ARAGONÈS PAGA TRIBUTO A PUIGDEMONT EN WATERLOO
Reclama a Sánchez amnistiar al fugado, al que visita en lugar de recibir a Draghi
El actual presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, se ausentó ayer de la jornada del Círculo de Economía, en la que participaba el primer ministro italiano, Mario Draghi, para viajar a la localidad belga de Waterloo a pagar tributo a Carles Puigdemont. No en vano, Aragonès accedió al cargo gracias al respaldo del partido del fugado, JxCAT.
Desde la denominada ‘casa de la república’, el ‘president’ reclamó la amnistía para facilitar el regreso a España del prófugo. «No sólo es importante que los que están en la cárcel salgan de ella, sino que no entre nadie más», dijo junto a Puigdemont, quien bendijo la mesa de negociación entre los dos gobiernos.
Los indultos son bienvenidos, pero no bastan. Pere Aragonès y Carles Puigdemont exigieron ayer a Pedro Sánchez la aprobación de una ley de amnistía para que el prófugo pueda regresar a España sin rendir cuentas ante la Justicia. «No sólo es importante que los que están en la cárcel salgan de ella, sino que no entre nadie más», defendió el presidente de la Generalitat, tras reunirse con su antecesor en Waterloo, en su primer encuentro desde
El prófugo bendice que se negocie con el Gobierno un nuevo referéndum
que tomara posesión.
Tanto Aragonès como Puigdemont negaron que los indultos supongan «la solución al conflicto» y el fugado los desdeñó al sostener: «Los indultos sólo afectarían a los injustamente encarcelados. Nuestra vuelta debe ser una vuelta como personas libres. Nos lo hemos ganado confrontando con el Estado español. Será así que podamos volver. No hay otra vía».
En una comparecencia conjunta con el que fuera jefe del Ejecutivo catalán durante la celebración del 1-O, Aragonès insistió en que «el independentismo nunca va a renunciar a su objetivo, que es la independencia de Cataluña», para ratificar que el arrepentimiento no figura en lo planes de los dirigentes secesionistas.
El president –que prefirió acudir a Waterloo en lugar de recibir a Draghi con motivo de su presencia en la reunión del Círculo de Economía– incidió así en la línea argumental que viene proponiendo desde que el Gobierno anunció la inminente concesión de la medida de gracia para Oriol Junqueras y el resto de cabecillas del procés encarcelados. La misma que pretende trasladar al presidente del Gobierno durante la reunión bilateral que mantendrán en La Moncloa una vez los indultos hayan sido aprobados por el Consejo de Ministros, algo que podría ocurrir el próximo martes.
Tanto en ese encuentro como en la siguiente reunión de la mesa de negociación con el Gobierno, alegará Aragonès la necesidad de impulsar la amnistía para que los fugados puedan regresar a España, para evitar que los implicados en el 1-O tengan que seguir haciendo frente a las reclamaciones millonarias del Tribunal de Cuentas por malversar fondos para organizar el 1-O o incluso para que los violentos que protagonizaron los altercados tras la sentencia del Tribunal Supremo salgan indemnes. Asimismo, reclamará la celebración de un referéndum pactado con el Estado.
Esa apuesta recibió ayer el beneplácito público de Puigdemont, quien, flanqueando a Aragonès, consideró que «sólo un referéndum acordado con el Gobierno puede sustituir el 1-O», cuyo resultado el prófugo considera vigente.
El respaldo de Puigdemont a la negociación con el Gobierno supone un balón de oxígeno para Aragonès, que obtiene el crédito necesario para retomar el diálogo con el Ejecutivo sin sentir la inmediata presencia de la espada de Damocles sobre su testa. La buena sintonía escenificada ayer entre Puigdemont y el nuevo jefe del Ejecutivo catalán viene a ratificar que el republicano contará de plazo hasta 2023 para insistir en la negociación con el Gobierno. Después de esa fecha el regreso a la senda unilateral será exigido tanto por JxCat como por la CUP.
Para entonces, ERC también se habrá cargado de razones para abrazar el impulso de una nueva votación secesionista no acordada con el Estado. Los republicanos nunca han dado por totalmente enterrada la confrontación, a pesar de que Junqueras privilegiara la negociación con Sánchez para amarrar su indulto. La apuesta por «volverlo a hacer» figura en la ponencia política de ERC y sigue plenamente vigente, tal y como desveló también la investigación de la Guardia Civil en la operación Voloh. La información hallada en el teléfono móvil del ex dirigente republicano Xavier Vendrell señalaba que el plan consistía en «debilitar al Estado» en la mesa de negociación como paso previo al regreso a la vía unilateral.