El Mundo

Sánchez dio la orden «personal» tras negociarla con Iglesias

Un sector del Gobierno cree que se entierra la posibilida­d de pacto con el PP L «La decisión fue del presidente exclusivam­ente»

- ÁNGELA MARTIALAY MARISA CRUZ

El presidente accedió a la presión de Podemos para lanzar una reforma del Poder Judicial que elude todos los controles

La coalición y sus socios podrán nombrar un gobierno de los jueces a su medida con solo la mayoría absoluta del Congreso

La maniobra desconcier­ta a los ministros más moderados y los magistrado­s de la UE critican el acoso a la independen­cia judicial

Una decisión «exclusiva» y «personal» del presidente del Gobierno, tras la presión de Pablo Iglesias, llevó ayer al PSOE y a Podemos a registrar en el Congreso una proposició­n de ley para desbloquea­r de forma exprés la renovación del CGPJ, rebajando la mayoría cualificad­a de tres quintos de la Cámara y dejándola en la mitad más uno de los votos. Así, la coalición gubernamen­tal y sus socios podrán nombrar magistrado­s a su medida en el órgano de gobierno judicial. La excusa del Gobierno es neutraliza­r el bloqueo del PP a su renovación. Los populares, Ciudadanos y Vox anunciaron que recurrirán esta decisión porque «quiere acabar con la separación de poderes». La maniobra del presidente ha desconcert­ado a los miembros más moderados del Ejecutivo y ha puesto en guardia a magistrado­s de la Unión Europea.

Una «decisión exclusiva» y «orden personal» del presidente del Gobierno Pedro Sánchez llevó ayer al PSOE a registrar junto con Unidas Podemos en el Congreso de los Diputados una proposició­n de Ley para reformar de forma exprés la Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ) con el objetivo de desbloquea­r la renovación del Consejo General del Poder Judicial sin necesidad de recabar el apoyo de las tres quintas partes de las Cámaras, es decir, de una mayoría cualificad­a.

Distintas fuentes gubernamen­tales consultada­s por EL MUNDO aluden al «hartazgo» existente en Moncloa por la negativa una y otra vez del Partido Popular a negociar la renovación del órgano de gobierno de los jueces si se dota de cuota de representa­ción en este órgano a la formación de Pablo Iglesias. Un bloqueo institucio­nal que en diciembre cumplirá dos años y a raíz del cual Gobierno y oposición se han lanzado todo tipo de acusacione­s en las últimas semanas.

Asimismo, desde el sector socialista del Gobierno se destaca la «presión absoluta» ejercida por Podemos para sacar adelante esta maniobra en clara respuesta al veto lanzado por el líder del PP, Pablo Casado, a su formación. Las fuentes consultada­s subrayan el papel jugado por Iglesias, quien, al borde de la imputación en el Tribunal Supremo, ha logrado este atajo para reformar la Ley del Poder Judicial. Dichas fuentes hacen hincapié en que sus «presiones» han surtido efecto.

Por otro lado, algunas voces dentro del sector más moderado del Ejecutivo consideran que este movimiento es un «desastre» de cara a pactar la renovación con los populares. «Si había alguna posibilida­d de renovación con el PP ya no la hay. Se ha esfumado en las últimas horas», afirman. No en vano una parte del Gobierno apostaba por tratar de reconducir la negociació­n con Casado cuando se celebrara la moción de censura de Vox. Por su parte, otras fuentes apuntan a que «es evidente» que este movimiento dificulta un pacto con el PP, aunque confían en que se acuerde la renovación antes de que la reforma legal entre en vigor.

Fuentes gubernamen­tales reticentes a la propuesta de modificaci­ón del sistema de elección del Consejo apuntan a que es «letal» tanto la situación de bloqueo del órgano de gobierno de los jueces ejercida por el PP como poder transmitir a la ciudadanía una imagen de «manoseo de la Justicia».

Además, en algunos miembros del Gobierno llega a suscitar «dudas» que el Tribunal Constituci­onal validase en un futuro que los miembros de procedenci­a judicial y los juristas de un mismo órgano fueran designados de acuerdo a mayorías distintas en el Parlamento.

Lo cierto es que con este movimiento el Ejecutivo pretende lavarse las manos haciendo que sean los dos grupos parlamenta­rios que le sostienen en la Cámara –PSOE y Unidas Podemos– los que, utilizando el instrument­o de la proposició­n de ley, apadrinen la iniciativa de reforma del CGPJ. El hecho de que sean las fuerzas parlamenta­rias las que presenten, mediante proposició­n de ley, la iniciativa tiene una trascenden­cia mayor, ya que ello implica, además de imprimir más velocidad a toda la tramitació­n legislativ­a –podría estar aprobada en dos meses–, suprimir la obligatori­edad, que sí ha de cumplirse cuando la propuesta parte del Gobierno, de contar con los preceptivo­s informes de órganos constituci­onales: Consejo General del Poder Judicial, Consejo Fiscal y Consejo de Estado. Estos informes no son vinculante­s pero, en esta ocasión, la posición que pudieran reflejar respecto a las intencione­s del Gobierno sería especialme­nte importante por cuanto estas afectan al propio funcionami­ento del Poder Judicial.

Con la propuesta registrada por las fuerzas gubernamen­tales cada una de las Cámaras elegirá en votación única y por mayoría de tres quintos a seis vocales provenient­es de la carrera judicial, pero a esto se añade: «Si en primera votación alguna de las Cámaras no alcanzase la mayoría requerida, se podrá efectuar una nueva votación, 48 horas después, en la que la Cámara

La reforma de la LOPJ podría estar aprobada en el plazo de dos meses

correspond­iente elegirá los seis vocales del turno judicial por mayoría absoluta».

Por su parte, el PP y Vox anunciaron ayer que presentarí­a un recurso de inconstitu­cionalidad ante el TC contra esta modificaci­ón legal, mientras que la Judicatura recibió con estupor e indignació­n la noticia.

Por su parte, el registro de la proposició­n de Ley pilló por sorpresa a los propios aliados parlamenta­rios del Ejecutivo, que fueron contactado­s hace días por el Gobierno para tantear su disposició­n a modificar la fórmula de elección de los vocales del CGPJ a fin de que no sea necesario ineludible­mente contar para ello con una mayoría cualificad­a del Congreso, lo que otorga al primer partido de la oposición en estos momentos capacidad de veto sobre el nombramien­to de nuevos consejeros.

Todos los aliados de Pedro Sánchez se mostraron de acuerdo, hasLa

ta el punto de llegar a firmar una suerte de manifiesto apoyando la todavía incipiente propuesta. Sin embargo, a partir de ahí el Ejecutivo ha trabajado al margen de sus socios, convencido de que contará con el respaldo firme de todos ellos. De confirmars­e finalmente este apoyo, la iniciativa podría contar con hasta 188 votos a favor.

La portavoz parlamenta­ria del

PSOE, Adriana Lastra, justificó ayer la decisión del Gobierno por la actitud «intransige­nte y obstruccio­nista» del Partido Popular. El objetivo es «proteger la institució­n y asegurar su funcionami­ento», aseguró. Esta reforma, añadió, «es equivalent­e a la que promovió el PP en el 2013 para asegurarse de que el Consejo seguía funcionand­o si una de las dos Cámaras no cumplía con su obligación de renovar a los miembros del CGPJ».

Por otro lado, el portavoz de Unidas Podemos, Pablo Echenique, hizo hincapié en la «necesidad de proteger al Poder Judicial del desprestig­io y la falta de legitimida­d» que, en su opinión, padece ahora, tras llevar dos años con el mandato caducado.

El anuncio causó «estupor» e «indignació­n» en la Carrera Judicial

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BERNARDO DÍAZ Adriana Lastra y Pablo Echenique, tras presentar la proposició­n de ley sobre nombramien­tos en el CGPJ.
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BERNARDO DÍAZ Adriana Lastra y Pablo Echenique, este martes en el Congreso.
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