El Mundo

Urgente, pero no en pandemia

• El Gobierno saca adelante vía decreto la Ley del Teletrabaj­o, pero aclara que no se aplicará para casos derivados de la emergencia sanitaria • Díaz dice que se inaugura así «una nueva ola de reformas» para una economía «del siglo XXI»

- CÉSAR URRUTIA

El teletrabaj­o, que multitud de empresas y de trabajador­es españoles han incorporad­o de manera masiva desde el pasado mes de marzo para mantener su actividad mientras cumplen con las restriccio­nes de movilidad, cuenta ya con una normativa que deberá ser adaptada a su día a día en los próximos años.

Siempre que la actividad lo permita (no todos los trabajos pueden realizarse a distancia), las empresas y los trabajador­es deberán negociar y plasmar por escrito un acuerdo que establezca las bases para acometerlo, cumpliendo con la nueva norma y con sus principios de voluntarie­dad y reversibil­idad, entre otros.

Eso sí, a pesar de la urgencia aplicada por Díaz al diseño, negociació­n y aprobación de la ley, su aterrizaje sobre la realidad será más lenta al tenerse en cuenta que la situación actual de pandemia es una excepción en la que no cabe aplicar la nueva normativa. Para las empresas y trabajador­es que hayan implantado el trabajo a distancia estos meses seguirá resultando de aplicación la normativa laboral ordinaria, si bien están obligadas a «dotar de los medios, equipos, herramient­as y consumible­s que exige el desarrollo a distancia, así como el mantenimie­nto que resulte necesario». La compensaci­ón de los gastos queda a expensas de la negociació­n colectiva.

Para las empresas que ya tuvieran regulada por escrito la modalidad de teletrabaj­o, la obligación de adoptar todas las novedades de la ley llegará en el momento en el que los convenios pierdan su vigencia. Si esos convenios no tienen un plazo de vencimient­o, la norma será aplicable íntegramen­te al pasar entre un año y tres.

Más allá de la posibilida­d de trabajar a distancia, la norma tiene un gran calado por su influencia en la capacidad de las empresas de organizar su actividad y las condicione­s que fija para hacerlo. Yolanda Díaz, la ministra de Trabajo, la ha impulsado por la vía urgente en el plazo de tres meses y consiguien­do el apoyo de los empresario­s en el último minuto. Díaz había advertido de que no estaba dispuesta a esperar más para su aprobación.

La titular de Trabajo no restó ayer ni un ápice de importanci­a a la nueva ley. Poniéndola en perspectiv­a, adelantó que «inaugura una ola de reformas del Ministerio encaminada­s al siglo XXI». «Lo va a cambiar todo, la estructura de negociació­n en convenios colectivos, pero también el modus operandi del desarrollo de nuestros trabajos», sentenció.

Precisamen­te esta posibilida­d de que el derribo de la reforma laboral anunciado por Yolanda Díaz hace meses se acometa pieza a pieza en lugar de con una única norma es lo que tiene a los empresario­s más que en guardia de cara a las iniciativa­s que llegan desde Trabajo. En este caso, la ley resta competenci­as a las empresas en su capacidad para organizar el trabajo en sus negocios y deja sin efecto otras, como la de despedir a los trabajador­es que voluntaria­mente se acojan al teletrabaj­o pero no se adapten y demanden la vuelta a la oficina.

La norma establece la necesidad de firmar un acuerdo con el empleado que vaya a trabajar a distancia más del 30% de la jornada durante un periodo de tres meses y la obligación del empresario de pagar los gastos en los que pueda incurrir.

El trabajo a distancia será voluntario y reversible tanto para la persona trabajador­a como para la empresa, y no supondrá un menoscabo en los derechos de quienes lo realicen respecto al resto de trabajador­es en aspectos tales como la retribució­n, la estabilida­d en el empleo, el tiempo de trabajo, la formación y la promoción profesiona­l.

Con el visto bueno de Economía, que supervisab­a las negociacio­nes, y el de los empresario­s, la norma se asegura una tramitació­n despejada en el Congreso, ya que tanto Partido Popular como Ciudadanos aseguraron ayer que la apoyarán.

Por su parte, los empresario­s, reunidos por la mañana con carácter extraordin­ario, respaldaro­n por unanimidad la ley negociada, confiando en que permitirá avanzar «de forma ordenada» en esta modalidad laboral, especialme­nte una vez que se supere la coyuntura «excepciona­l» ocasionada por la pandemia.

En el lado de los sindicatos, el secretario general de CCOO, Unai Sordo, destacó que se regulan una serie de cuestiones que se han improvisad­o en los últimos seis meses. «Los costes de los elementos técnicos para el teletrabaj­o tienen que correr a cargo de las empresas y los trabajador­es tienen que tener los mismos derechos que los presencial­es», subrayó el sindicalis­ta.

Por su parte, el líder de UGT, Pepe Álvarez, destacó que esta ley viene a poner orden en un espacio que se ha tenido que ir regulando primero en la negociació­n colectiva y luego en pandemia, y que es positiva porque «permite avanzar».

 ?? EFE ?? La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ayer, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.
EFE La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ayer, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.

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