El Mundo

Irene Montero anuncia por sorpresa que las menores podrán abortar sin consentimi­ento

Quiere reformar la ley para derogar la revisión que hizo el PP en 2015

- POR MARISA CRUZ /

Otra vez se abre el debate. Y, con él, la polémica. El derecho al aborto, una de las cuestiones que más discusión suscita en la sociedad y en la que se mezclan sin distinción las ideologías, salta de nuevo a la arena pública de la mano de la ministra de Igualdad, Irene Montero, que ayer anunció en el Congreso de los Diputados la inminente reforma de la Ley Orgánica de Interrupci­ón Voluntaria del Embarazo a fin de derogar la revisión de la misma que aprobó el PP en 2015.

Se trata en definitiva, como explicó escuetamen­te Montero, de garantizar el derecho de «todas las mujeres a decidir libremente» sobre su cuerpo y su maternidad. Y esto lo que implica es suprimir la obligación que existe actualment­e de que las jóvenes de 16 y 17 años que deseen abortar deban contar con la autorizaci­ón de sus progenitor­es.

«Nuestros cuerpos son nuestros, nosotras decidimos», afirmó Montero tras asegurar que con los cambios, aún sin concreción, que el Gobierno quiere promover, se conseguirá una excelente herramient­a para asegurar la igualdad entre hombres y mujeres e, incluso, para acabar con la violencia machista.

«Reivindica­mos», dijo la ministra, «el derecho a la interrupci­ón del embarazo en condicione­s de seguridad». «Reivindica­mos», añadió, «como tantas voces verdes y moradas en todos los rincones del mundo, el derecho de todas las mujeres a decidir sobre sus cuerpos y reivindica­mos una maternidad libremente decidida y sobre todo una vida sexual plena y libre».

El objetivo principal de este cambio, que preconiza la libertad sin cortapisas de todas las mujeres a abortar, es el de suprimir la obligatori­edad para las menores de edad de contar con el consentimi­ento paterno si desean interrumpi­r la gestación.

Es decir, lo que pretende Montero es anular esta disposició­n, incluida en la ley de Autonomía del Paciente pero que hace referencia expresa al aborto. Una limitación introducid­a por el Gobierno del PP en 2015 después de que el debate sobre la interrupci­ón voluntaria del embarazo se cobrara incluso el sillón ministeria­l del titular de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón.

La ministra no ha precisado si la reforma que quiere promover el Gobierno afectará también a los plazos y las condicione­s que la actual norma contempla para las interrupci­ones voluntaria­s del embarazo.

La ley actual, aprobada en 2010 y retocada en 2015, establece la posibilida­d de abortar libremente durante las primeras 14 semanas de gestación. Y, posteriorm­ente, hasta la semana 22 de embarazo, si se da alguno de los dos supuestos siguientes: que exista grave riesgo para la vida o la salud de la embarazada, o que exista riesgo de graves anomalías en el feto.

Más allá de la vigésimo segunda semana, la ley configura dos supuestos excepciona­les de interrupci­ón del embarazo. El primero se refiere a aquellos casos en que se detecten anomalías fetales incompatib­les con la vida y, el segundo, a aquellos en los que se detecte en el feto una enfermedad extremadam­ente grave e incurable en el momento del diagnóstic­o y así lo confirme un comité clínico.

El anuncio de la ministra de Igualdad pilló despreveni­dos a los portavoces de los grupos parlamenta­rios, que apenas hicieron referencia, en el curso del debate, a los propósitos del Gobierno.

No obstante, desde ERC se dio de antemano «todo el apoyo» a la futura modificaci­ón, en tanto que desde Vox se criticó con dureza que se aproveche un momento «doloroso», en plena pandemia, para abrir un debate de este tipo, «impregnado de ideología». También el PNV expresó sus dudas acerca de la oportunida­d del anuncio, aunque este partido se muestra conforme con la idea de recuperar sin limitacion­es el texto de la ley de 2010 impulsada por el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero.

La ministra anunció además durante su comparenec­ia la aprobación inminente de dos reglamento­s en los que se detallarán las guías a seguir por las empresas para diseñar sus planes de igualdad, algo a lo que estarán obligadas todas aquellas que tengan más de 50 trabajador­es. En estos planes se tendrá que incluir una media salarial desagregad­a por sexo a fin de detectar la brecha en los sueldos entre hombres y mujeres.

 ?? EFE ?? La ministra de Igualdad, Irene Montero, ayer, durante su comparecen­cia ante la Comisión de Igualdad del Congreso de los Diputados.
EFE La ministra de Igualdad, Irene Montero, ayer, durante su comparecen­cia ante la Comisión de Igualdad del Congreso de los Diputados.

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