«No se puede decidir a salto de mata, como ha pasado con el Covid»
Ex director general de Salud Pública entre 2008 y 2011, defiende la necesidad de una evaluación externa e independiente de la gestión de la crisis del coronavirus. El objetivo no es criminalizar ni buscar culpables, subraya, sino aprender de lo sucedido p
Catedrático de Salud Pública de la Universidad Miguel Hernández de Alicante, Ildefonso Hernández ha asesorado a varios gobiernos autónomos, como el de Asturias, en la gestión de la pandemia. El también ex director general de Salud Pública (entre 2008 y 2011) es uno de los expertos españoles que han reclamado a través de varias cartas en The Lancet una evaluación independiente de la gestión de la pandemia.
Pregunta.– ¿Por qué España está a la cabeza de Europa en contagios?
Respuesta.– La respuesta rápida es que no lo sé. Sabemos que hay cosas que no se han hecho bien. Pero las causas concretas, lo que diferencia lo que ha pasado en Madrid y en Milán, es difícil establecerlo ahora. Por eso, precisamente, necesitamos una evaluación independiente. Para contestar a esas preguntas.
P.– ¿Cuáles son esas cosas que no se han hecho bien?
R.– En el seno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, el Gobierno y las comunidades autónomas aprobaron un plan de respuesta temprana, que tenía una serie de previsiones y señalaba cómo había que responder a partir de julio. Pero da la impresión de que algunas comunidades autónomas no han respondido a este plan. Ese documento ponía pilares de respuesta temprana, las medidas a adoptar en función de escenarios, las capacidades para garantizar los planes de vigilancia, la alerta precoz... Era un plan general que cada CCAA debía adaptar. En algunos sitios han esperado a que la incidencia esté en 1.000 casos por 100.000 habitantes para tomar medidas y contratar personal. Eso explica, en parte, cómo está el país.
P.– ¿Qué comunidades lo han hecho mejor y cuáles peor?
R.– Tengo conflicto de intereses porque he estado implicado, como miembro de un comité de expertos, en asesorar a más de un Gobierno autónomo, así que prefiero no pronunciarme. Creo que en muchos sitios no se ha vivido como una alerta temprana el que hubiera pocos casos. Pero precisamente era con pocos casos cuando había que hacer lo posible para controlarlos. Yo creo que esa respuesta no se ha hecho bien. Pero lo que tenemos que hacer ahora es convencer a las autoridades de que no es demasiado tarde y tienen que ponerse al día.
P.– ¿Se está cargando la mayor parte de la responsabilidad sobre los hombros de los ciudadanos?
R.– Los ciudadanos también tienen su parte de responsabilidad, pero mi sensación es que la comunicación que se ha hecho en Salud Pública no ha sido de suficiente calidad, no ha sido lo suficientemente pedagógica. Quizás es una percepción subjetiva, pero no sé si se ha transmitido bien que era importante la protección en sitios cerrados y en contacto con personas no convivientes. Es ahí donde precisamente más hay que usar la mascarilla y guardar las distancias. No sé si ese tipo de mensajes han llegado. También creo que no se ha monitorizado el comportamiento ni se ha evaluado en qué grado estaba siendo efectiva la comunicación. Y eso es fundamental para entender por qué se han llevado a cabo unas conductas de riesgo y también para poder adaptar los mensajes.
P.– ¿Las multas habrían ayudado?
R.– Han faltado algunas multas ejemplares. Todos recordamos cómo fue la implantación de la ley contra el tabaquismo. Un restaurante del sur de España se rebeló, pero la multa diaria por parte de la Junta de Andalucía fue muy pedagógica, porque a partir de entonces no hubo que poner muchas más. Quedó muy claro el mensaje: esto hay que cumplirlo. El problema aquí es que a veces hay desajustes. A veces el eje de equidad funciona al revés y se le exige más a quien menos se le debe exigir, y eso puede ser un problema.
P.– ¿Por qué es necesaria una evaluación externa de la gestión?
R.– Cuando pedimos una evaluación exhaustiva no sólo nos referimos a analizar lo que está pasando, qué medidas son inefectivas, cuáles hay que reforzar, etc. También, y eso es fundamental, reclamamos una evaluación de las políticas públicas. Tiene que haber transparencia, tiene que haber rendición de cuentas, asumir la responsabilidad de las cosas que se han hecho, buscar qué se puede mejorar... La intención es muy constructiva, no se trata de buscar culpables, sino de aprender y cambiar para mejorar la situación de salud de la población española. Las cosas no se pueden decidir a salto de mata, como ha pasado en la pandemia. Debemos alejar la visión un poco y evaluar las cosas porque, si no, no tendremos una brújula adecuada para navegar.
P.– ¿La pandemia nos está poniendo frente al espejo?
R.– Sí, en cuanto a Salud Pública nos está mostrando que durante muchos años habíamos transigido con que se considerara algo opcional, cuando no puede serlo. Pero también ha puesto al país enfrente de muchas carencias, como la falta de rendición de cuentas y una política a salto de mata, donde hay gente muy mediocre que no piensa en resolver los problemas colectivos.
P.– ¿Hemos aprendido alguna lección de la pandemia?
R.– Una de las lecciones más positivas fue la versatilidad que desplegaron los sanitarios, que ahora se sienten defraudados. Y se escuchan algunas excusas de mal pagador. Pero todo el mundo sabe que sus condiciones son malas y que no se puede tener a profesionales excelentes como los nuestros en esa situación.
«Algunas CCAA no han respondido a los planes de respuesta temprana fijados»
«No se ha explicado bien la importancia de protegerse en espacios cerrados»
«Han faltado algunas multas ejemplares para fijar las medidas»
«No se puede tener a sanitarios excelentes en la situación que viven»