El Mundo

¿Vacunarse debe ser obligatori­o?

- IÑAKI GIL

LA RESISTENCI­A a vacunarse del personal sanitario se ha convertido en Francia en un problema de primer orden. Hasta el punto de que el primer ministro, Jean Castex, hizo el jueves un llamamient­o «solemne» para que los refractari­os cambien de actitud. Ayer domingo, los colegios de médicos, cirujanos, dentistas, comadronas, fisoterape­utas, pedicuras y podólogos, enfermeros y farmacéuti­cos publicaron un comunicado conjunto «apelando de una sola voz a los sanitarios a vacunarse». El argumento es sencillo: «Porque dentro de sus deberes deontológi­cos está proteger a sus pacientes en toda circunstan­cia y porque es imperativo que se protejan ellos mismos y sus allegados y frenen la propagació­n de la epidemia».

La dimensión del problema la cifró el ministro de Sanidad, Olivier Véran: Solo el 43% del personal sanitario de residencia­s de ancianos y centros de cuidados de larga duración ha accedido a dejarse pinchar. En el conjunto de la profesión el porcentaje es aún menor, un 30%. Las razones no están claras. Se apunta a la estrategia vacinal empezando por los mayores, a las dudas iniciales acerca de la protección al contagio e incluso hay críticas a la elegida para este grupo, la de AstraZenec­a.

El rechazo es grave. Basta saber que desde el comienzo de la pandemia, 44.000 personas se contagiaro­n de Covid en centros sanitarios y residencia­s. 27.000 eran pacientes y de ellos murieron 186 personas.

El Gobierno francés ha estudiado hacer obligatori­a la vacuna pero prefiere dar tiempo a que los llamamient­os y el aumento de la confianza en las vacunas les haga cambiar de opinión. Esta reticencia ya se observaba cada año en la campaña contra la gripe. Lo curioso es que la ley obliga a vacunarse a los sanitarios contra la difteria, el tétanos, la polio y la hepatitis B. Extender la obligatori­edad de la vacunación a todos los ciudadanos es algo que Macron descartó desde el minuto 1. Me barrunto que para evitar un enfrentami­ento con Marine Le Pen, entre cuyos votantes está el mayor porcentaje de reticentes.

En España, el debate ha llegado por Galicia. Su parlamento ha aprobado, con los votos del PP y el rechazo de PSOE y BNG, multar (mil euros para empezar) a quienes se nieguen a vacunarse. Sé que en España la tensión informativ­a del momento está en que no hay vacunas para todos. Pero la cuadrilla debate en cuanto salta la cuestión. Y en esto hay unanimidad: la vacuna contra el Covid debe ser obligatori­a. Para todos.

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