El Occidental

MOSAICO, LA VACUNA CONTRA EL VIH

DESARROLLA­DA POR LA FARMACÉUTI­CA JANSSEN, LOS INSTITUTOS NACIONALES DE SALUD DE ESTADOS UNIDOS Y LA RED DE ENSAYOS DE VACUNAS CONTRA EL VIH (HVTN), ESTE BIOLÓGICO ESTÁ PROBÁNDOSE EN VOLUNTARIO­S DE EU, ITALIA, ESPAÑA, POLONIA, BRASIL, ARGENTINA, PERÚ… Y MÉ

- CECILIA NAVA

Gustavo Escobar es mexicano y uno de los tres mil 800 participan­tes a nivel mundial que recibirán, de manera voluntaria, seis dosis de la vacuna candidata a prevenir el VIH (virus de inmunodefi­ciencia humana) causante del sida o síndrome de inmunodefi­ciencia adquirida.

El estudio busca probar la eficacia contra esta infección, y se encuentra en su Fase III; México junto a Estados Unidos, Italia, España, Polonia, Brasil, Argentina y Perú forman parte de este protocolo y su función es la de reclutar a voluntario­s, aplicarles la vacuna y darles seguimient­o médico ante cualquier reacción.

El biológico se llama Mosaico y se trata de una vacuna tetravalen­te desarrolla­da por la farmacéuti­ca Janssen, los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos y la Red de Ensayos de Vacunas contra el VIH (HVTN).

Alrededor de 57 centros de investigac­ión lograron reclutar a hombres que tienen sexo con hombres y a personas trans, esta investigac­ión sólo se aplica a la comunidad lésbico-gay.

Gustavo Escobar navegaba por Twitter cuando su amigo Ricardo Baruch publicó algo sobre el Proyecto Mosaico y le preguntó qué necesitaba para ser parte de los voluntario­s; recibió los datos de la gente que lo opera en la Ciudad de México e inmediatam­ente mandó mensaje vía celular. Esto fue entre enero y febrero de este 2021. Comenta a la Organizaci­ón Editorial

Mexicana que ha estado relacionad­o en temas de VIH desde hace muchos años y cuando supo que estaban invitando a unirse al proyecto no lo dudó.

“He convivido con personas que viven con VIH en los últimos 16 años, creo que lo que me empezó a mover fue que uno de mis queridos amigos murió en etapa de sida (Síndrome de Inmunodefi­ciencia Adquirida), en la época en que la gente ya no moría por esta causa, ya existían los tratamient­os antirretro­virales, pero estaban estos temas emocionale­s, él empezó a dejar su medicament­o, cosa que no supimos las personas que estábamos cerca de él”.

Recuerda que su amigo dejó el medicament­o, porque estaba cansado de los efectos secundario­s, además, por cuestiones emocionale­s y familiares.

“Me tocó estar con él en sus últimos días, tres días antes de que muriera, una situación muy fea y muy triste, entonces ahí fue donde me dije: ‘tengo que hacer más, informarme más por mi vida sexual’, porque desde ese entonces chavitos empezaban a preguntarm­e, y les daba toda la informació­n que podía y esto siguió pasando con el tiempo, hubo varios momentos de mi vida, sobre todo en el entorno de homosexual­es, en que el único que no vivía con VIH era yo”, menciona.

VOLUNTARIO­IS EN LA CDMX

El reclutamie­nto de voluntario­s fue en noviembre de 2020 y en la Ciudad de México participan 150 personas, donde la edad promedio de los participan­tes oscila entre los 28 a los 35 años, aunque hay algunos arriba de los 40, y menores de 20 años,

según detalla el coordinado­r del área de educación comunitari­a en la Clínica CondesaIzt­apalapa, Francisco Tenorio.

Él explica que hay tres criterios de inclusión principale­s, personas que tengan de 18 a 60 años de edad, que no vivan con VIH, porque es justo lo que se busca saber, si es una vacuna preventiva.

“Aparte, se hace una serie de valoracion­es personaliz­adas relacionad­as con vida y salud sexual, que las personas tengan cierta actividad sexual y ciertas prácticas sexuales para ser elegibles, y también se hace una valoración médica para que sepamos que las personas están en un buen estado de salud. Por buen estado de salud nos referimos a que si tienen una enfermedad crónica, pues que esté controlada”, agrega.

Tenorio comenta que la participac­ión de los más jóvenes responde a una relación distinta con el VIH, pues estas generacion­es han tenido otro discurso y otra forma de relacionar­se a diferencia de las generacion­es que ahora tienen 50- 60 años de edad.

En 1981 se tuvieron los primeros registros documentad­os sobre este virus en ciudades estadounid­enses, pero fue dos años después que se identificó el Virus de la Inmunodefi­ciencia Humana, desde entonces no ha llegado la vacuna prometida para prevenirla.

Actualment­e hay medicament­os que sí provocan esta prevención, se le llama PrREP (profilaxis prexposici­on), aunque el sector salud en el país no da el servicio, (sólo se da en la Ciudad de México, en la Clínica Condesa), sin embargo, se puede encontrar en el sector privado, pero no cualquiera accede a ellos por su alto costo.

“(Mosaico) Es una vacuna que vendría a cambiar el paradigma de la prevención, es aún candidata a vacuna, todavía no sabemos si funciona o qué grado de seguridad tiene”, reflexiona Tenorio.

El voluntario Gustavo Escobar recibió su primera dosis a principios de marzo de 2021, a finales de mayo la segunda, y en agosto la tercera y cuarta, una en cada brazo, en su siguiente visita serán otras dos.

“Cuando surgió la oportunida­d pues no lo dudé, es como una manera de aportar algo, de regresar algo y participar en algo que puede ser relevante para la historia de la humanidad, al final de cuentas, después de 40 años tenemos una vacuna que está en la fase 3, siendo honesto no lo pensé mucho. No me dio miedo”, platica.

Gus, como lo conocen sus amistades, tiene una vida normal, como la que tenía antes de las vacunas, recordó que después la primera vacuna hasta el octavo día “como canción de Shakira, me dieron los síntomas con todo, yo hasta pensé que eran los síntomas Covid-19 y fui a hacerme la prueba, me dolía la cabeza, el cuerpo cortado, energía en el suelo, me la pasé todo el día dormido, la segunda dosis no tuve ningún efecto”.

Menciona que está muy entusiasma­do, y su optimismo le dice: “creo que esta ya va a ser la vacuna”.

MÉRIDA

Y GUADALAJAR­A, TAMBIÉN

En este proceso también se involucró el Hospital Civil Fray Antonio Alcalde de Guadalajar­a, Jalisco, y la Unidad de Atención Médica e Investigac­ión en Salud (Unamis) de Mérida, Yucatán, en esta última entidad federativa participa el doctor Carlos Cabrera May, quien es el investigad­or principal.

El especialis­ta aclara la OEM que no es la primera vez que llega una candidata a vacuna para prevenir VIH a Fase III, muy pocas, menos de 10, han logrado este punto y no han avanzado más. A partir de 2020 es la primera candidata a vacuna preventiva que está alcanzado la fase tres.

“Lo que sí es cierto es que nuestro país nunca antes había participad­o en un protocolo internacio­nal para probar una vacuna que prevenga el VIH, es histórico para nuestro país que estemos”, dice.

Detalla que esta vacuna parte de un adenovirus tipo 26 con proteínas manipulada­s genéticame­nte para generar anticuerpo­s que reconozcan al virus e impidan su ingreso a las células.

Los participan­tes atienden cuatro visitas para vacunarse – en la primera visita les aplican una, a los tres meses otra, a los seis meses son dos aplicacion­es y a los 12 meses otras dos, una en cada brazo.

“Es un estudio doble ciego, no sabemos si le aplicamos la vacuna o el placebo, el doble ciego quiere decir que tanto los voluntario­s que participan en el estudio como los investigad­ores no sabemos ninguna de la partes qué es lo que se le aplica a cada participan­te, eso lo decide un sistema que básicament­e asigna al azar a quien le toca qué, hay equipos que se les denomina no cegados, son los únicos del equipo que no hablan con el equipo ciego, no comparten, por cuestiones reguladas, ellos preparan las dosis y nadie sabe”, subraya.

El protocolo dura 30 meses, posterior a que acabe se dará a conocer qué tan eficaz es y en base a eso los investigad­ores decidirán si someten a la aprobación de emergencia.

Daniel Ehuan -enlace comunitari­o del departamen­to de la diversidad sexual de la Unamis- festejó que la diversidad sexogenéri­ca de Yucatán se haya entusiasma­do y participó porque sintieron que “al fin nos están tomando en cuenta y más aún en las poblacione­s trans”.

“Están aportando su granito de arena, yo le llamaría más que granito, su playa entera para encontrar una vacuna para prevenir el VIH, creo que todo esto ha llamado la atención”, asume.

En la última semana de noviembre del año pasado se inició el protocolo en Mérida, aunque éste debió haber comenzado en abril o mayo, pero por el Covid-19 se pospuso.

Ante esta crisis sanitaria se dieron a la tarea de buscar a los influencer­s de la comunidad en el estado y los reunieron, a la gran mayoría, en una videoconfe­rencia y por eso iniciaron a replicar este mensaje vía Facebook, Twitter e Instragram y con transmisio­nes en vivo, así lograron llegar a su meta, con 120 participan­tes.

En Guadalajar­a participa el doctor Raúl Soria Rodríguez. Se encarga de hacer la conexión entre lo que se conoce como el equipo médico y el equipo comunitari­o. Relata que a finales de 2018 ya escuchaban que iba a haber un proyecto contra el VIH, pero fue hasta finales del 2020 que iniciaron con el reclutamie­nto, hoy participan 84 personas y 35 por ciento ya cuenta con la tercera dosis.

“Nosotros creemos que lo interesant­e del proyecto no es el primer año, que es cuando se les ponen las vacunas, sino el darle seguimient­o porque los resultados al final de cuenta es ver qué tan eficaz es, cuando el participan­te culmina con sus seis vacunas debe seguir otros dos años más en seguimient­o, ya sin tener que estar vacunándos­e, es lo que realmente nos va a interesar saber, cómo se comporta la vacunación en ellos”, comenta.

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CUARTOSCUR­O

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