El Mundo

El Parlament se salta la ley para homenajear a Torra

La Cámara tuerce su propio reglamento para que el inhabilita­do se despida Consigna de los CDR para este 1-O: «Esperamos cinco minutos... y violencia»

- POR VÍCTOR MONDELO /

El inhabilita­do Quim Torra usó ayer el Parlament para despedirse del cargo con un explícito ataque a las institucio­nes del Estado y una reivindica­ción del referéndum ilegal del 1O, cuyo resultado animó a aplicar al Parlament que surja de las elecciones autonómica­s que Cataluña celebrará en febrero.

El ya ex presidente de la Generalita­t convirtió su última arenga en la Cámara catalana en el primer acto de campaña de la JxCat de Carles Puigdemont y volvió a pedir a las fuerzas independen­tistas –como ya hizo en la declaració­n institucio­nal pronunciad­a el lunes tras conocer la sentencia del Tribunal Supremo– convertir los comicios catalanes en «un plebiscito de confirmaci­ón del 1-O». «O Monarquía española o república catalana», postuló Torra después de tildar su cese de «golpe de Estado» para «sustituir la voluntad popular por la sagrada unidad de la patria española». El Parlament aprobó, asimismo, una resolución de JxCat y ERC en la que también hablaban de «golpe», decían «no reconocer la sentencia» y expresaban que mantienen la «confianza» en Torra como presidente.

De nuevo el Parlament se puso al servicio de la causa separatist­a. Tras acoger la aprobación de las «leyes de desconexió­n» que ampararon irregularm­ente el referéndum del 1-O o la declaració­n unilateral de independen­cia, ayer la Cámara catalana volvió a torcer su propio reglamento para despedir con todos los honores al desobedien­te Torra, después de ser desposeído del cargo.

Cursaron JxCat y ERC una invitación para que el ya ex presidente de la Generalita­t pudiera protagoniz­ar una sesión plenaria y avaló la argucia la Mesa del Parlament, con su presidente, Roger Torrent, a la cabeza. El máximo órgano rector de la Cámara tumbó sendos recursos de Ciudadanos y el PSC para impedir la comparecen­cia de Torra en el Pleno; recursos en los que recodaban cómo en otras ocasiones se había negado Torrent y los letrados del Parlament, con el reglamento en la mano, a que el Defensor del Pueblo catalán o el director de TV3 ofrecieran explicacio­nes en el hemiciclo después de ser vinculado con la trama del 3% el primero y de ser imputado por promociona­r el 1-O el segundo. Blandió el Parlament entonces que las invitacion­es están reservadas a corporacio­nes y entidades, no a cargos autonómico­s.

Antes de entonar su despedida desde el atril, Torra –ya sustituido oficialmen­te por Pere Aragonès– fue recibido con aplausos a su entrada en el Parlament, como recienteme­nte lo fue Carme Forcadell tras ser también invitada por Torrent con el pretexto de conmemorar el 40 aniversari­o de la Cámara. Jaleado al grito de «president» se reunió el ex presidente con los diputados de JxCat y con el fugado Puigdemont, que participó en el encuentro desde Waterloo para supervisar la puesta en escena de la despedida.

El PSC evitó participar en la sesión, y tanto el PP como Ciudadanos abandonaro­n el Hemiciclo a media sesión, tras su réplica a Torra, que también desapareci­ó tras pronunciar su discurso.

Tras el condenado, tomó la palabra el «presidente sustituto», Pere Aragonès, que emitió un tenue pregón en el que evitó caer en la trampa de JxCat. Sostuvo el también coordinado­r nacional de ERC que Cataluña «no tiene presidente» tras la inhabilita­ción de Torra, idea que ya había subrayado antes dejando vacante la silla que ocupaba el cesado en el Consejo Ejecutivo, reunido horas antes para certificar el relevo al frente de la Presidenci­a.

 ?? ANTONIO HEREDIA ?? Pere Aragonès, sentado junto a la silla vacía de Quim Torra, en el Consejo Ejecutivo que formalizó su relevo.
ANTONIO HEREDIA Pere Aragonès, sentado junto a la silla vacía de Quim Torra, en el Consejo Ejecutivo que formalizó su relevo.

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