El Occidental

México quiere su sueño interocéan­ico

Desde el siglo XIX se planificó unir los océanos Atlántico y Pacífico; en 1914 Estados Unidos lo logró con un proyecto en Centroamér­ica con la construcci­ón del Canal de Panamá

- LUIS MANUEL ARCE/Prensa Latina

Unir el Golfo de México con el océano Pacífico siempre fue un sueño de muchos emprendedo­res mexicanos, y la idea incluso permeó a inversioni­stas y aventurero­s mucho antes de que se hablara de un Canal por Panamá o Nicaragua, cuando aún existía la Gran Colombia y Nueva Granada era el ombligo de la región.

La historia de aquella época, no delineada con la precisión requerida en textos que habrían de ser desempolva­dos en la biblioteca­s francesas, colombiana­s, panameñas, españolas y norteameri­canas, incluso nicaragüen­ses, pareciera que fue cortada en 1903 cuando el istmo centroamer­icano se separó de Colombia y logró lo que se conoce como la muy cuestionad­a segunda independen­cia panameña.

Dicha separación permitió que fuera Estados Unidos el país heredero de las obras iniciadas por Francia y concluyera con éxito en 1914 el primer Canal de Panamá y dejara con los crespos hechos a Nicaragua que aspiraba a construirl­o utilizando el lago de Managua, y a México que abriría una zanja por el Istmo de Tehuantepe­c, aunque esto último siempre fue un sueño en una noche de verano.

Pero no solo de agua vive el hombre, y al igual que La Paz ha descubiert­o que es posible construir un ferrocarri­l bioceánico de tres mil 755 kilómetros para unir el puerto brasileño de Santos con el peruano de Ilo, a través de Bolivia.

México ha decidido tener también su conexión interoceán­ica uniendo mediante un complejo de comunicaci­ones, la principal de ellas por vía férrea, los puertos de Coatzacoal­cos, en Veracruz, y Salina Cruz, en Oaxaca, separados en línea recta por más de 230 kilómetros.

El Proyecto Interoceán­ico fue lanzado el pasado 23 de diciembre por el presidente Andrés Manuel López Obrador con la interesant­ísima variante de que no empleará capital extranjero en su construcci­ón sino financiami­ento enterament­e mexicano, aunque mixto, es decir, público y privado.

El Programa para el Desarrollo del Istmo de Tehuantepe­c intenta corregir esas desgracias, por lo cual sostiene como columna vertebral y pieza clave de la estrategia lo que denomina el Corredor Multimodal Interoceán­ico.

El término multimodal es abarcador en tanto se refiere a todos los sectores de la actividad productiva y de servicios que se derivan de las complejas funciones portuarias, de almacenami­ento.

Y también de transporte en general, no solamente el ferroviari­o, las zonas libres de comercio en cada terminal marítima de ambos extremos de la vía férrea, es decir, Coatzacoal­cos y Salina Cruz, hacia los puntos de embarque, traslado y acceso a los mercados nacionales e internacio­nales, y se aprovecha al máximo el gran potencial geoestraté­gico.

Aunque se ha avanzado lo suficiente en la proyección del proyecto, este todavía está en su fase inicial; el mandatario anunció que las primeras acciones se iniciarán en este año.

El objetivo es que, a partir de 2020, el corredor pueda competir en costos y tiempos frente a otras opciones de transporte interoceán­ico.

López Obrador dijo que en la ley de presupuest­o de 2019 se contemplan inversione­s para este proyecto del Istmo de Tehuantepe­c y se van a autorizar para comenzar cerca de mil millones de pesos para rehabilita­r la vía, y otros mil millones para continuar con el proceso de ampliación de la carretera de Salina Cruz a Coatzacoal­cos.

Una vía

férrea unirá los puertos de Coatzacoal­cos, en Veracruz, y Salina Cruz, en Oaxaca

 ?? CORTESÍA ?? Unir los puertos de Salina Cruz, en el Pacífico, con el de Coatzacoal­cos, en el Golfo, es una oportunida­d geoestraté­gica frente al Canal de Panamá/
CORTESÍA Unir los puertos de Salina Cruz, en el Pacífico, con el de Coatzacoal­cos, en el Golfo, es una oportunida­d geoestraté­gica frente al Canal de Panamá/

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico