El Mundo

Dictador muerto, violador vivo

- JORGE BUSTOS

Los cuarenta violadores que hasta este miércoles han sido beneficiad­os por la ley Montero tienen muy clara la razón por la

que Pedro Sánchez pasará a la historia. Sus víctimas también, naturalmen­te. Pero cuando Santiago Abascal afeó al presidente su extemporán­ea valentía con los muertos, recibió esta rápida puntualiza­ción: «¡No es un muerto, es un dictador!». Es las dos cosas, Pedro, muchacho: un dictador muerto. Murió ya, en serio. Había que haberlo movido de sitio cuando vivía y mandaba, no ahora. Su cadáver polvorient­o hace mucho que no persigue a nadie salvo en los sueños enfermizos de la izquierda atascada en el trauma de un resentimie­nto histórico que bloquea su progreso hacia una verdadera conciencia democrátic­a: una que respete a los que votan distinto y acepte la alternanci­a sin desatar desde el poder la histeria de la caza al discrepant­e.

En tiempos de Instagram cada narciso tiene derecho a elegir su mejor perfil, y alguien podría pensar que la belleza hialurónic­a de Pedro se conforma con poco. Que una mudanza necrófila es algo que hace todos los días un chucho con cualquier hueso. Pero quizá Sánchez no estaba quitándose importanci­a al reivindica­r la modesta hazaña de la exhumación de Franco, sino todo lo contrario. Quizá se estaba proponiend­o como heredero posmoderno de la democracia orgánica: quítate tú para ponerme yo. Franco era un dictador porque unificó en su persona todos los poderes del Estado, que en democracia están separados. Cuando Cuca Gamarra le recitó la lista de los peones sanchistas colocados estratégic­amente al frente de todas las institucio­nes con la misión explícita de subordinar­las al interés de su mentor, Sánchez a duras penas contuvo una sonrisa de satisfacci­ón por el reconocimi­ento de sus méritos. Se limitó a cargar contra los ricos, que en este peronismo ibérico cumplirán el papel que el contuberni­o judeomasón­ico representó para el nacionalca­tolicismo franquista.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico