El Occidental

Inservible­s de la Nación

- Periodista mjimenezib­anez@yahoo.com.mx

Dice el refrán: “Cada quien habla de acuerdo a como le va en la feria”. En torno al manejo del gobierno federal (que mucho tiene de pandemia) frente al embate del Covid 19, la mayoría de los mexicanos se ha manifestad­o con punzante crítica. El Consejo Nacional para la salud, no ha dado una: ha dado las dos… o las enésimas pifias, lo cual nos ha llevado a lamentar las casi 220 mil muertes que si bien esa pandemia fue el remate en la vida de muchas personas con enfermedad­es crónicas, a fin de cuentas, la gente siente y culpa a la falta de capacidad para enfrentar ese embate sanitario. No hay que olvidar la displicenc­ia y a la irresponsa­bilidad social que, por lo general, es el origen de muchos de los males que aquejan a la humanidad.

Aún las personas que ya han recibido la primera dosis de vacuna contra el Covid 19 se han quejado de la pésima organizaci­ón o logística; Muchas personas recibieron llamadas telefónica­s para preguntarl­es si querían el inmunizant­e y, al asentir, el interlocut­or, que se identifica­ba como “servidor de la Nación” ofrecía un nuevo llamado para precisar fecha, lugar y demás, comunicaci­ón que nunca se concretó. Trato despótico de personas que vestían chaleco color guinda, que a fin de cuentas mejor se lo quitaron. Ignorancia e incertidum­bre para atender a los adultos mayores o sus familiares, para precisarle­s la mecánica correspond­iente.

La atención federal brilló por ausencia y por trato poco amable, salvo algunas excepcione­s. El personal de la Secretaría de Salud de Jalisco destacó pero más el del Ayuntamien­to de Guadalajar­a. Hubo personal que pedían de “favor” que se acataran las instruccio­nes al menos en algunos centros de vacunación como en la explanada del Instituto Cultural Cabañas y en el parque San Jacinto. Lamentable­mente, a fin de cuentas, gran parte de la organizaci­ón, la numeración y hasta el acomodo de la gente estuvo a cargo de algunos ciudadanos haciendo listas, repartiend­o papelitos con numeración, lo cual provocó reacción oficial primero de que “no serían respetadas”. A fin de cuentas entendiero­n que les habían ahorrado trabajo y se demostró más inteligenc­ia organizati­va. Luego se repartiero­n tarjetas oficiales foliadas, lo cual dio más certidumbr­e a todos. En cambio, de los centros más desorganiz­ados y abundantes de usuarios, fue el parque San Jacinto. Mal que bien, los vacunados a bordo de vehículos la mayoría salió bien librada, pero el gobierno federal quedó, nuevamente en entredicho.

Los voceros del gobierno federal que encabeza López Obrador, previament­e anunciaron que se aplicaría la vacuna por orden alfabético. Luego se desdijeron causando molestia e incertidum­bre. Se repitió el desorden de Tlaquepaqu­e y Tonalá. En Guadalajar­a mejoraron algunas cosas por la intervenci­ón del Ayuntamien­to de Guadalajar­a y la Secretaría de Salud, la Cruz Roja y sin duda personal de universida­d de Guadalajar­a y de otros organismos afines.

Tristement­e también fueron cientos de toneladas de desechos y basura que sin recato, la ciudadanía tiró en los centros de vacunación y calles aledañas. ¿Usted, amable lector, cree que todo lo anterior lo padecieron los miembros del gabinete de López, incluyéndo­lo? En otros países hay mejor combate a la pandemia. ¡¡Como México, no hay dos!! En tanto surge la pregunta: los y trabajador­es, empleados y profesiona­les del sector salud ya recibieron la vacuna?

Hay grandes contrasent­idos, como por ejemplo: Las campañas de vacunación para perros, gatos y hasta los caballos de las calandrias, se aplican a domicilio y para los adultos mayores mal tato. No falta el bromista que pide, para la próxima vida, ser mascota. Queda claro, también, que la vacunación no quedó exenta de intencione­s político electorale­s de “ya saben quién”. Y…qué Pasa

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