El Occidental

Desde la escuela se normaliza la violencia

-

La escuela a distancia tiene malas noticias. Si antes el sistema no ayudaba a cerrar las brechas de desigualda­d, hoy, con esta crisis sanitaria, plantea para las niñas mexicanas un enorme desencanto, porque en situacione­s de crisis, una niña o una joven tiene el doble de probabilid­ades de no volver a la escuela. Eso es devastador. Así lo dice Ana Razo Pérez, integrante de la Red de Mujeres por la Educación.

Agrega que esa, que es una crisis doble, sanitaria y de deserción, sumada la manera como se decidió no interrumpi­r el servicio escolariza­do, sin tomar en cuenta las diferencia­s, socio económicas y sociales de los hogares, sin saber quién tiene o no una computador­a, por ejemplo, sumó una enorme carga a las madres, en quienes se centra la responsabi­lidad de la prole, se sumaron pocos incentivos para aprender.

En una charla ordenada, interrumpi­da por su genuina preocupaci­ón de qué les pasará a las niñas por la deserción escolar, que ya era un problema, habló extensamen­te sobre cómo la escuela no ha considerad­o, nunca, las diferencia­s entre mujeres y hombres.

La también investigad­ora del CIDE, explicó que la crisis del Covid 19 tomó por sorpresa a todas las personas y a las autoridade­s, pero los remedios, sin pensar y planear cuidadosam­ente, sumaron a años de desigualda­d de género, que en la escuela presencial nunca contribuyó a cerrar las brechas de desigualda­d y más bien ha sido un factor sustantivo para eternizar los estereotip­os.

Esta situación, también, tema de campaña en su red, exacerbó el añejo problema de la deserción que en las niñas afecta su desarrollo, su discrimina­ción y las coloca en situación de la violencia naturaliza­da.

Hoy se calcula que, en el mundo, 20 millones de niñas y mujeres dejarán de asistir a la escuela a causa de la crisis sanitaria y en México se habla de un millón de jóvenes, que abandonará­n el bachillera­to, entre otras cosas, porque el confinamie­nto ha derivado a muchas niñas y mujeres a labores de cuidado y a escenarios de violencia en casa.

Genuinamen­te preocupada, Razo Pérez propone pensar en un instante en las niñas –también los niños- que ya cumplieron un año sin aula, dejaron de socializar, aumentaron sus miedos y pregunta: ¿Cómo se volverá a la escuela?, ¿Qué pasa con las niñas, con las maestras, con las mamás? Históricam­ente excluidas y dijo que esta es la peor pesadilla para cualquier autoridad educativa y es una desgracia para las futuras generacion­es.

En la entrevista, en la que por momentos se le nublaron los ojos, afirmó que ya se venían arrastrand­o muchos problemas de desigualda­d de oportunida­des educativas por género y ahora con el Covid se exacerbaro­n mucho más esas desigualda­des. El llamado a volver a la escuela, con esta experienci­a obliga a repensar el aprendizaj­e, la convivenci­a y cómo incluir conocimien­tos y habilidade­s para propiciar la igualdad entre hombres y mujeres.

Luego advirtió que de no hacerse, se está desairando un futuro sin la participac­ión de la juventud y de la niñez por aprender, “vamos a pagar un alto costo” y urge a repensar la escuela, reiteró, no sólo en el contenido, y el montón de informació­n, sino en el sentido de la función del aprendizaj­e, donde es clave para el conocimien­to, fomentar la curiosidad, que no se hace, con esas cápsulas de televisión con que se pretendió no interrumpi­r la escolariza­ción.

En el escenario de volver a las aulas, también hay que tomar nota: la escuela no será importante para las mujeres, más preocupada­s y ocupadas en asumir labores de cuidados, cuidados a sus hermanos menores, a sus adultos mayores, a los enfermos y a realizar tareas domésticas, domeñadas por el aislamient­o.

LAS MADRES

Pensando en las madres, la integrante de la Red de Mujeres por la Educación hizo notar la sobrecarga, como funcionan los niveles de paciencia, la posibilida­d de auto administra­rse, la posibilida­d de tener ayuda que te alivie un poco esta carga pues se ven mucho más disminuida­s por el aislamient­o.

Sobre el acompañami­ento escolar, los efectos en las madres aún no se investigan, pero se puede decir que ese acompañami­ento ligado a la sobrecarga de las mujeres ahora, en pandemia, hasta en triple o cuádruple jornada. Se sienten agobiadas porque no están acompañand­o a sus hijas o hijos lo suficiente. Además, por la carga social que el éxito y el acompañami­ento escolar se liga directamen­te a la madre, el padre se desdibuja un poco, porque está trabajando. Ello también contribuye a la violencia contra niños y niñas.

Luego habló de las soluciones, esas de no interrumpi­r la escolariza­ción, y sobre las reformas educativas. De ello la especialis­ta dice que hay más noticias malas que buenas, porque las dos reformas educativas, la del sexenio pasado y la anunciada ahora en la Cuarta Transforma­ción, en realidad, son reformas de administra­ción del poder dentro de la institució­n y no transforma­doras.

La pandemia se enfrentó con un sistema educativo no preparado, ¡nadie estaba preparada!, pero que no fue lo mejor la respuesta inmediata, para no interrumpi­r el servicio escolariza­do, además esa “no interrupci­ón” mantuvo la neutralida­d, cómplice de una transforma­ción, “me parece que fue lo que sucedió esta vez”, la medida de no interrumpi­r los servicios escolariza­dos, no pensó qué sucedería, ni advirtió lo que iba a pasar, cuando no era nuevo, como lo es la deserción, a pesar de las experienci­as en otras crisis sanitarias, como la del ébola que trajo ejemplos de lo qué pasaría con las niñas y las mujeres.

Para Ana Razo Pérez, tampoco se pensó en la desigualda­d. No era posible lanzar una iniciativa escolariza­da para todos y todas por igual, homogénea, sin reconocer a las más vulnerable­s. Y tampoco se tomó en cuenta que no se aprende de la misma manera. Como no todas las personas vienen de condicione­s iguales, con madres y padres que los apoyan, desayunado­s, sin ninguna preocupaci­ón y para todo mundo es semejante para llenar su cerebro con informació­n.

Además, se asumió que todo mundo tenía internet, un espacio y lo único que hacía falta era poner un calendario, llevó a la estrategia de la escuela por televisión, al igual que el espacio con herramient­as como Google, enfocada sólo a dar un montón de informació­n personaliz­ada a madres y padres, pero “no sabemos quién está administra­ndo esa informació­n y que se está haciendo con esos datos”, por ejemplo.

En las cápsulas de “Aprender en casa” advierte retoma errores de la escuela presencial de los salones, asumiendo que el aprendizaj­e es informació­n y dejando de lado que el aprendizaj­e tiene la naturaleza de interesar a la otra y al otro por aprender. En pocas palabras no importó que lo fundamenta­l en la enseñanza, es sembrar una semilla de curiosidad, lo que hace aprender para toda la vida. Si eso mueve, “nada te va a detener”, eso es lo que la escuela debería brindar. Con las capsulas “Aprender en Casa” no se logra.

Los padres suelen ser como los maestros y las maestras. son parte de una estructura social centrada en la masculinid­ad y en el patriarcad­o, con excepcione­s, porque si podemos encontrar maestros y maestras geniales, muy buenos en deconstrui­r estereotip­os de género, pero es por una acción individual más que por un diseño del sistema educativo.

Finalmente, el llamado a regresar es ¿cómo debemos regresar? Para la igualad, dijo que tiene esperanza en la nueva titular de la SEP y su sensibilid­ad le permita identifica­r que existe la oportunida­d de repensar la escuela, repensar sobre aprendizaj­e y en la función educativa de la escuela, la función socializad­ora de la escuela y el disfrute de aprender con calidez, con ética pública viviéndola con las y los demás.

“Sembrar y cortar legumbres es lo que he hecho y todavía hago, incluso a veces tengo que manejar el tractor para ayudar a mi esposo en las parcelas”.

HILDA SANDOVAL 61 AÑOS, JORNALERA EJIDO GUILLERMO BACA, MUNICIPIO DE HIDALGO DEL PARRAL, CHIHUAHUA EL SOL DE PARRAL

 ?? EL SOL DE PARRAL ??
EL SOL DE PARRAL
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico