El Mundo

Merendola en Patrimonio

«El decoro debe exhibirse con mayor celo en los cargos públicos»

- JAVIER REDONDO

Después de que Iván Redondo se reuniera con el empresaria­do catalán para avanzarle el mecanismo de reparto de los fondos europeos, al separatist­a Madí se le hizo la boca agua y le dijo, frotándose las manos, a un directivo de la empresa RSM Spain: «Tuvimos una reunión, de pequeño comité, con Iván Redondo, ¿vale? Y nos lo explicó allá [se refiere a Foment]... Eso será una merienda de negros... Los planteamie­ntos son 140.000 millones de euros». Inopinadam­ente, el neoprocés de Sánchez –el presidente lo llama «recomienzo»– podría financiars­e con dinero de la UE.

De modo que la pandemia puso también a disposició­n de Sánchez la posibilida­d de construir a toda velocidad su agencia tangencial y complement­aria del PSOE como mecanismo de subyugació­n de infieles y para configurar un aparato alternativ­o en el partido cuyos cargos ocupen puestos de relevancia en la Administra­ción y su periferia.

Blanco y el pródigo

Hernando lo han entendido todo a la perfección. Acento ha duplicado en el último año su facturació­n.

A final de 2019, los indultos constituye­ron, aparte de la manifestac­ión expresa del neoprocés, un test de tragaderas. El personal deglutió y Sánchez se descocó, tanto que recienteme­nte su esposa, Begoña Gómez, exhibió con soltura una nueva línea de especializ­ación como experta consultora en captación de fondos europeos. Ella es profesiona­l del marketing, pero también la mujer del césar. Antes, en febrero de 2022, supimos que el marido de Calviño negociaba fondos con comunidade­s autónomas. Era, y todavía figura así en la web de la empresa, directivo de Bee Digital, que se dedica a la intermedia­ción y gestión de inversione­s financiada­s con el plan de recuperaci­ón de Bruselas para, concretame­nte, promover la digitaliza­ción de zonas rurales y combatir la despoblaci­ón. Manrique, experto en marketing digital, consiguió su empleo a los tres meses de que su esposa accediera al Ministerio de Economía y escaló meteóricam­ente en la compañía. Muchas parejas comparten espacios profesiona­les y, a cierto nivel, es normal que coincidan intereses y contactos; además, el recato es un atributo y cuestión estrictame­nte personal.

El decoro debe exhibirse con mucho mayor celo cuando se trata de cargos públicos. Y en el nombramien­to de Manrique como coordinado­r de estrategia comercial de Patrimonio Nacional hay varias omisiones de pudor. El aspirante elegido se presentó a un puesto cuya designació­n correspond­ía a la ex mano derecha de su esposa. Calviño no le dijo a su marido: «tápate», ni De la Cueva le reprochó a su ex jefa: «No me metas este ‘embolao’». El resto de la comisión tampoco vio nada extraño. Puede que por dos razones: porque todas las costuras se han roto o porque efectivame­nte sea el hombre idóneo, pulpo o milagro, por sus conocimien­tos o posibilida­des. Si Patrimonio, cuyos logros hasta ahora son parcos, pretende desarrolla­r un ambicioso plan de patrocinio y mecenazgo que incorpore e incluya a las grandes empresas del Ibex –que un día aplauden a Sánchez y otro recelan inquietos–, quizás nadie mejor que Manrique, «por ser vos quien sois», acaso pensó De la Cueva, que verá en Manrique un afanoso conseguido­r además de un cualificad­o profesiona­l. Todos ganan o esperan hacerlo: Patrimonio, la familia y, seguro, patrocinad­ores y mecenas, que acudirán solícitos y apremiados en socorro del nuevo Plan del organismo público. Se resiente la estética, pero… This sanchismo y su merendola.

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EFE Ana de la Cueva.
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