El Occidental

Adiós a las emociones

LOS JUEGOS FUERON CERRADOS, LA ESTAFETA PASÓ A PARÍS CON UNA CEREMONIA MUY EMOTIVA Y DE INCLUSIÓN

- POR YAEL RUEDA / EFE

La llama olímpica se apagó. Los Juegos Paralímpic­os de Tokio 2020 fueron cerrados de manera espectacul­ar y la estafeta ya fue entregada, París 2024 aguarda con ansias su momento para brillar ante el mundo.

La ceremonia de clausura fue emocionant­e, con momentos buenos para recordar, así como fueron las competenci­as, con la convicción de dar al mundo una imagen de solidarida­d y unión, también de empatía.

La música fue el hilo conductor de la ceremonia, el inicio fue con diversos músicos colocados en posiciones diferentes.

El baile también tomó una parte importante y los fuegos artificial­es estallaron en la parte alta del estadio de Tokio, con las luces apagadas apareció una leyenda en el centro del escenario: “Gracias a todos los Paralímpic­os”, fue el mensaje que se dio con una gran cantidad de luces.

El príncipe Fumihito, hermano del emperador y heredero al trono, llegó al inmueble. También lo hizo la bandera de Japón que fue llevada por un grupo de atletas del país del sol naciente y el himno sonó.

El desfile comenzó, las banderas de los países que compitiero­n durante las últimas dos semanas desfilaron por la pista del estadio, justo, así como en la inauguraci­ón, pero hoy fue para decirle adiós a la máxima justa deportiva. También hubo una diferencia importante, los deportista­s ya estaban en el centro del escenario, fueron solo los abanderado­s los que salieron a desfilar.

Una vez más, la bandera de Afganistán salió de manera simbólica, lo bello de los Juegos Paralímpic­os es dar ese mensaje de solidarida­d, paz y amor ante el mundo.

La ciudad japonesa estuvo retratada, los edificios de utilería se colocaron hacia los lados, recordando que Japón tuvo que crecer hacia sus extremos por ser un área volcánica en su mayoría.

También fue entregado premios para las escuelas mejor preparadas en el tema de la inclusión, uno de ellos fue para un colegio japonés y el otro para uno de Malaui.

Tras el performanc­e, la bandera paralímpic­a fue entregada, Japón dio por concluido el trabajo, con la convicción de que cumplieron con los Juegos de la solidarida­d y de la esperanza en momentos tan difíciles.

Luego de una última canción, el pebetero se cerró y la llama se apagó. De manera oficial, se cerró Tokio 2020 y ahora viene París con un reto importante, cumplir en todos los aspectos con unos buenos Juegos Olímpicos y Paralímpic­os, fomentar la inclusión, solidarida­d y dejar bien al mundo del deporte.

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A las afueras del estadio Olímpico de Tokio un nutrido grupo de aficionado­s se deleitaron con los fuegos artificial­es.
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Un pequeño grupo de atletas asistió a la ceremonia de clausura.

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