«Las tías somos graciosas. En mis monólogos oigo las risas»
Pregunta.– ¿Qué es la mala follá granaína?
Respuesta.– Es un poco difícil de explicar. La gente lo toma como algo malo, pero no lo es. La mala follá es la ironía con un poco de mala leche. Es guay y a mí, en el humor, me sirve. Aunque la expresión suena fuerte.
P.– ¿Cómo termina una licenciada en Ciencias de Educación haciendo reír a la gente?
R.– Quise estudiar Magisterio, pero siempre
he sido un poco tontuna. Hace cuatro años, hice un vídeo hablando sobre Granada, lo subí a las redes, se viralizó. Y hasta hoy.
P.– ¿Llegó a dar clases?
R.– Trabajé en centros escolares por las tardes y en extraescolares, pero oficialmente en un colegio, no. No me dio tiempo.
P.– El coronavirus ha provocado que se cancelen infinidad de espectáculos, pero miro su web y está plagada de bolos por todo el país.
R.– He tenido la suerte de que, gracias al confinamiento, he conseguido mucho público nuevo y he podido actuar en sitios grandes al aire libre, que es lo que se permitía este verano. La gente se lo ha currado mucho, organizando espectáculos con todas las medidas de seguridad.
P.– Antes de la pandemia ya hacía giras con su monólogo Mi padre flipa.
R.– Empecé hace dos años muy poco a poco. El espectáculo ha variado mucho en este tiempo. Antes del confinamiento, ya tenía trece bolos con entradas agotadas en espacios más reducidos.
P.– Y encima está grabando una película.
R.– Me han dado un papelito en una película de la directora vasca Ana Murugarren. Tengo compañeros geniales como José Mota o Pepe Viyuela. Es una comedia sobre una compañía de aviones low cost a la que le va muy mal. El rodaje acaba en septiembre, pero hasta la próxima primavera, como muy pronto, no se estrenará.
P.– ¿Por qué no habla de política en sus vídeos y monólogos?
R.– Desde pequeña, cuando toda la familia, que éramos como quince, llegábamos a la casa de mi abuela, ella decía que no se hablaba de política porque acabábamos peleados. Es verdad, la política desune. Y meterme ahí no me gusta.
P.– ¿Cómo es ligar en la era de Tinder?
R.– Con Tinder no me he puesto, sólo alguna vez lo he visto con mis amigas. Ahora hay muchas facilidades para ligar.
P.– Ahora que es famosa ligará un montón.
R.– ¡No tengo mucho tiempo para ligar! No paro y en el confinamiento no se podía...
P.– El tópico dice que las tías no tienen gracia.
R.– Eso es mentira y una tontería. Somos menos las mujeres cómicas y, antes, era muy difícil ver a una chica encima de un escenario, hablando sobre sexo, masturbación, cosas escatológicas… Los temas de los que yo hablo. Pero las tías sí somos graciosas. En mis monólogos, oigo las risas de la gente.
P.– Claro, porque usted habla sin tapujos sobre sexo, masturbación...
R.– El 85% de mi público es mujer y la mayoría que me sigue en las redes es chica. Les gusta lo que hago porque se sienten identificadas. Aunque estos asuntos no se escuchen mucho en los escenarios, nosotras sí hablamos de eso con nuestros grupos de amigas.
P.– ¿Por qué le gusta provocar a los hombres?
R.– No es provocar sino hablar con ellos y preguntarles sobre los tamaños de los pitos y las formas, pero ¡con todo el respeto, eh¡ Una vez, en un monólogo, uno se levantó y se fue. Me gusta hacerles sentir un poco incómodos.