“La promesa de la 4T sobre los 43 ya es un grave pendiente”
Para el presidente Andrés Manuel López Obrador fue promesa de campaña, yes ahora un grave pendiente. A los familiares de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa les abrió los cuarteles, giró orden de aprehensión contra Tomás Zerón y tiró la “verdad histórica”. Creó una comisión especial, pero no ha pasado nada: no hay más restos identificados, Zerón sigue prófugo y no se sabe dónde están los 43.
A finales de septiembre de 2014, el entonces titular de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, salió a un mitin en la calle de Bucareli a resolver la huelga con los estudiantes del IPN, en mangas de camisa… como ese negociador que podía ser el próximo Presidente. Aquella tarde respondió que lo de Iguala era un tema local; el gobierno peñista, en general, menospreció la carga ideológica y no lo dimensionó políticamente.
Al presentar los avances en las pesquisas a cargo de la 4T, el representante del GIEI, Francisco Cox, aseguró que la construcción de la
“verdad histórica” se constituyó intencionadamente como“un obstáculo para conocer el destino de los muchachos”.
Para el fiscal Alejandro Gertz Manero, los jóvenes desaparecidos “quedaron en medio de un choque de intereses de las fuerzas del narcotráfico (Guerreros Unidos y Los Rojos), con sus encubridores y socios enquistados en las policías locales, en la Policía Federal, en los distintos organismos y fuerzas del Estado mexicano que tenían presencia en ese lugar”.
Y se refirió a una matanza, también en Iguala, que nadie investigó y donde se habla de que cerca de 80 personas fueron masacradas y ocultadas. Desde la cúspide del poder, dice Gertz: mintieron, torturaron, realizaron falsas diligencias y encubrieron una trama que se ha logrado exhibir.
Había una consigna de los familiares de los estudiantes normalistas desaparecidos hace seis años; sonaba a propaganda política… y hoy se ha convertido en hipótesis de la nueva investigación:
“fue el Estado”.
Los jóvenes “quedaron en medio de un choque de intereses”
Palabras clave
Al tiempo que se da la compleja etapa de judicialización de las investigaciones… y el espinoso papel a jugar de los jueces, Alejandro Encinas, cabeza de la Comisión Especial del caso Ayotzinapa, habló de la dificultad de romper lo que llamó, ojo, un “pacto de silencio para esclarecer un crimen de Estado a seis años de distancia”. De romperse, ¿qué tal si nos salen en los siguientes días con que algunos de los 43 viven?