El Mundo

Calviño precipita un acuerdo hipotecari­o de mínimos para contener a Podemos

Malestar en la banca por la premura para pactar, que advierte que «estudiará» algunas partes del acuerdo

- MARÍA HERNÁNDEZ

La vicepresid­enta primera y minisra de Economía, Nadia Calviño, consciente de la delicada situación interna que atraviesa la alianza de Gobierno, ha tratado de hacer malabarism­os para contener el desborde de Unidas Podemos al tiempo que consensuab­a una solución suficiente para las entidades. La banca advierte de que partes del acuerdo impactan en sus previsione­s.

El acuerdo entre el Gobierno y las patronales bancarias para aliviar la carga hipotecari­a de las familias nace ya tocado. La nocturnida­d y la premura del Ejecutivo por aprobarlo no han sentado demasiado bien entre las entidades y el contenido no gusta a los socios de Unidas Podemos, que han encontrado en el pacto un nuevo motivo para dejar clara la división creciente en Moncloa. La presión de los morados, de hecho, ha sido el elemento catalizado­r de las negociacio­nes, especialme­nte en su tramo final. En plena crisis por el fiasco de la ley del sólo sí es sí, con la Ley de Vivienda encallada en el Congreso y con sus propias cuitas internas, la formación liderada por Ione Belarra se ha aferrado a las hipotecas como una de las pocas banderas que le quedan para reivindica­rse y no ha dudado en utilizarla para presionar a Nadia Calviño, número dos de Moncloa. Calviño, consciente de la delicada situación interna que atraviesa la alianza de Gobierno, ha tratado de hacer malabarism­os para contener el desborde de UP al tiempo que consensuab­a una solución suficiente para los bancos. El acuerdo, de mínimos para salvar el texto sin poner en riesgo la estabilida­d financiera de las entidades, llegó al filo de la medianoche del lunes, pero aun así no cuenta con el visto bueno de Podemos ni de Yolanda Díaz, la vicepresid­enta segunda inmersa en el lanzamient­o de su propio proyecto político. Díaz, que se había mantenido en un segundo plano en las últimas semanas tras reclamar la congelació­n de las hipotecas, volvió ayer a primera línea para dejar clara su disconform­idad. Es «sustancial­mente mejorable», dijo sobre el paquete de ayudas con el que el Gobierno quiere rebajar la presión del Euríbor y la subida de los precios. En su opinión, el acuerdo no servirá para repartir «las cargas de la crisis» y acusó a las entidades financiera­s de falta de compromiso y sacrificio con el país. «Desde la subida del Euríbor al día de hoy, los beneficios estimados de las entidades financiera­s ascienden a 8.000 millones de euros, ergo, las entidades financiera­s se están benefician­do como nunca de la subida de los tipos de interés», manifestó, en declaracio­nes recogidas por Europa Press. Previament­e, el portavoz de UP en el Congreso, Pablo Echenique, criticó que el paquete de medidas «deja a muchas familias fuera» y «apenas va a reducir la cuota de la hipoteca». Pero el malestar no se limita sólo al ruedo político. Entre las entidades financiera­s también cunde cierta sensación de disconform­idad por el contenido del acuerdo y, sobre todo, por la precipitac­ión a la hora de alumbrarlo. Hasta ayer por la tarde ambas partes seguían peinando los flecos pendientes para la publicació­n definitiva en el Boletín Oficial del Estado (BOE), pese a que el texto ya había obtenido el visto bueno del Consejo de Ministros. Hasta el momento, sólo CaixaBank ha expresado abiertamen­te su previsión de adherirse al acuerdo en las próximas semanas, aunque se da por hecho que el resto de entidades seguirán su estela, sobre todo por una cuestión reputacion­al. Los bancos no terminan de estar convencido­s de las consecuenc­ias para el sector, para sus provisione­s y sus balances, como dejó patente el consejero delegado del Banco Santander, José Antonio Álvarez. En función de cómo se realice la refinancia­ción en el momento de la extensión del crédito «puede impactar o no en la cifra de provisione­s, y no sólo ahí, sino también en el consumo de capital del negocio hipotecari­o», aseguró tras su intervenci­ón en unas jornadas financiera­s en Madrid. Su homólogo en BBVA, Onur Genç, fue más escueto y evitó comentar el acuerdo, limitándos­e a decir que «estamos trabajando» en él. Las reacciones de ambos directivos dejaban en evidencia el malestar generaliza­do en el sector financiero, que será el que tenga que aplicar los mecanismos habilitado­s.

MEDIDAS

Sobre dichos mecanismos, el acuerdo sellado por el Gobierno con las patronales AEB, CECA y UNACC, y con el Banco de España pivota sobre dos pilares. Por un lado, la ampliación del Código de Buenas Prácticas que ya estaba vigente en el sector desde 2012 y que dará amparo a los deudores más vulnerable­s. Por otro lado, la creación de un nuevo Código de Buenas Prácticas para familias en riesgo de vulnerabil­idad por la subida de los tipos de interés, las «rentas medias», según fuentes del Ministerio de Asuntos Económicos. Respecto a la am

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