Un solo abogado presentó 600 amparos

Largas filas se vivieron en los juzgados federales con sede en Ciudad Judicial Federal, que después de 4 meses y medio, levantaron la suspensión de términos y abrieron sus puertas, aunque con previas citas y recepción de demandas. Solo un abogado presentó 600 amparos, que llevaba en cajas de cartón en un diablito. Otros 20, 14, ocho, seis y cuatro juicios de garantías.

Esto generó que las largas filas por momento parecían eternas. Algunos llegaron desde las 7 de la mañana y se fueron a las 12 del día. Otros tantos salieron después de las 4 de la tarde. El que portaba los 600 amparos estaba al principio de la fila y hasta que se le recibió el último, la fila avanzó de manera más fluída.

Personal de seguridad y de los propios juzgados, todos identificados con chalecos reflejantes, estuvieron organizando. Los toldos fueron insuficientes para cubrir de la intemperie y luego de los rayos del sol, a los litigantes.

Se dijo que en un momento del día reinó el caos, cuando los abogados que traían el turno de la tarde se formaron y pretendían que se les recibiera en ese momento los documentos. Finalmente se les orientó a que volvieran más tarde.