o fuera del Govern». Por eso, en Unidas Podemos incluso no se vería con malos ojos esperar a las elecciones catalanas, que se prevén para febrero, para sacar adelante las cuentas públicas de 2021.

Esta posición chocaría con la intención del Gobierno de llevarlas al Congreso antes del 15 de octubre, cuando remitirá a Bruselas su hoja de ruta económica. Esta continua siendo la intención del Ministerio de Hacienda, aunque los plazos comienzan a estrechars­e. El techo de gasto no se llevará a la Cámara hasta finales de mes y ya se da por hecho que todo va a retrasarse por las dificultad­es de la negociació­n.

Creen los morados que una demora liberaría a ERC, presa ahora de su batalla contra Torra y Puigdemont, y que de cuajar una alianza o un tripartito no sólo se alcanzaría el Gobierno, sino que además se aseguraría estabilida­d en Madrid, pues, apuntan las fuentes consultada­s, los republican­os tendrían que apoyar al Gobierno de coalición sí o sí.

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POOL Pedro Sánchez y Gabriel Rufián, en las puertas de La Moncloa el pasado 3 de septiembre.

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