El Mundo

Cuando la violencia de género mata niñas

En octubre se cumple el aniversari­o de los 2 crímenes a víctimas más jóvenes en España

- POR RAFAEL J. ÁLVAREZ

Alba estaba cansada de que él le impidiera ver a sus amigos o de tener que pedirle permiso para todo y cortó la relación, pero aquel lunes José Michel de los Ángeles la esperó en la escalera, la acuchilló, la metió en casa y terminó con su vida de 34 puñaladas. Él tenía 18 años y ella 14.

Almudena sentía miedo porque sabía que él la miraba con prismático­s mientras se bañaba en la piscina o se apostaba a la salida del colegio, pero aquel sábado Juan Carlos Alfaro esperó a que la niña saliera de un cumpleaños y disparó hasta matarla. Él tenía 39 años y ella 13.

Son los crímenes machistas sobre víctimas más jóvenes desde que hay registros. Y los dos se produjeron en un mes como éste. El de Almudena, el 20 de octubre de 2012. Y el de Alba el 7 de octubre de 2013.

Hoy, ocho y siete años después, las madres de ambas menores cuentan a EL MUNDO cómo eran esos dos universos de maltrato y desigualda­d, la prueba de que la violencia de género también mata niñas.

«Cada 7 de octubre es un infierno, porque representa que Alba ya no está. Pienso que ella me ve, pero que Dios ha sido injusto. Ojalá las chicas

«No era una relación, era la obsesión de un pederasta» (madre de Almudena, 13 años)

«A mi hija no la mató el amor, la mató la posesión» (madre de Alba, 14 años)

y las familias vean que si un chico les impide ir con amigos o llevar falda o tiene celos, no las está queriendo, sino controland­o. No es amor, es posesión. Y eso es lo que mató a mi hija».

Se llama Maite Egea y es la madre de Alba Martí, una cría de Tárrega (Lérida) asesinada por su ex novio. «La violencia de él era oculta. Yo veía celos, pero no los identifiqu­é, pensé que era el primer amor».

El amor mutó en reproches si Alba veía a sus amigos, si salía sin que él supiera adonde, si iba con escote... «Sus amigos veían que la controlaba y ella se empezó a sentir encerrada».

Los padres se separaron en agosto y Alba rompió con José Michel en septiembre. «A partir de agosto, sí vi las cosas peor. Alba me contó que iba a dejar al chico y la apoyé. Pero él no lo aceptó. La semana antes del asesinato no la dejó en paz».

«Fue una semana de acoso y derribo, el final de una relación de control y sumisión. Pero ella no era consciente porque tenía 14 años y nadie le había explicado nada sobre violencia de género». Es Marta Duró, que ejerció la acusación en el juicio que condenó a 25 años de prisión a José Michel. «El 30 de septiembre, Alba bajó las persianas de casa de su padre porque estaba harta de que él la controlara también allí. El 1 de octubre, utilizó el Facebook de un amigo para hablar con ella. El 2 usó el móvil de una amiga. El 4 y el 5 fue a verla y hubo tensión. Y el 6 fue a buscarla seis veces hasta que la contactó por Facebook. Fue el detonante».

La abogada habla del diálogo en el que José Michel insiste y Alba se niega a retomar la relación. Las comillas de aquella niña de 14 años definen a una víctima de violencia machista: «Tú haces lo que quieres y yo no puedo ir al baño sin que lo sepas (…) No quiero hablar contigo, vas a ponerte a dar golpes a la pared como el otro día (…) No quiero seguir así y tú lo tienes que respetar. Se acabó».

Al día siguiente, Alba estaría muerta.

En la tarde del 7 de octubre, Alba salió del colegio con un compañero. Compraron donuts y se los comieron en el portal. Se despidiero­n y ella subió en el ascensor hasta el quinto piso. Cuando abrió se topó con José Michel y su cuchillo de pesca submarina. Alba huyó hasta la última planta, donde una puerta cerrada la dejó sin salida. Allí, José Michel asestó dos puñaladas a Alba. Cargó con ella, entró en la casa e introdujo a Alba en una habitación, donde le propinó 32 puñaladas. Se lavó las manos, se fue a su domicilio, metió su ropa ensangrent­ada y el cuchillo en una mochila y salió a jugar al fútbol. Y allí, jugando, fue detenido.

Mientras, en el piso de la niña Alba muerta ocurrió algo con la mujer Maite viva. «Llegué de trabajar, me cambié de ropa y me puse a recoger. Sonó el timbre y eran los Mossos. No me lo dijeron, pero Alba estaba muerta en una habitación y yo había pasado por delante 10 veces sin saberlo. Si la hubiera encontrado yo, nos tendrían que haber sacado a las dos con los pies por delante».

– Maite, ¿qué es la vida siete años después?

– Un infierno. Vivo porque tengo que vivir. Estoy con psicólogos y pastillas y sé que nunca volveré a ser la misma. Me falta un pedazo.

Un año antes del caso de Alba, en El Salobral (Albacete), un hombre de 39 años había matado a un vecino y a una niña de 13 con la que se decía que tenía una «relación consentida».

«Eso no era una relación, era la obsesión de un pederasta. Durante un tiempo, ella iba a casa de él porque era vecino de su padre y le ponía discos de Héroes del Silencio, le dejaba disparar y jugar con los perros. Le lanzó una trampa y la niña se colgó hasta que ella se hartó y se alejó. Pero él estaba obsesionad­o y mi niña sabía que la iba a matar».

Adela Márquez tiene fotos de Almudena por casa. Hoy es una madre repetida, con otras dos hijas y un embarazo por acabar. A las pequeñas no les extraña ver fotos de esa niña que no está... Es la Tata Almu.

En 2012, la edad de consentimi­ento sexual estaba fijada en 13 años, justo la de Almundena. Pero ninguna institució­n vio más allá de la ley: una niña de 13 años y un hombre de 39... «Puse muchas denuncias y fui al cuartelill­o 20 veces. Les decía que acosaba a mi hija, que iba al instituto a espiarla y hasta que me amenazaba con quitarme su custodia. Pero no cursaban la denuncia porque decían que la relación era consentida. Cuando fui al Centro de la Mujer ya era tarde. No llegamos a tiempo».

El tiempo es lo que pasó aquel 20 de octubre. «Almudena llevaba tiempo triste y nerviosa. Un día, él se la llevó a un cerro y otro saltó por la ventana y se la llevó a su casa. Un miércoles le dije a la Guardia Civil que se había rapado el pelo y que estaba planeando llevársela o matarla. Ese sábado la mató».

En la tarde del 20 de octubre, Juan Carlos esperó a que Almudena saliera de un cumpleaños y la mató a tiros. Luego disparó a Agustín Delicado, un camionero de 40 años con una hija como Almudena, e hirió al abuelo de la niña. Y huyó. Se escondió durante dos días en una finca ante el cerco de la Guardia Civil. Y a la misma hora en que el pueblo enterraba a Almudena, Juan Carlos Alfaro salió de su escondrijo y se suicidó.

– Adela, el caso de su hija impulsó la reforma de la edad de consentimi­ento sexual en España, que está fijada ya en 16 años. ¿Es suficiente?

– No. Necesitan más para madurar. Una chica de 16 años con un tío de 50 tiene otro nombre. La diferencia de edad es clave para manipular.

 ??  ?? Alba Martí, asesinada en 2013.
Alba Martí, asesinada en 2013.
 ?? ÁLBUM FAMILIAR ?? Almudena Márquez, 13 años, asesinada en Albacete en 2012.
ÁLBUM FAMILIAR Almudena Márquez, 13 años, asesinada en Albacete en 2012.
 ?? ÁLBUM FAMILIAR ?? Alba Martí, 14 años, asesinada en Lérida en 2013.
ÁLBUM FAMILIAR Alba Martí, 14 años, asesinada en Lérida en 2013.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico