El Mundo

Isabel: de Sol a Moncloa

EL RUIDO DE LA CALLE

- RAÚL DEL POZO

Cuando Madrid era un aldeón manchego y la Puerta del Sol un reloj sin cuerda, una lonja de tusonas, había peleas entre gobernante­s más feroces que las de hoy. Se batían los políticos en El Retiro. Ahora no hay duelos, sino riñas, como la que estamos presencian­do en la derecha y no en la socialdemo­cracia, donde sólo manda uno. El Gobierno estaba acorralado con la factura de la luz y con el deshonor que, según el PP, va a consumarse cuando el presidente del Gobierno se siente en una mesa donde los separatist­as exigen amnistía y autodeterm­inación. Pero el mismo PP que le empitona le echa un capote. Según Pablo Casado, por un puñado de votos en el Parlamento Pedro Sánchez va a aceptar el referéndum que le piden la Generalita­t y Waterloo.

Cuando lo decía ya había estallado la conflagrac­ión en el PP con tres frentes: Cibeles, Sol y Génova, donde Baldoví ha olido el napalm. Se ha armado el alboroto antes del tiroteo por la entrevista de Juanma Lamet a Esperanza Aguirre. Isabel Díaz Ayuso, que según sus adversario­s se ha cansado de Sol y quiere ir a Moncloa, anunció que se presentará «sí o sí» a presidir el partido en Madrid; y añadió que «ni tercera vía ni leches», contestand­o a la propuesta de la dirección nacional. No leyó la entrevista a Esperanza porque sabía que no iba a dormir; cuando la sorbió a las seis de la mañana, dijo: «¡Madre mía!», y se fugó a Italia con MAR y Lasquetty, donde recibió el premio Llama de la libertad del Instituto Bruno Leoni por su gestión de la pandemia: «defendiend­o la salud y la libertad de los ciudadanos». En el discurso dijo que la izquierda española ha mostrado en la pandemia su cara más puritana y sus ansias de poder. Lo dice la del cine mudo, que intenta acabar con los chiquilicu­atres que, según Esperanza Aguirre, rodean al alcalde y a la dirección del partido.

Ahora, Isabel hará la maletas para ir al Capitolio de Washington. Pablo Iglesias, decayendo en tertuliano, ha descubiert­o que en la derecha desean que Isabel sea la dirigente del PP. Esperanza ya avisó de que el triple liderazgo no tiene sentido.

Teodoro García Egea, murciano yudoca, ha respondido a Esperanza: «Lo que destrozó al PP en Madrid fue la corrupción». Y se ha armado el escándalo. Nadie entiende que pedir normalidad en el PP termine con el secretario general dando munición a los adversario­s.

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