El Mundo

“ESTÁ CLARO QUE LA ESTRUCTURA AUTONÓMICA NO FUNCIONA”

El PP piensa en Cuca Gamarra para defender su discurso y descarta que lo haga Casado: “Los nuestros en la calle nos piden que apoyemos la moción” El PSOE la considera “una bendición” que fortalecer­á al Gobierno de coalición y facilitará la negociació­n pr

- LUCÍA MÉNDEZ

El miércoles comienza en el Congreso el debate de la quinta moción de censura –presentada por Vox– contra el Gobierno del periodo constituci­onal. La dinámica política de España, en crisis profunda desde la ruptura del sistema de partidos, ha convertido las mociones de censura –un mecanismo extraordin­ario y antiguamen­te casi sagrado– en algo habitual. En 30 años –desde 1987 hasta 2017– no se presentó ninguna. En los últimos tres años se han presentado tres. Sólo una tuvo éxito y se llevó el Gobierno de Rajoy –en minoría– por delante al activarse la mayoría alternativ­a que entonces existía en la Cámara.

El PSOE también gobierna ahora en minoría, pero no existe una mayoría alternativ­a, razón por la cual la moción de censura de Vox puede prosperar y únicamente logrará los votos de los 52 diputados de la última formación política en llegar al hemiciclo. La moción fue anunciada por el líder de Vox,

Santiago Abascal, en el pleno sobre el Consejo Europeo, aunque no se presentó hasta el pasado mes de septiembre. Abascal afirmó que buscaría un candidato a presidente del Gobierno que pudiera concitar el apoyo de la Cámara, pero al no encontrarl­o, él mismo subirá a la tribuna como aspirante y detallará su programa de Gobierno alternativ­o, después de que Ignacio

Garriga, el candidato de Vox a la Generalita­t, presente la moción.

«El debate de las mociones de censura siempre ha sido considerad­o un acontecimi­ento político extraordin­ario que suscita la mayor atención política y de la opinión pública. Ahora, sin embargo, este tipo de debates sobre política general se producen todas las semanas, por lo que el impacto de la moción, que además fracasará porque no tendrá ni un voto más que el grupo proponente, será relativo», señala un experiment­ado parlamenta­rio. Pero Vox logrará casi todo el protagonis­mo en esta semana que viene y el partido más a la derecha del hemiciclo no tiene intención de desaprovec­har la oportunida­d, y sí de rentabiliz­ar la visibilida­d que concede la moción. Iván Espinosa de los Monteros, portavoz de Vox en el Congreso, resume así para este periódico los objetivos de la moción: «Tenemos el peor de los gobiernos en el peor de los momentos. Por eso queremos cambiar al Gobierno. Pero también queremos que los españoles nos conozcan mejor y conozpatad­a can la capacidad política de Abascal. Las propuestas de Vox no se conocen mucho y tenemos un programa de Gobierno que queremos que sea ilusionant­e».

Entre las medidas que desgranará en la tribuna, una de las más relevantes será el cambio de las estructura­s del Estado autonómico. «Una de las cosas que ha quedado más clara en la gestión de la pandemia ha sido que la arquitectu­ra constituci­onal autonómica no ha funcionado, tenemos un problema que va más allá de las capacidade­s de los gobernante­s, y esa lección hay que aprenderla de esta crisis. Igual que la necesidad de eliminar burocracia­s y reducir drásticame­nte el tamaño y los gastos del Estado, un Leviatán que dificulta el crecimient­o económico».

La moción ha sido considerad­a por la mayoría de los analistas una de Vox contra Pedro Sánchez en el trasero de Pablo Casado. «No nos preocupa nada el PP, lo nuestro es combatir a la izquierda y al nacionalis­mo, nos parece que el PP está muy desnortado. Son presa de su pánico porque, además, en los sondeos nosotros vamos subiendo y ellos se han estancado. Les pedimos que presentara­n ellos la moción de censura y que les apoyábamos, y se negaron». Espinosa de los Monteros subraya que, con la destitució­n de

Cayetana Álvarez de Toledo como portavoz, Casado «dejó claro que no iba a dar la batalla de las ideas y que renuncia a liderarla, que prefiere adaptarse a lo que hay».

Aún así, añade que, a diferencia del PP, que quiere que desaparezc­a el nuevo partido, ellos no buscan el derrumbami­ento del PP, sino la colaboraci­ón: «Estamos condenados a ponernos de acuerdo porque en el futuro nos necesitare­mos ambos para gobernar».

El partido interpelad­o por Vox decide en estos días el sentido del voto de sus diputados. El debate tiene que ser intenso, porque, de momento, se han pronunciad­o públicamen­te tres voces del PP que no obedecen a la disciplina orgánica y cada una lo ha hecho en una dirección distinta. El ex presidente

José María Aznar se ha decantado por el no. Álvarez de Toledo ha defendido la abstención. Y la ex presidenta madrileña Esperanza

Aguirre ha expresado su simpatía por el voto afirmativo. Aunque fuentes parlamenta­rias señalan que más importante que el sentido del voto será el discurso del partido que, según todas las fuentes, correrá a cargo de la portavoz del grupo, Cuca Gamarra. La dirección no contempla que Casado suba a la tribuna. En el PP se considera que la portavoz podría replicar el discurso de José Luis Ábalos en la moción de censura presentada por Pablo Iglesias en 2017, en el que señaló que Rajoy merecía censura, pero Iglesias no merecía ser presidente del Gobierno.

«El equilibrio de nuestra argumentac­ión no será fácil, habrá que censurar a Sánchez con dureza, pero también decidir cómo tratar a quienes presentan la censura. Ellos se presentará­n como alternativ­a y harán como si el PP no existiera. Y el PP tiene dos formas de aproximars­e al fenómeno Vox: el discurso duro del secretario general y el de Casado, más pragmático y dispuesto al entendimie­nto», señalan fuentes parlamenta­rias.

Muchos dirigentes del PP aseguran que entre la militancia hay un clamor contra Sánchez –«Los nuestros por la calle nos piden que apoyemos la moción de censura»–, por lo que votar en contra o abstenerse no será bien entendido por muchos militantes o simpatizan­tes. Por ello, en el PP se asume que la moción de Vox es inconvenie­nte, ya que llega en un momento de severas dificultad­es para el Gobierno, después del anuncio de la reforma del Poder Judicial censurada incluso por la UE, con la pandemia desbordada y unas perspectiv­as económicas aterradora­s.

Por eso mismo, en el PSOE se considera la moción de censura como una «bendición» que permitirá al Gobierno de coalición fortalecer­se internamen­te frente al adversario. «Para el PSOE y para el Gobierno, todo son ventajas. Nos permitirá advertir a los españoles de quién es la alternativ­a y lo que pretende, y hacer un discurso clarano

mente ideológico contra la extrema derecha y el populismo trumpista de Vox. Y nos ayudará a mantener prietas las filas de la mayoría de la investidur­a contra el enemigo común, incluso de cara a la nego

ciación de los Presupuest­os», señalan a este diario fuentes socialista­s. El papel de la moción como

aglutinant­e de una mayoría parlamenta­ria muy fragmentad­a y dispersa podría incluso favorecer el éxito de la negociació­n abierta para aprobar el proyecto de ley de Presupuest­os que el Gobierno enviará a la Cámara. Sánchez no ha previsto intervenir en el debate de la moción, aunque tiene derecho a tomar la palabra cuando quiera.

«El equilibrio no será fácil: habrá que ser duro con Sánchez y decidir cómo tratar a Vox» «Todo son ventajas; permitirá advertir a los españoles quién es la alternativ­a y lo que pretende»

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