El Mundo

Sánchez y Aragonès afianzan su pacto tras apartarse Puigdemont

El presidente catalán veta en la mesa de negociació­n a Junts por querer sentar a dos condenados del 1–O El descuelgue del fugado aboca a PSOE y Esquerra a redoblar su actual alianza en Madrid y Barcelona

- VÍCTOR MONDELO / RAÚL PIÑA

El Gobierno pretende negociar desde cero con los republican­os y prevé dos años de diálogo

Junts evita romper el Govern pero deja la coalición en una situación de máxima debilidad

No habrá representa­ntes de Junts en la mesa de diálogo entre el Gobierno y la Generalita­t, que hoy se reunirá en Barcelona con la presencia de Pedro Sánchez. El partido de Carles Puigdemont quería que asistieran dos condenados por el 1O, Jordi Sànchez y Jordi Turull, pero fueron vetados por el presidente catalán, Pere Aragonès, al no formar parte del Govern. Junts queda así fuera de una mesa de negociació­n en la que no ha creído en ningún momento y Sánchez y Aragonès se ven en la necesidad de afianzar su alianza tanto en Barcelona, donde el Govern se mantiene con una gran precarieda­d, como en Madrid. De hecho, el Gobierno tiene la intención de negociar desde cero con ERC y prevé unos dos años de contactos.

Aprovechan­do el manifiesto rechazo que la masa separatist­a demostró en la Diada contra ERC y contra su voluntad de negociar con el Gobierno la celebració­n de un nuevo referéndum de independen­cia, JxCat intentó dinamitar ayer la mesa de negociació­n, pero obtuvo un resultado inesperado. En un golpe de autoridad inédito, Pere Aragonès expulsó a la formación liderada por Carles Puigdemont del cónclave tras intentar imponer la presencia de miembros ajenos al Govern en la comitiva catalana. ERC abordará en solitario la negociació­n bilateral con el Gobierno, descabalga­ndo a la formación del prófugo del foro que marcará la legislatur­a catalana y reforzando su alianza con Pedro Sánchez para explorar una respuesta al «conflicto catalán».

No aceptó el presidente de la Generalita­t que tres de los cuatro representa­ntes designados por los neoconverg­entes incumplier­an el único requisito que les había trasladado: formar parte de su Gabinete. Consciente de que estaba planteando un pulso público al dirigente de ERC, JxCat eligió –sin previo consenso con los republican­os– a Jordi Sànchez, Jordi Turull, Míriam Nogueras y Jordi Puigneró como sus enviados a la negociació­n bilateral y difundió sus nombres a la prensa. Lo hizo minutos antes de que fuera a dar comienzo la reunión del Govern en la que debía acordarse la comitiva catalana y a sabiendas de que los dos condenados y su portavoz en el Congreso podrían ser vetados por sus socios de Govern, como acabó ocurriendo.

El órdago desembocó en una crisis de Gobierno cuyas consecuenc­ias todavía están por aflorar. Tras los públicos desencuent­ros entre los socios independen­tistas que ya dieron al traste con la ampliación del aeropuerto de El Prat, este nuevo y más grave episodio mina la mínima confianza con la que ERC y JxCat iniciaron una legislatur­a con tintes de acabar tan abruptamen­te como la anterior: si el Govern no implosiona antes, Aragonès deberá someterse a una cuestión de confianza en 2023 –tal y como acordó con la CUP– y sus propios compañeros de Gobierno podrían apearlo del cargo.

«Quien representa a Cataluña es su Gobierno. No pienso permitir que se pierda esta oportunida­d histórica, porque un Gobierno del Estado admite por primera vez la existencia de un conflicto político y se sienta a negociar», defendió Aragonès en una comparecen­cia extraordin­aria pronunciad­a al término de una convulsa sesión del Consejo Ejecutivo, que empezó con más de media hora de retraso tras conocer sorpresiva­mente el presidente de la Generalita­t el desafío de sus compañeros de Gobierno, y que tuvo que ser interrumpi­do por exigencia de JxCat tras comprobar que el dirigente republican­o no tragaba con sus imposicion­es. Finalmente, el Govern aprobó que la comitiva catalana estuviera únicamente integrada por miembros del Gabinete con el carné de ERC. El acuerdo abría la puerta a que JxCat pudiera sumar a consejeros del Govern a la delegación, pero los de Puigdemont se negaron a rectificar.

Jordi Sànchez aseguró que su partido

Moncloa apoya públicamen­te la decisión del ‘president’ de la Generalita­t

El Ejecutivo sólo valida la interlocuc­ión con Esquerra y Pere Aragonès

fue «vetado por La Moncloa» y su apreciació­n fue bastante acertada.

En el Gobierno ayer no causó sorpresa la decisión de Pere Aragonès. Era lo hablado, lo pactado. En la Moncloa siempre han desconfiad­o de JxCat, sabedores del propósito de Puigdemont de boicotear el diálogo. De ahí que amarrasen con ERC que el foro sólo sería para miembros de ambos gobiernos. Olvidaban la calculada ambigüedad del pasado sobre la posible presencia de figuras como Oriol Junqueras, consciente­s de que JxCat jugaría todas sus bazas para desestabil­izar.

Sánchez sólo valida la interlocuc­ión con Aragonès y ERC y ambos socios de gobernabil­idad comprometi­eron su palabra frente a posibles movimiento­s de Puigdemont. Tanto socialista­s como republican­os son los más comprometi­dos con que este diálogo arranque, perdure y presente réditos políticos. «Apoyamos la propuesta que ha lanzado el presidente de la Generalita­t», expuso ayer Isabel Rodríguez, portavoz del Ejecutivo y que estará en la mesa. «Nunca se ha entendido otro marco que no fueran equipos de los dos gobiernos».

Desde La Moncloa dejan claro que la interlocuc­ión es con presidenci­a de la Generalita­t, no con los partidos. Refuerzan el papel de Aragonès, al que ya dieron oxígeno con la presencia de Sánchez. Socialista­s y republican­os necesitan que este foro eche a andar y que perdure en el tiempo para blindar tanto sus posiciones políticas frente a la oposición como su gobernabil­idad: mientras haya diálogo y no haya acuerdos cerrados podrán trasladar que su hoja de ruta sigue vigente.

¿Cabe la posibilida­d de que Esquerra Republican­a dé marcha atrás para contener la crisis con JxCat? Fuentes de los republican­os sostienen que no. «Si quieren pueden añadir miembros del Govern. Si no lo hacen, es cosa suya».

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QUIQUE GARCÍA / EFE El presidente catalán, Pere Aragonès, ayer, en la sede de la Generalita­t.
 ?? Q. GARCÍA / EFE ?? Aragonès, flanqueado por Torrent y Vilagrà, a su llegada a la reunión del Govern, ayer.
Q. GARCÍA / EFE Aragonès, flanqueado por Torrent y Vilagrà, a su llegada a la reunión del Govern, ayer.
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JAVI MARTÍNEZ Nogueras, Turull y Sànchez, durante la sesión constituti­va del Congreso de la pasada legislatur­a.

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