LA BANCA SALE DEL ARMARIO
Dos financieros debutan en el ranking LGTBIQ+
La visibilización del colectivo LGTBIQ+ inunda ya casi todos los sectores de la sociedad. Hace un año, el Banco Santander fichó como
CEO a Antonio Simoes, uno de los financieros gays más influyentes del
mundo. En el BBVA tienen una responsable de Diversidad, Izaro Assa de Amilibia, lesbiana. Ambos hablan con LOC de la importancia de que haya referentes gays y lesbianas y de la realidad que la banca comparte con el fútbol: parece que los homosexuales no existen en el sector. “Somos tradicionalmente conservadores y eso dificulta tratar ciertos temas”, asegura ella. “El cambio cultural lleva tiempo, pero la banca ya no es la misma que hace 25 años afortunadamente”, reflexiona él.
“España es uno de los países más avanzados en derechos LGTBIQ+”
“Visibilizar la homosexualidad es una responsabilidad”
“El día del Orgullo es imprescindible mientras se persiga al homosexual”
IZARO ASSA DE AMILIBIA (38) vivía en la oscuridad. Como si alguien hubiera quitado sus plomos. Responsable de seguridad de BBVA para las Islas Canarias, se movía en un sector en el que era casi la única mujer. Por eso no hablaba de su vida privada. Fue una llamada del banco para trasladarse a Madrid en 2019 lo que le hizo replantearse cómo quería ser conocida. Izaro, que entonces tenía 36 años y una hija de cuatro como madre soltera, no quería seguir escondida y vio que el BBVA se había afiliado a Redi, la Red Empresarial por la Diversidad e Inclusión LGBTI. Entonces tomó una decisión: hacer pública su homosexualidad y tener un rol activo en favor de los derechos LGTBIQ+ dentro del banco.
La vida personal de Antonio Simoes (46) también está relacionada con las Canarias. Este financiero, CEO de Santander España, Head of Europe del Grupo Santander, conoció en Londres hace dos décadas a su marido, Tomás, un tinerfeño con el que se casó en Pedraza (Segovia) en 2007 y comparten dos hijos y el mismo número de perros. La historia de Izaro y Antonio tiene las finanzas y la homosexualidad como punto en común. Ellos son dos referentes LGTBIQ+ en un sector en el que todavía cuesta que casen las corbatas con los derechos homosexuales. Ambos, conscientes de que su testimonio puede ayudar a muchos, sacan a la banca del armario en exclusiva para LOC.
“Yo empecé en el mundo de la seguridad, con lo cual ya es complejo y distinto porque era la única mujer de un departamento en el que todo eran hombres. En esa época estaba muy invisibilizada, no se me pasaba por la cabeza mostrarme abiertamente a mis compañeros y fue un poco duro. Decidí ocultar esa parte personal y honestamente creo que en aquel momento acerté. Creo que me hubiera perjudicado bastante”, reflexiona Assa de Amilibia sobre esos años, en los que describe que vivía a oscuras. “Lo hice porque los hombres gays en el entorno profesional están bien vistos y lo que prima es su talento, pero en las mujeres lesbianas, eso no es así”. Entonces llegó la mudanza a Madrid, la adscripción a Redi y un click en la cabeza de esta financiera. “Hablé con nuestro diversity leader y me visibilicé. Entonces me empoderé: fue como encender un botón, como si me hubiera quedado a oscuras acostumbrada a vivir con mis sombras y de pronto me vino toda la luz y la energía, fue un despegar”. Simoes también tenía claro que debía visibilizar su homosexualidad para normalizarla. Nacido y formado en Lisboa, con un máster en la Universidad de Columbia, antes de llegar a ser el número tres del Santander fue socio de Mckinsey y trabajó durante 13 años para HSBC. Siempre afrontó con naturalidad su homosexualidad, de hecho es uno de los financieros gays más reconocidos. “Visibilizar y normalizar la homosexualidad es para mí una responsabilidad social. Si llevo casado 14 años con Tomás y tenemos dos hijos estupendos es gracias a las personas que abrieron camino antes que nosotros”, explica a LOC.
PERSEGUIDOS
A pesar de los dos ejemplos, el mundo de la banca es como el del fútbol o el toro: los gays parecen no existir. “No es fácil ser un banquero gay, pero más difícil es ser una mujer lesbiana profesional”, reivindica la del BBVA. El CEO del Santander reconoce la suerte que ha tenido, pues no se ha encontrado con tantas dificultades en su bagaje profesional por tantos países: “Yo he tenido la suerte de estudiar y vivir en países donde puedes ser quien eres y vivir y amar libremente, pero todavía hay 69 países donde se criminalizan las relaciones homosexuales, algunos, incluso, con pena de muerte. España es uno de los países más avanzados en cuanto a legislación y reconocimiento de derechos de las personas LGTBI, de hecho Tomás y yo nos casamos en Pedraza en 2007. Sin embargo, todavía
“Ser banquero gay es difícil, pero más ser profesional lesbiana”
“Pedimos que nos acepten, pero también tenemos que explicarnos”
“Sufrí triple discriminación: mujer, techo de cristal y lesbiana”
hay trabajo por hacer en cuanto a diversidad e inclusión en sentido amplio”.
Ambos –aunque las entrevistas se realizaron por separado– están de acuerdo en que a su sector laboral le queda mucho por recorrer. “La banca y los deportes tenemos en común que somos tradicionalmente conservadores. Eso es una realidad que hace que sea más difícil tratar ciertos temas. En banca es mucho más difícil hablar del sector LGBT que en otro sitio. El 64% de las personas LGBT no se visibiliza en su entorno laboral y si además hablamos de mujeres el porcentaje es todavía mayor. Las mujeres lesbianas, casi en un 73%, no se visibilizan”, Izaro aporta estos datos con soltura porque, además de cambiar de puesto a responsable de Diversidad del BBVA, es la presidenta de Redi, con lo que conoce la realidad de los trabajadores españoles.
BANCOS COMPROMETIDOS
“El cambio cultural lleva tiempo. El sector financiero de hoy ya no es el de hace 25 años –afortunadamente, en este caso– y todo el trabajo que se está haciendo para promover la diversidad y la inclusión está teniendo efecto. Las políticas corporativas son muy importantes porque ayudan a promover un ambiente seguro y cómodo para todos y también son muy importantes las redes de apoyo”, opina Simoes.
En ambos casos, los dos profesionales conocen de cerca las políticas de sus bancos para lograr visibilizar la diversidad y normalizarla. En el caso del Santander, según explica Simoes, tienen “la comunidad Embrace, formada por empleados del colectivo LGTBI y aliados, que ya tiene 5.300 miembros y que nos permite seguir impulsando las medidas de inclusión y a normalizar la diferencia como parte de nuestra cultura, ayudando a que todos se sientan incluidos”. En el BBVA es Assa de Amilibia la encargada directa de sus planes, pues creó el programa Be Yourself. “Me hace mucha gracia cuando las personas LGBT decimos que nos tienen que aceptar, pero si no explicamos cuáles son nuestras necesidades, a la gente no se le ocurre”, explica. En su bandeja de entrada del banco conoce de manera personal todo tipo de casos: desde personas listas para visibilizarse hasta aquellos que quieren no hacerlo público pero necesitan ayuda para sobrellevarlo. “Las empresas que somos multinacionales podemos aportar mucho con nuestras culturas corporativas y es muy importante que lo hagamos”, reflexiona. En este sábado que comienzan las celebraciones por el Orgullo, ambos consideran que aún es necesario que se dedique un día a visibilizar al colectivo. “Los LGBT pertenecemos a una minoría y hoy en día en 11 países hay pena de muerte por pertenecer a esa minoría; en España no me van a matar, pero eso está presente y tú sabes que mostrarte no es bueno. Eso es algo que hay que trabajar. Es importante hablar de las cosas y darles un valor”, opina Assa de Amilibia. “En el mundo todavía hay países donde ser homosexual significa vivir huyendo. Mientras las relaciones homosexuales estén perseguidas y castigadas con penas de cárcel o incluso pena de muerte, el día del orgullo seguirá siendo imprescindible”, recuerda Simoes.
Pero en su lucha por visibilizarse y ser referentes, a los dos les mueve otra cosa más que tienen en común, la paternidad y dejar un mundo mejor a sus descendientes. “Confío en poder contribuir a que mis hijos formen parte de ese cambio y vivan en un mundo donde una lista como ésta ya no sea necesaria”, dice el CEO del Santander. En el caso de Izaro, que dice haber sufrido triple discriminación –“ser mujer, el techo de cristal y ser lesbiana”–, está convencida de que las niñas lesbianas se encontrarán un ambiente más normalizado: “Es mover elefantes, pero trabajamos para las siguientes generaciones… Si los banqueros nos quitamos la corbata, todo puede ocurrir”, bromea.