Respaldo familiar lo ha impulsado
León.- La de Ángel Camacho es una gran historia de superación, una prueba fehaciente de que cuando se quiere, se puede.
Hijo de Francisca Ramírez Canchola, ama de casa y Jesús Camacho, de oficio albañil, “Angelito” es el menor de cinco hermanos, tres mujeres y otro varón.
Mientras que don Chuy le entra duro a la “talacha” prácticamente toda la semana, es doña Francisca quien se encarga de acompañar a Ángel a sus entrenamientos en el Centro Acuático de León, para ello, recorren desde su departamento gran parte de la colonia Deportiva II y atraviesan el transitado bulevar Juan Alonso de Torres.
Son ya tres años y medio de esta rutina, tiempo que bien ha valido la pena ahora que Camacho luce orgulloso su presea de bronce de los Juegos Paralímpicos de Tokio.
Los trabajos en piscina y gimnasio suelen rondar las cuatro horas. A la distancia, doña Francisca observa cada ejercicio de su orgullo, quien a su vez atiende cada una de las indicaciones de la entrenadora Blanca Delia Hernández, ganadora del Premio Estatal del Deporte 2020 en su categoría.
Pareciera que a sus 16 años el tritón leonés lo ha ganado todo, sin embargo, en su visión de la vida, las palabras 'rendirse y conformismo' no existen, sabe que el cielo es el límite. /