Navarra esquiva el cierre a la incidencia de Madrid
La presidenta de la comunidad foral, María Chivite, se limita a reducir aforos de la hostelería al 30% tras el récord de contagios, que superan (463 en un día), y presume: «Nadie ha tenido que venir a imponernos medidas»
Si una cosa nos ha enseñado el coronavirus en todo este tiempo es que jamás debemos bajar la guardia y que cualquier previsión que hagamos tenderá a cumplirse a peor. Tras haber concluido la anterior semana –del 24 de septiembre al 4 de octubre– con «un ligero descenso en la circulación del SARS-CoV-2» y una «situación relativamente estable», según recogía el informe epidemiológico del Gobierno de Navarra, los repuntes de los últimos días han marcado un nuevo récord de casos en la región y han obligado a endurecer las medidas preventivas.
A partir de mañana, martes, Navarra reducirá los aforos de la hostelería al 30%, adelantará el cierre de los establecimientos a las 22.00 y reducirá las reuniones, tanto públicas como privadas, a sólo seis personas. La presidenta de la Comunidad Foral, María Chivite, detalló ayer las medidas restrictivas, que se extenderán durante un mínimo de 14 días y plantean un «freno notable a toda la actividad no esencial». No conllevarán, en cambio, limitaciones a la movilidad entre municipios, al contrario que en la Comunidad de Madrid y a excepción de Peralta, localidad que lleva confinada perimetralmente desde el 24 de septiembre.
Según explicó Chivite, su Gobierno consideró que limitar la movilidad a otras comunidades podía tener dificultades legales –la oposición reclama a Sánchez un marco jurídico desde hace meses, sin éxito– y no quiso, por ello, correr el riesgo de que la Justicia tumbara la norma. Sin embargo, la presidenta navarra no descartó la posibilidad de ampliar las medidas si no se doblega pronto la curva, después de que el sábado se registrara un máximo de contagios desde que comenzó la pandemia, con 463 casos positivos.
El domingo, sin llegar a ese tope, también se superaron los 400. La incidencia acumulada por cada 100.000 vecinos en los últimos 14 días era el viernes de 675,31, según los datos del Ministerio de Sanidad, por encima de la Comunidad de Madrid, que descendió hasta los 540,64 –Madrid capital ya está por debajo de los 500–.
Las comparaciones con Madrid, que se encuentra bajo estado de alarma y comparte con Navarra el podio europeo de las regiones más infectadas, no se hicieron ayer esperar, empezando por la propia presidenta de la Comunidad Foral: «No estamos dispuestos a asumir que tiene que morir o enfermar un porcentaje elevado de la población para que el resto siga con su vida como si no pasara nada. Sí pasa», deslizó.
Más explícita fue al señalar que, en su opinión, «en Madrid se ha impuesto el Estado de alarma porque la Comunidad no tomaba medidas». Situación que Chivite contrastó con la de Navarra: «No ha tenido que venir nadie a imponer medidas».
La respuesta no se hizo esperar. El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, lamentó que «siempre se señale a Madrid», antes de considerar que, «en estos momentos, un ciudadano navarro tiene el doble de posibilidades de infectarse accidentalmente que un madrileño».
«La situación de Navarra es preocupante, con una tendencia en ascenso que justifica las medidas establecidas por el Gobierno navarro», señaló ayer a este diario Salvador Tranche, presidente de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria. «A día de hoy, dicen los epidemiólogos que sus indicadores globales, mirados todos, son mejores que los de Madrid. Pero, vista la tendencia ascendente, parecen muy oportunas las medidas», añade. Porque los datos de Sanidad sugieren que Madrid va, en términos de propagación del virus, tres semanas por delante de la comunidad foral.
El último informe (viernes) revelaba una incidencia para Navarra de 675,31 en 14 días. Si nos retrotraemos tres semanas, viernes 18 de septiembre, Madrid tenía 682,57 casos. Si, además, miramos cuándo empezó a descontrolarse la transmisión en una y otra comunidad, observamos que Madrid sobrepasó el umbral de los 350 casos, donde Harvard sitúa el riesgo máximo de contagio, el lunes 24 de agosto. Navarra, por su parte, lo rebasó por vez primera el viernes 11 de septiembre, es decir, casi tres semanas después. Los distintos momentos epidémicos se reflejan también en los diferentes niveles de saturación hospitalaria. Navarra dedica un 11,40% de sus camas a los pacientes de Covid, y un 23,26% en las unidades de intensivos. Madrid presenta niveles del 20,61% y el 39,33%, respectivamente, tras haber reducido levemente el porcentaje en los últimos días.
En cuanto al porcentaje de positividad en las pruebas, otro de los parámetros que tiene en cuenta el Consejo Interterritorial de Salud, Madrid encabeza el ránking español, con un 15,8%. Navarra se sitúa ligeramente por debajo de la media nacional, con un 9,1%. Aunque en positividad se acerca al límite del 10%, Navarra está muy lejos del 35% de ocupación en UCI, lo que explica que quede fuera de los requisitos de Sanidad para el cierre, parámetros que
«La Comunidad de Madrid no tomaba medidas», según la presidenta foral
Madrid ha llevado a los tribunales por considerarlos hechos ad hoc.
En el último listado del Ministerio, publicado en 2018, Navarra tenía 2,3 camas por cada 1.000 habitantes, una cifra marginalmente inferior a la media nacional (2,4), pero superior a la de Madrid (1,9). Para contextualizar el dato, cabe recordar que Francia dispone de siete camas por cada 1.000 ciudadanos; y Alemania, de ocho, según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE, en cuyo último informe, de 2019, el dato de España es de tres camas por millar).
Una vez más, el coronavirus echa por tierra el mito de «la mejor Sanidad del mundo», si bien es cierto que tanto Madrid como Navarra, pese a sus inmensas diferencias geográficas y poblacionales, pueden presumir de hospitales de prestigio internacional. Pero no empezó bien el otoño para ninguna.
Martínez-Almeida: «Un navarro tiene el doble de posibilidad de infectarse»