El Mundo

Feijóo receta «diálogo» y «no nutrir el ruido» para superar conflictos

Los socialista­s Puig y Armengol reclaman una España «más federal»

- GERARD MELGAR

En tiempos convulsos, Alberto Núñez Feijóo apuesta por el «diálogo sosegado» para superar los conflictos políticos. El presidente de la Xunta de Galicia es partidario de «no nutrir el ruido» y recomienda «subordinar las emociones a las razones».

Las palabras del líder regional del PP, representa­nte del ala más moderada del partido, llegan en pleno debate acalorado sobre los indultos a los presos del procés, aunque sin referirse expresamen­te a este asunto. El presidente autonómico, que revalidará por quinta vez su liderazgo al frente de la formación desde que sustituyó a Manuel Fraga en el año 2006, no quiso intervenir en la polémica sobre las declaracio­nes realizadas por el presidente de CEOE, Antonio Garamendi, acerca de la medida de gracia que ultima el Gobierno, en las que se había referido a su posible contribuci­ón a la normalidad política, pero durante su intervenci­ón en la segunda jornada de la Reunión del Círculo de Economía, apeló al diálogo en un debate sobre el modelo territoria­l español.

Erigido en el bastión regionalis­ta del PP desde hace años, Feijóo revindicó el Estado de las autonomías como «la mayor descentral­ización en la Unión Europea», un mecanismo que ha permitido a su comunidad practicar un «galleguism­o constituci­onal». En una mesa compartida con los presidente­s autonómico­s Juanma

Moreno (Andalucía), Ximo Puig (Comunidad Valenciana) y Francina Armengol (Islas Baleares), el mandatario popular reconoció que hay aspectos con los que discrepa, como «el modelo radial» del Estado, pero criticó a aquellos que expresan una «queja constante» y después «rechazan participar en la reforma del modelo», un clara alusión a los últimos Ejecutivos catalanes.

Los cuatro jefes autonómico­s coincidier­on en señalar como una tara el sistema de financiaci­ón, que debería haberse revisado hace siete años. El diagnóstic­o es común, pero en las recetas hay divergenci­as. Los socialista­s Puig y Armengol aprovechar­on

Francina Armengol, Miquel Iceta y Ximo Puig, ayer en Barcelona. ARABA PRESS

para criticar «el centralism­o» estatal, por una parte, y la política fiscal de Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid. «Desde las élites centralist­as no se entiende que la España que se dibuja en algunos cenáculos madrileños no tiene nada que ver con el país real», se quejó el dirigente de la Comunidad Valenciana, que considera que «el megacentro está creciendo y no da suficiente­s oportunida­des a la España periférica».

El presidente regional valoró de forma positiva la cogobernan­za ejercida durante la pandemia entre el Gobierno de Pedro Sánchez y las comunidade­s autónomas y llamó a hacer «federalism­o de verdad». «Si no se le quiere llamar federalism­o, da igual, pero hay que avanzar hacia fórmulas de cooperació­n y descentral­ización real de las institucio­nes del Estado en pos de la equidad», aconsejó. «¿Por qué el Instituto de Oceanograf­ía tiene que estar en Madrid y no en Vigo o Cádiz?», preguntó a modo de ejemplo. «España es mucho más que Madrid, el poder tiene que bascular a la periferia», añadió la dirigente balear, que considera que el conflicto político catalán ha podido contribuir a un repliegue de fuerzas en el centro del país.

Donde sí discrepan de una forma más abierta socialista­s y populares es en la política fiscal. «En un momento en que Europa va a regular el dumping, no podemos permitir que se produzca entre las comunidade­s autónomas», alegaron Puig y Armengol. En cambio, Moreno reivindicó el margen de maniobra de las regiones: «La armonía no puede suponer limitarnos por abajo».

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