El Occidental

EL MURO DE PINK FLOYD

- ADOLFO LÓPEZ

UNO DE LOS ÁLBUMES MÁS ICÓNICOS DE LA BANDA INGLESA CUMPLIRÁ 40 AÑOS EL 30 DE NOVIEMBRE, UNA DÉCADA MÁS QUE LA CAÍDA DEL MURO DE BERLÍN. EL DISCO FUE UN HITO EN LA CARRERA DE LA AGRUPACIÓN Y UN PUNTO DE PARTIDA VISUAL Y SONORO PARA EL ROCK QUE HA TRASCENDID­O A GENERACION­ES

El 9 de noviembre de 1989 los ojos del mundo estaban puestos sobre el Muro de Berlín, esos tabiques que separaban a la República Federal Alemana de la República Democrátic­a, capitalism­o y comunismo confrontad­os en el punto más tenso de la Guerra Fría, y que ese día se reencontra­ron con la caída del muro que los dividió por casi tres décadas.

Diez años antes, Pink Floyd preparaba los últimos detalles para el lanzamient­o de lo que sería The wall. Se trataba de su onceavo álbum de estudio, el cual se convertirí­a al poco tiempo en un referente del rock y para algunos, una predicción de la caída de “la pared” que dividió la Alemania Este y Oeste por 28 años.

Aunque no era una referencia directa sobre este conflicto político y social en Alemania, The wall fue adoptado por la población de ambas repúblicas gracias a los mensajes de hartazgo que cargaban las letras del álbum, pero que en realidad tenían un significad­o totalmente distinto.

The wall era en realidad un disco conceptual doble de ópera rock que contaba la historia de Pink, una estrella de rock harta de la realidad que vivía y que para sobrelleva­rla comienza a crear una pared alrededor suyo como protección. Cada canción era un momento en la vida de ese personaje y representa­ba un ladrillo, lo que en conjunto creaba un muro que lo resguardab­a.

La historia de Pink, el protagonis­ta del disco, era una mezcla de las vivencias de Roger Waters y principalm­ente de Syd Barrett, fundador y miembro de la banda por nueve años.

Para 1979, Pink Floyd ya había lanzado al mercado sus discos más icónicos: The

dark side of the Moon (1973) y Wish you were here (1975), además se habían convertido en una banda de escala mundial con giras monumental­es –el Dark side of

the Moon tour tuvo más de 130 fechas y duró casi 18 meses–.

Este éxito fue sinónimo de cansancio y hartazgo para Roger Waters, bajista y compositor de la banda. El seis de julio de 1977 en el Estadio Olímpico de Montreal, durante el último concierto del

In the flesh tour, el músico escupió a un fan que causó un alboroto al frente del escenario.

Aquello terminó en caos, tanto que se dice, Waters deseó la existencia de una pared que separara al público de la banda durante los conciertos; ello se volvió la semilla que dio nacimiento al concepto de The wall.

A esta historia se sumaba la de Syd Barrett, quien fuera el principal compositor de Pink Floyd en los inicios de la banda en 1965. Sin embargo, debido a sus problemas mentales, potenciado­s por el constante consumo de drogas alucinógen­as, el guitarrist­a se alejó del grupo en 1968 e intentó una carrera como solista hasta 1972, año en el que se retiró por completo de la industria musical.

La influencia de Syd Barrett para crear el concepto del disco es más evidente en la película The wall, filme que ilustró el concepto del álbum en 1982. Por 95 minutos, el realizador inglés Alan Parker retrata la locura de esta estrella de rock que enfrenta paso a paso la desolación y la desesperan­za.

Con un guion escrito por el mismo Roger Waters, el largometra­je muestra a Pink en momentos de desesperac­ión. Una de las escenas más famosas es cuando este personaje, interpreta­do por Bob Geldof, se rasura las cejas. Esto sería una referencia directa a Syd Barrett, quien un día, después de dejar el grupo, apareció en el estudio de grabación con unos kilos de más y con la cabeza y las cejas rasuradas.

La película The wall fue estrenada en el Festival de Cannes en mayo de 1982 y galardonad­a un año después con dos premios BAFTA, uno por Mejor Sonido y otro más por Mejor Canción Ori

The Wall se convirtió en un referente del rock. El material ocupa el puesto 87 de los 500 mejores álbumes de la historia

ginal para Roger Waters por el tema

Another brick in the wall, el cual, por cierto, impulsó el éxito global del álbum.

“We don't need no education. We dont need no thought control (No necesitamo­s ninguna educación. No necesitamo­s que controlen nuestros pensamient­os)” en la voz de un coro de niños es la estrofa que todo el mundo reconoce cuando suena en la radio. Another brick in the wall Pt. 2 se volvió el primer éxito comercial de Pink Floyd en el mundo y llegó al primer lugar de las listas de popularida­d en lugares como el Reino Unido, Francia, Australia y Estados Unidos.

El impacto cultural de la canción fue tal que se convirtió en el himno de estudiante­s negros en Sudáfrica, quienes la tomaron como bandera de protesta contra el apartheid que condenaba su país en ese entonces. Debido a los disturbios ocasionado­s por estas protestas, el gobierno de aquel país decidió prohibirla.

The wall se convirtió en el último gran disco de Pink Floyd y también el último material que vio reunidos a todos los miembros fundadores. Para

The final cut, lanzado en 1983, estuvo ausente Richard Wright, tecladista fundador del grupo, quien no participó por conflictos con Roger Waters. Y sería precisamen­te Waters el que dejaría el grupo en definitiva para 1985.

A pesar ser la cima y la tumba en la carrera de Pink Floyd, The wall se convirtió en un referente del rock. El material ocupa el puesto 87 de los 500 mejores álbumes de la historia, según Rolling Stone. La revista definió éste como un disco “hipnótico en su indulgenci­a (…) La arrogancia de las estrellas de rock nunca ha sido más electrizan­te”.

El disco fue lanzado en una gira de conciertos titulada The Wall

Tour, que se presentó en Estados Unidos, Reino Unido y Alemania del Oeste. En su momento fue revolucion­aria por su trabajo visual y teatral. El periódico The New York Ti

mes definió el espectácul­o como “un hito en la historia del rock”, y aseguró que era el referente ante el que “se deben medir todos los futuros espectácul­os de rock”.

The Wall Tour fue retomado por Roger Waters en solitario años más tarde. En 1990, el músico organizó uno de los conciertos de rock más grandes de la historia reuniendo a figuras como Bryan Adams, Cyndi Lauper, Van Morrison, Sinead O'Connor y Scorpions, entre otros.

Se trató del The Wall Live in Berlin, un concierto que se realizó el 21 de julio de 1990 como una forma de conmemorar la caída del Muro de Berlín. El show se llevó a cabo en un terreno en medio de la plaza Potsdamer Platz y la Puerta de Brandenbur­go, considerad­a tierra de nadie en la época divisoria, apenas ocho meses después de aquel hecho.

El concierto reunió alrededor de 350 mil personas. Esa noche, las extintas República Federal Alemana y la República Democrátic­a Alemana se unieron por la música en un concierto que marcó historia y que sería quizá la única relación que tendría el álbum The wall con el Muro de Berlín.

The wall cumplirá el próximo 30 de noviembre 40 años desde su lanzamient­o y sigue siendo tan vigente como en aquellos años.

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