La tormenta perfecta
Sacar lo mejor de ti cuando más lo necesitas. Eso es lo que volvió a hacer Rafael Nadal en una final de Roland Garros no demasiado lejana de la perfección. El momento y el rival así lo exigían, en unas circunstancias que, como venimos apuntando, no eran las mejores para la naturaleza de su tenis, e incluso se complicaron al disputarse el encuentro bajo techo. Nadal sacó mejor, varió bien su golpe de derecha y agregó las dejadas. Con el revés, alternó un impacto más directo, propio de pista rápida, con los cambios de alturas. Se atrevió hasta con el saque-red. Fue un partido completísimo en el que en algunos momentos llegó a ridiculizar a un adversario de la categoría de Novak Djokovic.
Digamos que el español desató la tormenta perfecta. Pudo verse al serbio algo apático al principio, como a cámara lenta, sin la intensidad a la que nos tiene acostumbrados, pero una cosa es consecuencia de la otra. Ante lo que se le venía encima, sólo tuvo una reacción tardía en el tercer parcial, algo que únicamente le permitió maquillar el resultado, de por sí contundente. Basta observar cómo celebró el triunfo Nadal, en un día muy desangelado en comparación con otras ediciones, para certificar el hambre que aún tiene el ya 13 veces campeón en París, el jugador que se ha permitido igualar los 20 títulos del Grand Slam del mismísimo Roger Federer. Mientras sea capaz de mantener esa ilusión, y parece que va para largo, seguirá peleando por todo en cualquier escenario. Estará listo para la batalla, independientemente de quien haya delante.
El próximo año se renovará la confrontación a tres bandas, ya con Federer de nuevo en acción. El suizo ha sido inteligente aprovechando esta segunda temporada para operarse y recomponer energías. Tanto él, como Nadal y Djokovic, por malparado que saliera ayer, siguen siendo muy ganadores. Si llega el caso, suplen la falta de físico con una adecuada gestión emocional y con el acierto en las decisiones tácticas. Seguirán sin ponérselo fácil a quienes están en la segunda línea del frente.