Escabechina de mitos hispanos
EN SEPTIEMBRE, les emplacé. Han pasado cuatro meses. De la primavera del miedo al otoño de la desconfianza. El verano de la desilusión se ha llevado por delante casi todos nuestros mitos. En su origen, tuvieron una base real pero el óxido del tiempo los convirtió en leyendas. Faltos de cuidados, víctimas de malos hábitos, marchitos por la rutina. El Covid va camino de sepultar no sólo nuestra idiosincrasia de besos, abrazos y terrazas sino también gran parte de nuestras creencias.
Así se fue a la basura la superioridad moral de la monarquía campechana. El hacedor de la mítica Transición ha embarrancado en arenas del Oriente feliz. Huésped del amigo árabe. Por sus trapicheos de bazar. Y por su mala cabeza, disconforme con su fortuna. Quiso ser un don juan de tiros largos siendo Don Juan Carlos. Bien dice uno de la cuadrilla que «la jodienda no tiene enmienda». Eso sí, está por demostrar que la monarquía de hielo de Felipe tenga más éxito de público y crítica. Sepa doña Letizia que este pueblo perdona casi todo a los simpáticos pero no pasa una a los que percibe distantes, altivos o fríos.
El mito de la superioridad moral del Gobierno progresista tampoco sobrevivirá a la pandemia. Ni consignas feministas ni políticas de izquierda ni limpieza democrática. Un gobierno de difuntos y flores mercadeando en casa el oxígeno europeo. Vulgar en sus defectos. Trilero del mensaje (¿salimos más fuertes?). Confiando su supervivencia a la destrucción de sus aliados y/o rivales. Sepa Casado y la derecha con buenos modales que este pueblo perdona casi todo a los impostores que dan prueba de su audacia pero no siempre premia a los prudentes.
El mito de la mejor sanidad del mundo y el de la superioridad moral de una Cataluña protoindependiente que gestionaría todo mejor también han caducado. Ni lo uno ni lo otro. Nuestro sistema autonómico necesita un chequeo médico a fondo. Ya había quedado claro que no saciaba a independentistas irredentos. Ahora está en entredicho que gestione mejor la sanidad y la educación, sus funciones esenciales.
Urge reconstruir el Estado, reconstituir la nación y reescribir nuestra mitología.
PS. Abrazo solidario a todos los sufrientes en ERTE, esa UCI laboral que para muchos es estación terminus. Gracias sean dadas por los cuidados a la familia y a la cuadrilla. Y, sobre todo, a Montse. Es septiembre, terminan las largas vacaciones de 2020 y suena From Paris with love. Voz de Melody Gardot, que volvió a nacer gracias a la música.