Sánchez promete con el dinero europeo la mitad de empleo que se creaba al llegar a Moncloa
Concentra el reparto de las ayudas en los años que quedarían de legislatura
Crear 800.000 puestos de trabajo en tres años es el objetivo que se ha puesto Pedro Sánchez en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia presentado ayer. Para ello destinará 72.000 millones de euros que llegarán de Europa, aunque sólo generará la mitad del empleo que se creaba cuando llegó a Moncloa.
Crear «más de 800.000 puestos de trabajo» y alcanzar «un impacto adicional de 2,5 puntos anuales al crecimiento». El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, presentó ayer el tan rimbombante como ambicioso Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Economía Española, y se comprometió a acelerar la creación de empleo y el ritmo de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB).
Para ello, el Ejecutivo va a llevar a cabo una inversión de 72.000 millones de euros durante los próximos tres años, esto es, en el periodo 2021-2023. La medida supone que trata de concentrar en el previsible mandato de Pedro Sánchez el grueso del plan de ayudas europeas a pesar de que el conjunto del programa está diseñado para extenderse hasta 2026. Para ello, hará uso del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (59.000 millones) así como del fondo React-Eu (12.400 millones).
La pomposidad del acto no sólo quedaba reflejada en el nombre del plan, sino también en el hecho de que el pianista James Rhodes haya interpretado el Himno de la Alegría, así como en la presencia, de forma telemática, de todos los miembros del Gobierno, los sindicatos, la patronal y numerosas representantes de la vida civil. Y ante todos ellos, Sánchez detalló de manera extensa los numerosos ámbitos de actuación del plan.
Serán «10 política tractoras» con especial incidencia en la transición ecológica, cohesión social y territorial, digitalización e igualdad de género. Y todos los ámbitos de actuación, subrayó Sánchez, están en línea con las exigencias y recomendaciones de normativa europea. Para controlar la inversión y la eficacia de las actuaciones, el Gobierno creará «foros de alto nivel» en muy diferentes ámbitos y pondrá en marcha «mecanismos de rendición de cuentas», y todo el esfuerzo permitirá «modernizar» la economía española.
Sánchez explicó en profundidad algunas acciones políticas como un plan de choque de movilidad sostenible y un plan integral de rehabilitación de vivienda y regeneración urbana; un plan de estratégico de movilización y digitalización del sistema agroalimentario y de la cadena logística, centrado en la producción ecológica; un plan de preservación de la biodiversidad con un fondo para la restauración y la recuperación ecológica; políticas de renovación energética; de modernización y digitalización del tejido productivo; plan nacional de capacidades digitales de toda la población; de impulso a la Formación Profesional.
El presidente también quiso avanzar que en los próximos Presupuestos Generales del Estado (PGE) se adelantarán 27.000 millones, y aprovechó la ocasión para volver a señalar lo imprescindible que supone la aprobación de esas cuentas. Bruselas ha manifestado que no es imprescindible contar con unos Presupuestos para recibir las ayudas, pero el Ejecutivo defiende que es la mejor forma de aplicarlas.
Este mismo martes, el Gobierno aprobó el techo de gasto, el más alto de la historia con un incremento del 53% y un total de casi 200.000 millones, y dio también a conocer el cuadro macroeconómico. En ese documento, estimó que el desplome económico será del 11% este año, superior al que estimaba previamente, y que el rebote el año que viene será del 7,2%. Sin embargo, la vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, apuntó que si se aprovechan bien las ayudas europeas, el repunte será de hasta dos puntos y medio más, que es precisamente la cifra que ayer señaló Sánchez. También ayer, después de que el presidente Sánchez presentase el plan, Calviñó realizó una presentación junto al resto de vicepresidentes en la que volvió a incidir en esa idea, y en que el PIB recuperará el nivel «previo a la llegada de la pandemia a finales de 2022» e, incluso, que volverá «a la senda de crecimiento preCovid a finales de 2023».
El plan supone «una oportunidad extraordinaria para impulsar la recuperación económica y abordar un proceso de modernización de nuestra estructura productiva», incidió Calviño, además de permitir «un crecimiento más sostenible a medio plazo desde el punto de vista económico y financiero, desde el punto de vista medioambiental y desde el punto de vista social», tal como informa Servimedia.
La Autoridad Independiente de Responsabilidad (AIReF), por su parte, avaló el mencionado cuadro macro pero avisó de que tenía importantes dudas justamente en el ritmo de recuperación, y apuntó que para alcanzar ese crecimiento potencial que ambicionan Sánchez y Calviño deberán confluir «circunstancias favorables» pero existe el «riesgo de que se materialicen escenarios menos benignos».