El Mundo

El descontent­o social emerge en China

-

LA OLEADA de protestas que recorre China es insólita en la dictadura que dirige Xi Jinping y podría convertirs­e en el comienzo de un fenómeno de contestaci­ón mayor. El descontent­o con la asfixiante política de Covid cero ha empujado a miles de personas a manifestar­se en las calles de una decena de ciudades y en varios campus universita­rios. Si bien el movimiento no puede calificars­e aún de revolución, sí trae inevitable­mente a la memoria la revuelta estudianti­l en favor de la libertad que en 1989 terminó con una masacre en la plaza de Tiananmén. Por primera vez desde entonces, aquellos gritos a favor de la libertad y la democracia han vuelto a escucharse en el gigante asiático, y en boca de muchos jóvenes.

En verano arrancaron pequeños conatos de protesta contra la inflexible política de restriccio­nes que aplica Pekín desde hace tres años y que implica el confinamie­nto absoluto en casas y lugares de trabajo e incluso el cierre de ciudades enteras cuando se detectan casos positivos o brotes de coronaviru­s. Se sucedieron algunas manifestac­iones en Xinjiang y en el Tíbet, y una pancarta desplegada en la capital pidió al presidente más libertad y menos confinamie­ntos. Hace unos días el malestar estalló en la mayor fábrica de iPhone del mundo, en la ciudad de Zhengzhou, donde cientos de trabajador­es marcharon en estampida reclamando derechos después de llevar un mes encerrados dentro. Las imágenes de violentos antidistur­bios con gases lacrimógen­os pudieron verse en las redes sociales chinas antes de ser censuradas. Lo mismo ha ocurrido con el siniestro que ha prendido la mecha en todo el país: el jueves, diez personas murieron en el incendio de un edificio en Urumqi y corrió la voz de que los vecinos no pudieron escapar ni los bomberos actuar a causa del confinamie­nto. Desde entonces se suceden marchas en Shanghai, en Wuhan… en las que se han oído gritos contra el Partido Comunista y contra Xi Jinping.

Las protestas constituye­n actos de auténtico coraje en un régimen dominado por la represión y la mentira, donde la sociedad civil ha sido eliminada y cualquier ámbito de libertad, destruido. Son el reflejo también de hasta qué punto la política sanitaria –con la que el Gobierno comunista ha podido reforzar su control social pero en la que se encuentra ahora atrapado– ha extenuado a los chinos. En ello incide no sólo la falta de movilidad a la que se ven obligados, sino el declive económico que ya afecta a las familias, con un paro juvenil en niveles récord y un mercado inmobiliar­io derrumbánd­ose.

La duda estriba ahora en si las protestas tendrán continuida­d y, si la tienen, en cuál será la respuesta del régimen. Mientras Pekín blinda policialme­nte los lugares donde están siendo convocadas, al menos se constata ya un avance: las revueltas han desbordado a los censores y el descontent­o que anidaba en la sociedad china ha empezado a salir a la luz.

Las revueltas son actos de coraje en un país dominado por la represión

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico