Sólo Dios me sacará del poder: Bolsonaro
Redobla ataques contra el Tribunal Supremo de Brasil y revienta al sistema electoral ante miles de simpatizantes
SAO PAULO. El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, intensificó sus ataques a la Corte Suprema y mandó un recado a “los que quieren sacarlo de Brasilia” al afirmar que no irá a prisión y “solo Dios” lo apartará de la Presidencia.
“Quiero decir a aquellos que me quieren volver inelegible en Brasilia: solo Dios me saca de allá”, dijo en un inflamado discurso durante una masiva manifestación en Avenida Paulista de Sao Paulo.
Bolsonaro, un capitán de la Reserva del Ejército y nostálgico de la dictadura militar, reafirmó que, puesto el actual escenario en el país, solo tiene tres opciones: “prisión, muerte o victoria”.
El mandatario ultraderechista redobló sus ataques contra las instituciones y el sistema electoral de Brasil en una jornada en que movilizó a sus seguidores con marchas en las principales ciudades.
En plena caída de popularidad, un aumento de la inflación y críticas por su manejo del segundo brote de coronavirus más letal en el mundo, insiste en enfrentar al Supremo Tribunal Federal (STF) desde hace semanas, Bolsonaro convocó marchas con motivo del Día de la Independencia: por la mañana arengó a sus partidarios en Brasilia, antes de viajar por la tarde a Sao Paulo.
Bolsonaro hizo críticas directas al magistrado del Supremo Alexandre de Moraes, responsable por el proceso contra la difusión de noticias falsas y por el que el mandatario está siendo investigado.
“No queremos una ruptura. No queremos pelearnos con ningún poder. Pero (...) no podemos permitir que una persona ponga en riesgo nuestra libertad”, dijo Bolsonaro, en alusión a de Moraes.
“O bien el jefe del STF coloca a (este juez) en su lugar, o este poder sufrirá las consecuencias que nadie quiere”, añadió.
Igualmente cargó contra el presidente
del Tribunal Superior Electoral (TSE), Luís Roberto Barroso, al criticar el sistema electrónico de votación y defender un sistema mixto que incluya el voto impreso.
“No puedo participar en una farsa como esta, patrocinada por el presidente del Tribunal Superior Electoral”, declaró, pese a que el sistema electrónico de votación que Brasil, adoptado en 1996, no ha sido objeto de una sola denuncia de fraude desde entonces.
IGNORARÁ LA DERROTA
Los críticos del presidente dicen que está sembrando dudas para que pueda impugnar los resultados de las elecciones, cuyas encuestas de opinión lo muestran perdiendo ante el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva. Ninguno ha confirmado su candidatura.
Las marchas “no fortalecen ni debilitan a Bolsonaro. Pero me parece que ya no tiene la ambición de vencer de manera legítima. Me parece más probable que tenga una estrategia de ignorar una probable derrota”, dijo Oliver Stuenkel, profesor de Relaciones Internacionales de la Fundación Getulio Vargas en Sao Paulo.
Bolsonaro lleva meses cuestionando la fiabilidad de las urnas electrónicas y lo condujeron a él mismo en sucesivos mandatos a la Cámara de Diputados y a la Presidencia en 2018.
Sus críticas, sin fundamento, hicieron que el STF y la justicia electoral abrieran investigaciones en su contra, algo que inflamó aún más la retórica del mandatario.
El discurso de Bolsonaro fue acompañado por miles de personas, la gran mayoría sin usar mascarillas, que ocuparon la principal avenida de la capital paulista, así como sus alrededores y pedían, bajo gritos de “mito”, una intervención militar y el cierre de la Corte Suprema.
“Lo que queremos es una verdadera limpieza del Supremo Tribunal Federal y la única manera de hacerlo es a través de las Fuerzas Armadas”, dijo uno de los manifestantes, Eri dos Santos, quien al paso sostenía una pancarta que abogaba, en inglés, por una intervención del Ejército.
Tanto en Brasilia como en San Paulo, los bolsonaristas se movilizaron portando banderas nacionales. Algunos corearon lemas golpistas, otros criticaron a los expresidentes izquierdistas Luis Inácio Lula da Silva (2003-2010) y Dilma Rousseff (2011-2016) y otros rezaron por el presidente, quien entre su base electoral cuenta con buena parte de evangélicos.
“O bien el jefe del Tribunal Supremo coloca a (juez De Moraes) en su lugar, o este poder sufrirá las consecuencias que nadie quiere”