Intercambios epistolares
DURANTE cuatro décadas Miguel Delibes y Francisco Umbral se estuvieron enviando cartas, 248 concretamente, de las que hasta ahora solo se conocían 16. De algunas de las inéditas que pronto se reunirán en un libro, con motivo del centenario del nacimiento de Delibes, nos ha dado cuenta esta semana Manu Llorente en este periódico. Emociona leer cómo se cartean dos de los grandes escritores del siglo XX, dos genios que manejaban las palabras de forma tan distinta, que escribían con ritmos tan diferentes. Dos literatos capaces de enfrentarse a la muerte desde posiciones tan lejanas como cercanas, uno desde La hoja roja y el otro desde Mortal y rosa. Son cartas de dos personas que se admiran, que se respetan, que tienen dos maneras de entender la literatura y que se lo dicen a la cara. Delibes es implacable, le escribe de hermano mayor a hermano pequeño, y Umbral consiente y acepta encantado su posición: «Los libros debes reposarlos más… Tal vez escribes demasiado, saltándote ese proceso de maduración imprescindible». El hermano pequeño se revuelve: «Yo no tengo la culpa de ser rápido, de tener salud y ganas de escribir». Así una detrás de otra. Son misivas que rebosan sinceridad.
Nada que ver con otras cartas que hemos conocido esta semana, las que se han cruzado Sánchez y Ayuso. Tras seis intentos sin
Tras seis intentos sin respuesta, Sánchez envió una carta a la presidenta que es más noticia por lo que es que por lo que dice
respuesta, el presidente envió una carta a la presidenta que es más noticia por lo que es que por lo que dice, y porque lo hizo horas después de que el vicepresidente, de Ciudadanos, reclamara lo que lleva semanas pidiendo su jefa, del PP. De hermano mayor a hermana pequeña, más aún, de padre a hija, Sánchez le viene a decir a Ayuso: «Vale chiquilla, miro mi agenda y ya si eso me paso yo por Sol y veo que puedo hacer para solucionar la que estás liando». Montados ya en la segunda ola resulta más que frívolo considerar ahora capital «reforzar los mecanismos de cogobernanza» para «superar cuanto antes los momentos críticos en beneficio de los ciudadanos». «Nuestros equipos pueden empezar a trabajar en una reunión…» Joder, coge el teléfono y di: «Isabel, ¿estás en Sol?. Voy para allá». Hasta el lunes es ya tarde. Que Ayuso se ha dado cuenta de que «necesitamos estrategias conjuntas».
Afortunadamente, Delibes y Umbral ataron sus cartas con una guita y las guardaron para la posteridad. Las de Sánchez y Ayuso están ya en la papelera de reciclaje de sus ordenadores, a la espera de un clic para ser vaciada.