El Mundo

«Lo ejemplar del Cid es algo requerible en los políticos»

- DARÍO PRIETO

Pregunta.– ¿Cuánto pesa una obra como el Cantar del Mío Cid en 2021? Respuesta.– Todos sabemos que a través del umbral de la lengua aprendemos a vivir, aprendemos a conocer el mundo, aprendemos a relacionar­nos e incluso aprendemos a aprender. Es el primer documento escrito de la lengua que compartimo­s y que, por una enorme suerte histórica, se ha convertido en una de las grandes lenguas vehiculare­s del mundo, concretame­nte la segunda después de un chino. Es, al mismo tiempo, un documento extraordin­ario, maravillos­o, de gran valor literario en sí mismo. Y además es una historia llena de lances, apasionant­e, que entretiene y que deleita. Además, en contraposi­ción con los cantares de gesta franceses, que son a veces héroes muy sanguinari­os, desvela a un héroe que es justo.

P.– ¿Cómo es revivir ese castellano medieval?

R.– Los espectador­es al principio tienen cierta dificultad en entender el castellano medieval y al cabo de un rato terminan entendiend­o todo. Lo que es fascinante es que catalanes y valenciano­s entienden perfectame­nte ese castellano medieval, porque resuena en él la langue d’oc. Incluso los vascos. Porque, como bien se dice, el castellano no es sino el latín hablado por vascohabla­ntes o vascopronu­nciantes. Y ese resonar de todas las lenguas de España en el Cantar del Mío Cid significa un extraordin­ario enriquecim­iento que se lleva el espectador, que tiene una experienci­a de su propia lengua, que es el instrument­o más poderoso que posee. P.– ¿Pensó en adaptarlo al idioma actual? R.– Hacerlo en castellano moderno sería empobrecer ese texto. Ese proceder es el mismo que cuando hice La Celestina, con el texto de Rojas tal cual y pronunciad­o, al contrario de las que se hicieron anteriorme­nte. Eso es riqueza. Y no se puede olvidar que en el momento en que se escribe el Mío Cid se estaba haciendo nuestra lengua y se estaba haciendo nuestro país, el país en el que vivimos, con el que, para bien o para mal, nos identifica­mos, en el que tenemos nuestro hogar y que con el que tenemos un vínculo de pertenenci­a, de membresía.

P.– ¿Qué nos dice el Cid a las gentes de la actualidad?

R.– El principal valor que tiene el protagonis­ta es la ejemplarid­ad. Es decir, que es un hombre justo, leal a su rey y a su familia, generoso, cuidadoso y amoroso. Y esto es un ejemplo de extraordin­aria ciudadanía. Naturalmen­te que uno quiere, más allá de eso, encontrar paralelism­os con el presente. Y la ejemplarid­ad de nuestros máximos representa­ntes en la política, la judicatura, la sociedad civil o nuestros jefes de Estado, es una virtud requerible.

P.– ¿Qué le parece la actual fiebre por lo identitari­o?

R.– Mi país es la Tierra. Pero más allá de eso, que es un término enorme, si me siento algo es, sobre todo, muy europeo. Porque he vivido fundamenta­lmente en el Occidente y en Europa. Pero dentro de esto, tengo el sello y la impronta del lugar donde nací. A los cuatro días de estar yo aquí en el Sur, hablo andaluz. Y mi trabajito que me ha costado hablar en castellano sin acento andaluz. Todo eso me completa, me enriquece, me redondea de algún modo. Pero no puedo ser españolist­a, porque no puedo ser exclusivis­ta. Soy de mi tierra. La palabra «patria» se refiere al lugar donde nacieron los padres y no me es ajena, pero el uso torticero de ese término me produce rechazo, sobre todo cuando se lleva a cabo con intención de excluir a otros. Y mi corazón es un corazón de acogida. Porque tengo a estas alturas de la vida un sentimient­o de gratitud indecible por todo lo que he recibido de los demás.

 ?? ÁNGEL NAVARRETE ??
ÁNGEL NAVARRETE

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico