Calviño precipita un acuerdo hipotecario de mínimos para contener a Podemos
Malestar en la banca por la premura para pactar, que advierte que «estudiará» algunas partes del acuerdo
La vicepresidenta primera y minisra de Economía, Nadia Calviño, consciente de la delicada situación interna que atraviesa la alianza de Gobierno, ha tratado de hacer malabarismos para contener el desborde de Unidas Podemos al tiempo que consensuaba una solución suficiente para las entidades. La banca advierte de que partes del acuerdo impactan en sus previsiones.
El acuerdo entre el Gobierno y las patronales bancarias para aliviar la carga hipotecaria de las familias nace ya tocado. La nocturnidad y la premura del Ejecutivo por aprobarlo no han sentado demasiado bien entre las entidades y el contenido no gusta a los socios de Unidas Podemos, que han encontrado en el pacto un nuevo motivo para dejar clara la división creciente en Moncloa. La presión de los morados, de hecho, ha sido el elemento catalizador de las negociaciones, especialmente en su tramo final. En plena crisis por el fiasco de la ley del sólo sí es sí, con la Ley de Vivienda encallada en el Congreso y con sus propias cuitas internas, la formación liderada por Ione Belarra se ha aferrado a las hipotecas como una de las pocas banderas que le quedan para reivindicarse y no ha dudado en utilizarla para presionar a Nadia Calviño, número dos de Moncloa. Calviño, consciente de la delicada situación interna que atraviesa la alianza de Gobierno, ha tratado de hacer malabarismos para contener el desborde de UP al tiempo que consensuaba una solución suficiente para los bancos. El acuerdo, de mínimos para salvar el texto sin poner en riesgo la estabilidad financiera de las entidades, llegó al filo de la medianoche del lunes, pero aun así no cuenta con el visto bueno de Podemos ni de Yolanda Díaz, la vicepresidenta segunda inmersa en el lanzamiento de su propio proyecto político. Díaz, que se había mantenido en un segundo plano en las últimas semanas tras reclamar la congelación de las hipotecas, volvió ayer a primera línea para dejar clara su disconformidad. Es «sustancialmente mejorable», dijo sobre el paquete de ayudas con el que el Gobierno quiere rebajar la presión del Euríbor y la subida de los precios. En su opinión, el acuerdo no servirá para repartir «las cargas de la crisis» y acusó a las entidades financieras de falta de compromiso y sacrificio con el país. «Desde la subida del Euríbor al día de hoy, los beneficios estimados de las entidades financieras ascienden a 8.000 millones de euros, ergo, las entidades financieras se están beneficiando como nunca de la subida de los tipos de interés», manifestó, en declaraciones recogidas por Europa Press. Previamente, el portavoz de UP en el Congreso, Pablo Echenique, criticó que el paquete de medidas «deja a muchas familias fuera» y «apenas va a reducir la cuota de la hipoteca». Pero el malestar no se limita sólo al ruedo político. Entre las entidades financieras también cunde cierta sensación de disconformidad por el contenido del acuerdo y, sobre todo, por la precipitación a la hora de alumbrarlo. Hasta ayer por la tarde ambas partes seguían peinando los flecos pendientes para la publicación definitiva en el Boletín Oficial del Estado (BOE), pese a que el texto ya había obtenido el visto bueno del Consejo de Ministros. Hasta el momento, sólo CaixaBank ha expresado abiertamente su previsión de adherirse al acuerdo en las próximas semanas, aunque se da por hecho que el resto de entidades seguirán su estela, sobre todo por una cuestión reputacional. Los bancos no terminan de estar convencidos de las consecuencias para el sector, para sus provisiones y sus balances, como dejó patente el consejero delegado del Banco Santander, José Antonio Álvarez. En función de cómo se realice la refinanciación en el momento de la extensión del crédito «puede impactar o no en la cifra de provisiones, y no sólo ahí, sino también en el consumo de capital del negocio hipotecario», aseguró tras su intervención en unas jornadas financieras en Madrid. Su homólogo en BBVA, Onur Genç, fue más escueto y evitó comentar el acuerdo, limitándose a decir que «estamos trabajando» en él. Las reacciones de ambos directivos dejaban en evidencia el malestar generalizado en el sector financiero, que será el que tenga que aplicar los mecanismos habilitados.
MEDIDAS
Sobre dichos mecanismos, el acuerdo sellado por el Gobierno con las patronales AEB, CECA y UNACC, y con el Banco de España pivota sobre dos pilares. Por un lado, la ampliación del Código de Buenas Prácticas que ya estaba vigente en el sector desde 2012 y que dará amparo a los deudores más vulnerables. Por otro lado, la creación de un nuevo Código de Buenas Prácticas para familias en riesgo de vulnerabilidad por la subida de los tipos de interés, las «rentas medias», según fuentes del Ministerio de Asuntos Económicos. Respecto a la am